Rafa Martínez (Santpedor, Cataluña, 37 años) investiga estos días quiénes serán sus compañeros en el RETAbet. Acostumbrado a codearse con la clase alta de la ACB, con una Liga Endesa, una Supercopa y tres Eurocup en su maleta, el escolta se presenta en Bilbao con ... las ideas claras. Conoce la receta para que la franquicia vizcaína continúe su andadura en la máxima categoría, y muestra su esperanza para saber ejecutarla: «Podemos ser el mejor equipo en actitud, en compañerismo, en el día a día. Si tienes eso ganado, tienes muchas posibilidades de hacerlo bien», describe una leyenda del Valencia Basket, que abandonó la escuadra taronja con honores de gran capitán, pero después de disputar un escaso número de minutos. En Miribilla será distinto, es uno de los hombres franquicia de Álex Mumbrú, que tecleó su número de manera constante para convencerle: «Me estuvo insistiendo», concede.
- ¿Con ganas de conocer al grupo, a sus nuevos compañeros?
- Estoy muy ilusionado, empieza una etapa nueva. Con ganas de que se cierre la plantilla, de saber quiénes son. A algunos ya les he buscado en Internet... ¡Y con ganas de empezar a entrenar!
- Está haciendo un 'scouting' de la plantilla del Bilbao Basket.
- Sí. No conozco al detalle a muchos. Conozco a Balvin, a Rouselle y Bouteille, porque he jugado contra ellos este año. Y los de LEB les conozco poco: a Lammers, a Brown... He seguido ahora un poco, he visto algún vídeo. ¡Estoy ilusionado!
- Habla de ilusión, pero va a ser una experiencia nueva después de luchar en Valencia por lo máximo durante una década. ¿Es difícil cambiar el chip?
- Mi primera etapa en la ACB fue en Manresa y era un reto parecido. Habíamos subido, el objetivo era salvarse. Sé dónde voy, sé cómo está el club, sé los objetivos del club. Tenemos que centrarnos en el día a día, en hacer las cosas lo mejor posible para poder competir en todos los partidos, y poder ganar cualquier encuentro.
- ¿Por qué se decanta por Bilbao? Ofertas no le faltaban.
- Nada más acabar con el Valencia, a mi agente, Albert Miralles, le llegan muchos intereses, muchas historias. Y me decanté por Bilbao por la afición, por el pabellón que tiene, por el ambiente que voy a vivir, porque era dónde quería estar, una ciudad en la que voy a estar muy a gusto con mi familia. Y es el equipo en el que tanto Álex Mumbrú como Rafa Pueyo me han querido más, donde querían que estuviese. Y eso me ha hecho decantarme rápido por ellos.
- El otro día Balvin en su presentación dijo que Mumbrú fue hasta «pesado» con sus llamadas para convencerle. ¿A usted también le pasó?
- (Ríe). Le conozco, he compartido vestuario con Álex en alguna concentración con la selección, y le dije que me diera un poco de tiempo, porque estaba haciendo la mudanza y aún no habíamos acabado. Él lo tenía muy claro, quería que estuviese en Bilbao. Fue un halago, viniendo de Álex un gran jugador y que ahora empieza de entrenador. Es un tío muy ganador, y eso me gusta mucho. Y sí, me estuvo insistiendo.
- ¿Le daba envidia la afición de Miribilla cuando jugaba como rival en el Bilbao Arena?
- Es un campo donde hay una atmósfera de baloncesto muy grande, donde no se deja de animar. Nunca he visto ni una pitada ni un mal gesto. ¡Y eso se agradece! Siendo contrario es una afición que respetaba mucho, y es que es un ejemplo para muchas aficiones.
«Es un tío muy ganador, y eso me gusta mucho. Y sí, me estuvo insistiendo para fichar»
«Fue muy duro»
- «Quiero volver a sentirme jugador», proclamó en su presentación. ¿Fue dura la temporada pasada con tan poco protagonismo?
- Fue dura en según qué momentos. Después de una lesión sabía que iba a entrar tarde en el equipo; sinceramente pensaba que mi papel, viniendo de jugar bien, iba a ser mayor. El equipo no empezó bien, parecía que me necesitaban, pero mi papel fue el que fue. Nunca me he rendido, he seguido entrenando, he seguido queriendo jugar. Pero llega un momento en el que el entrenador, con plantillas tan largas y con tanto en juego, es complicado dar confianza a todo el mundo. Me tocó a mí. Seguí con la misma actitud, positiva, para ayudar al equipo en todo lo posible. Pero hubo momentos puntuales en los que fue muy duro.
