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josé manuel cortizas
Viernes, 14 de octubre 2016, 23:44
Le sorprende que cada vez que se habla de él se destaque su naturalidad, la normalidad con la que se desenvuelve. En una marejada de egos irrefrenable, el basket encuentra en Carles Duran la estampa de un técnico tranquilo, si la competición no desdice su ... hasta ahora manejo habitual en la banda. Es su primera experiencia como entrenador jefe desde el inicio de curso y mejor no ha podido estrenarse. Pleno de victorias e ilusión por no cerrar el ciclo mañana con la visita a Miribilla del Barcelona.
El mejor comienzo imaginado.
Los resultados no dependían de mí. Sí el crear un buen ambiente y dinámica de trabajo, que desde mi perspectiva estamos consiguiendo. Los resultados ayudan y nos dan más confianza en lo que hacemos. Con mi llegada, cómo estaba la plantilla hace dos meses y cómo ha ido la pretemporada, las cosas van bien y eso da tranquilidad.
Cierto, todo invitaba a pensar que les iba a costar más amarrar resultados.
Sobre todo porque la competición es dura desde el primer día. Tenemos jugadores con calidad. Por plantilla no era la duda. La incógnita era cómo podía adaptar mi trabajo a esta nueva plantilla y si íbamos a poder ser competitivos estando muy poco tiempo juntos. No estamos perfectos, pero sí hemos sido competitivos en los momentos importantes.
Llega un Barcelona...
... Que jugador por jugador tiene una plantilla extraordinaria, por eso se han gastado todo el dinero que se han gastado y han fichado lo que han fichado. No será el mejor Barcelona que va a haber este año porque acabamos de empezar, el entrenador es nuevo, muchos jugadores nuevos, pero el potencial es extraordinario. Tenemos algo muy valioso para contestarlo, Miribilla. Vamos a jugar de tú a tú, respetando que jugamos contra uno de los grandes candidatos para ganar la Liga y Euroliga.
Sería de estúpidos no aprovechar las ventajas y lo es que tuvieran partido de Euroliga ayer en Rusia. ¿Buscará un juego más físico?
Van a tener menos tiempo de recuperación y preparación del partido. Ellos tienen un banquillo más largo que el nuestro y también lesiones de jugadores importantes. Al final es un cinco contra cinco y todo el mundo es competitivo, pero intentaremos que en ese supuesto final la frescura les falte a ellos y no a nosotros.
Empate a seis en las visitas ligueras a Bilbao del Barça. Este equipo sabe competir con los grandes.
En este campo y con nuestra gente sumamos uno o dos puntos más. Espero que vengan a apoyarnos los cuarenta minutos.
Y el miércoles Europa. ¿Le ha sorprendido algo de la primera jornada?
Que los dos equipos de casa ganaron, lo que es vital. Será un grupo muy duro. Lietuvos Rytas tuvo opciones de ganar en campo de Khimki y Fuenlabrada jugó muy bien en Berlín. Los partidos de casa debes ganarlos.
¿Le excita la Eurocup?
Sí. Que Bilbao pueda competir en Europa es muy importante y nuestro grupo es muy motivante. No somos el equipo más poderoso de los veinte, pero me hace mucha ilusión. El historial del club me pone más presión, pero estamos deseando hacer un gran papel.
Pero el grupo funciona.
Lo vital es el vestuario. Están creando una dinámica muy positiva y desde ahí buscar las cosas buenas. Las malas ya sabemos las que son. Hemos buscado las cosas que nos llevarían a intentar ganar. Pero ese grupo, esa unidad en el vestuario, la están haciendo ellos, los jugadores.
¿Tan importantes son Mumbrú y Hervelle?
Es normal. Llevan muchos años, conocen muy bien la ciudad, la competición y ésta a ellos. Qué mejor que sean ellos los que ayuden a los que llegan a estar tranquilos, conocerlo todo y cómo es la competición, los rivales, qué respeto hay que tenerlos, hasta dónde se puede llegar con los árbitros. Complementan muchas cosas buenas. Y en la cancha pueden jugar bien o mal, pero siempre van a estar ahí.
Y eso le viene bien para que sean ellos los que les bajen los humos a quien se crea lo que no es.
Los galones se los tengo que dar yo y ellos se los ganan por la manera de ser y trabajar. Mira Axel, ha rechazado ir con su selección para quedarse con nosotros, para estar a mi lado porque no me conocía y ayudar a que el club no pierda la estabilidad. Álex fue uno de los primeros que estuvo a mi lado y eso significa mucho. Si luego viene gente con más o menos ego, ellos ya están por encima de eso y seguro que le harán ver la realidad de que el grupo está por encima de todo. Son dos estrellas y todo lo hacen por el bien del grupo y del club.
Es la primera vez que parte con el cuentakilómetros de la temporada a cero. ¿Se siente a prueba?
Personalmente me pongo mucha presión, lo quiero hacer muy bien y me creo mis expectativas. Este trabajo tiene más focos encima, pero intento ser lo natural que soy y no voy a ser otro. Veo que se tiene mucha ilusión y al mismo tiempo se respira la tranquilidad de saber quiénes somos y dónde estamos. Queremos competir con los mejores y serlo, pero hay clubes mucho más importantes económicamente.
¿Cuánto va a durar el Carles Duran que estamos viendo ¿Hay otro?
Me gustaría ser así siempre por mi manera de ser cómo me han educado y porque mi madre y mujer no me digan lo contrario (ríe). Tuve una experiencia muy positiva en Valencia y al mismo tiempo dura. Aprendí ciertas cosas, cometí errores e hice cosas bien. Espero estar varios años en Bilbao y espero que mi manera de ser se mantenga como la de una persona normal. Tengo cierto privilegio por ser entrenador del Bilbao Basket, pero soy uno más.
¿Intentó dar el salto cuando acabó su primera etapa temporal al frente del Valencia?
Sí, quería ser primer entrenador, pero hubo dos circunstancias. Parecía que no había mercado para mí, casi nadie se interesó. Y cuando fui a Valencia firmé por dos años para ser entrenador ayudante. Reflexioné que nadie me ha engañado y me gusta cumplir con lo pactado. Había pasado una circunstancia que aproveché, pero debía seguir mi trabajo. Al acabar ese contrato mi reflexión fue otra.
Desde fuera hay equipos en los que los asistentes parecen figuras decorativas, con poca ascendencia aparente sobre sus jefes.
Siempre he pensado que el gran entrenador lo es porque tiene un gran cuerpo técnico. Es vital todo el grupo humano que hay detrás para trabajar bien y tranquilo. Cuando sale mi nombre sale el de todos mis compañeros. Espero no cambiar.
También ha demostrado que cuando le pinchan salta. No hay más que rebobinar al play-off de dos años atrás.
(Ríe) Puede ser que en ese momento me sintiera atacado o que atacaban a los míos. Nos podemos equivocar y es normal asumirlo. Cuando estoy en un sitio intento protegerme yproteger a los míos. Queremos ganar, somos muy competitivos y la tensión te hace cometer errores. Pero estoy tranquilo porque fui justo con mi manera de ser.
¿Cuál sería ahora el punto débil a proteger en el Dominion?
Hay uno que aún no conocemos y pasará. La derrota. Cuando perdamos, que espero sea lo más tarde posible, cómo vamos a reaccionar todos, yo el primero, equipo y entorno. Eso me preocupa. ¿Qué va a pasar cuando perdamos?
Ganar 120 a 60
¿La paciencia tiene caducidad?
Depende del camino que cojamos. Me gustaría que me valoraran no porque gane o pierda sino por qué estilo tiene el equipo al ganar y perder.
¿No le suena a utópico? El deporte profesional se rige por la tiranía del resultado.
Me gustaría que fuera aquí donde no pasara (ríe). Sé que en el deporte profesional eres bueno o malo si ganas o pierdes, y no es justo. Para mí es muy importante la manera. El basket es un deporte de errores y gana el que menos comete.
Ha elegido los cinco jugadores con los que pone el listón.
Me he basado en jugadores que tienen más experiencia y de esos cinco cuatro dominan la Liga. Pero sin menospreciar a los demás. La clave está siendo la fuerza del equipo, los dieciséis jugadores que cada día tengo que suman y ayudan. Durante la temporada pueden pasar muchas cosas y ya se vio en la primera jornada en Fuenlabrada donde los que se dice que no son titulares cambiaron la dinámica. Eso me gusta.
Con todos los condicionantes tenidos en cuenta, ¿el puesto que más le apremia para acercarse a su nivel esperado es el de Tabu en la dirección?
Jonathan me preocupa que juegue con una regularidad positiva. Pero también me preocupan Javi y Tobias. Quiero que le pongan las cosas lo más difíciles posible. La única duda que tengo es que ellos y yo seamos uno. El base tiene que jugar con una total libertad y al mismo tiempo que sepa lo que a mí me gusta. Nos estamos conociendo. El base y el hombre grande son dos posiciones muy importantes y cuando son competitivos el equipo funciona. Mike (Eric) está sufriendo dentro de la normalidad. Cada uno tiene su camino, largo.
En las tres jornadas el ajuste defensivo ha reducido los puntos encajados. Y también los anotados.
En los tres partidos ha habido momentos de demasiada irregularidad. Quiero correr y meter muchos puntos porque a los jugadores les gusta...
¿...Aunque también los reciban?
Los meten porque hay más posesiones y a veces cuesta defender tantas. Pero si podemos quedar 120-60, mejor. Defender mejor no implica dejar de correr o no atacar rápido.
Un común denominador en las victorias ha sido la buena gestión de los finales.
Estamos intentando que la gente llegue bien. Llegar cansado le pasa a muchos equipos, como a Edwin Jackson con Estudiantes que acabó fundido. Intento que los jugadores que en ese momento considero más importantes lleguen frescos de piernas y de mente. Y hemos tenido la suerte de que han estado muy sólidos en ataque. Scott Bamforth y Buva han tenido un acierto grande. Es importante que en los últimos cinco minutos los que yo elija estén bien.
Tiene en su roster varios candidatos a ser jugadores de moda, como es ahora Bamforth. ¿Es un riesgo recibir tanta atención?
No me obsesiono con Scott, no creo que el equipo juegue para él. Y no creo que le afecte. Lleva ya cuatro años en la Liga y el entorno del vestuario es muy bueno. Según avanza el partido ves mejor tus puntos fuertes y los débiles del rival. Buscamos más a Álex, Scott o Jonathan, pero mi sensación es que en el vestuario tengo jugadores bastantes normales.
¿Los vicios adquiridos tienen vuelta atrás? Lo digo por la obsesión en ataque de Todorovic por querer romper el aro a cualquier precio, que enturbia su gran trabajo atrás.
La manera de jugar de cada uno es muy difícil de cambiar, es el sello personal. En mi parte está ayudarles y si no, por desgracia, está el banquillo. Cada jugador debe sentirse tranquilo porque el error no va a ser castigado con el banquillo. No me importa que tire y no enceste, no toque el aro o pierda el balón siempre que su reacción en la siguiente acción sea positiva para el grupo. Vale para Deki, Tobias o Salgado, para todos.
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