- ¿Y quién tira de usted en esos momentos?
- La afición. El apoyo de los jugadores. Mi familia, por supuesto, siempre ha estado ahí, porque sin ella no hubiera tenido esta carrera. El respeto de la gente ha hecho que me sintiera con ganas de seguir sumando.
- En su despedida, le definieron como «un tío normal».
- He tenido la suerte de que en el baloncesto se puede tratar con gente normal y corriente. ¡Es lo que somos! Somos gente normal y corriente. Estamos expuestos a la imagen pública, pero nunca me he sentido así. He intentado tener siempre la misma actitud, la misma identidad, y es lo que me ha ido bien.
«Álex y Javi me pueden transmitir los objetivos y la identidad del equipo para que yo pueda ayudar»
- Llega a Bilbao como el veterano. ¿Se siente la prolongación de Mumbrú, de Lolo Encinas y de Salgado en la cancha? ¿El jugador sobre el que recaerá el peso del equipo?
- Llevo años ya de veterano. Cuando cumples 32-33 años, ya casi te jubilan. He tenido la suerte de compartir vestuario con Álex. A Javi le conozco mucho, y tenemos amistad. Y es un punto a favor para que ellos me puedan transmitir los objetivos, y la identidad del equipo para que yo pueda ayudar a los jugadores y mejorarlos. Uno de mis objetivos siempre es mejorar al equipo. Y voy a seguir igual, incluso más.
- El sacrificio personal a favor del equipo.
- Es muy importante. Porque me han educado así, este es un juego de equipo, aunque mucha gente a nivel individual se jueguen cosas. Y como equipo es la única manera de sacar las cosas adelante. Desde siempre es la manera correcta: apoyándonos unos a otros, que cada uno mejore, que no seamos competencia, entrenando duro, pero sin ser competencia... Es la manera de seguir y crecer.
- Y más en un equipo que pasará momentos duros.
- Sí. Probablemente no seamos el mejor equipo, pero podemos ser el mejor equipo. Podemos ser el mejor equipo en actitud, en compañerismo, en el día a día. Si tienes eso ganado, tienes muchas posibilidades de hacerlo bien. El equipo del año pasado estaba muy unido, por eso se consiguió el ascenso. Van a seguir un 50% de la plantilla del año pasado. Es muy importante porque los que tenemos que unirnos al carro somos los nuevos. Unirnos y crecer.
«Tengo un aprecio especial a Aduriz; ahora me fijo en la gente de mi edad, en lo que te motiva a seguir»
- En Bilbao hay un ejemplo de veteranía, que es Aduriz. Él dice que lo que cada día le impulsa a ir a entrenar es estar con los jóvenes, ayudarles, hacerles crecer...
- Comparto la reflexión. Y le tengo un aprecio especial, porque ahora ya no te fijas en jugadores jóvenes, te fijas en la gente de tu edad, en lo que te motiva a seguir, en lo que te motiva a mejorar... Es un claro ejemplo de todo. Ir a entrenar cada día, poder estar en un vestuario con gente joven, unirte a esta atmósfera de risa en el vestuario te hace sentirte un poco más joven. Y sobre todo intentar mejorar, tú como jugador, que siempre puedes hacerlo, y a los demás. Darles consejos. En Manresa coincidí con muchos jugadores que me ayudaron en su momento. Y es la manera que un jugador pueda crecer.
- ¿Qué podemos esperar de este Bilbao Basket?
- Hay que tener un día a día bueno. Unirnos. Ser un equipo, con todas sus letras, en mayúscula. Y a partir de ahí competir. No pensar en febrero cuando estamos en agosto. Competir cada partido, y esa es la manera de conseguir nuestro objetivo.
-
Rafa Martínez.
Santpedor, Barcelona, España. Tiene 37 años.
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Trayectoria.
Categorías inferiores del Manresa, hasta que debuta en 2003 en el Ricoh Manresa. Ficha por el Valencia en 2008 y se desvincula el pasado verano.
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Títulos.
ACB y Supercopa de España (2017); 3 Eurocup. Jugador con más partidos en la historia de la Eurocup.
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