Nada puede quedar en el tintero

Tácticamente nada que temer. El duelo de pizarras entre Alonso y Pascual puede decantarse hacia uno u otro bando por matices. Físicamente ya es otro cantar. Plantilla larga al punto de permitirse el lujo de descartar para este viaje al recién recuperado Dorsey. Su inclusión obligaría a cambiar cromos americanos y da la sensación de que con Doellman, Vezenkov, Lawal, Samuels y Tomic no se quejarán los culés de carecer de artillería pesada en la pintura. Demarcación, la interior, que puede deparar un gran espectáculo esta tarde. Con Mumbrú posteando, Hervelle desmelenado en abril desde que se siente perfecto, Marko Todorovic volviendo por sus fueros como cuatro, y Bogris y Begic sintiéndose cada vez más importantes, el choque de trenes está servido.

Si al final Sito Alonso logra contar con todo su plantel salvo Dejan Todorovic, la eclosión emocional está servida. Son partidos, los que enfrentan a un conjunto de clase media con un gigante, movidos por los designios de la mente, por la capacidad psicológica para retroalimentarse, sobre todo el débil sobre el papel, con la carga casi espiritual que emana de las gradas. Miribilla tiene listo su efecto nocivo para el visitante. Baterías cargadas para arrimar el hombro el sexto jugador, el que también tiene jornadas menos expresivas. No ante un Barça que es una incógnita.

Su eliminación de la Euroliga en el mismo umbral de la Final Four consterna aún en el Palau. Trata de combatir un escozor que sólo un título liguero aliviaría. Ganar el viernes a una versión errática del Baskonia ha sido aprovechado en Barcelona para limpiar la herida. Es un problema afín a los trasatlánticos. No profesan elogio alguno a la Liga Endesa en su calendario regular y cuando se reenganchan en los play-off, más si lo hacen escaldados por no tocar pelo continental, su mensaje suena hueco.

No quiere decir ello que el Barça no se aplique en las canchas ACB. Sus números de líder no dejan lugar a dudas. Sólo ha perdido un partido en catorce desplazamientos y fue en Vitoria. Presenta la mejor defensa de la competición (706 puntos), pero la inercia ha hecho mucho también a su favor. Llegará hoy con ganas de revancha por el revés copero que sufrió a manos de los hombres de negro. Y será un partido muy especial para los jugadores, verdaderamente ajenos a las andanadas entre clubes palpables en las asambleas ACB. Dos de ellos destrozan los registros. Entre Mumbrú y Navarro suman 1.233 partidos en los que han anotado 1.876 triples. Son ya leyenda en la competición.

Como Raúl, que quema otra etapa en su carrera despidiéndose en formato liguero de dos jugadores que marcaron momentos muy especiales en su vida deportiva: el propio Navarro como integrante de los júniors de oro campeones del mundo, y Carlos Arroyo, compañero en Utah Jazz. Partidazo a la vista. Lleno técnico a falta de colocar las ultimísimas localidades. Un Dominion que lleva seis victorias seguidas en casa. Un Barça que sólo ha logrado equilibrar su cuenta de resultados (7-7) en el histórico de visitas al botxo. Como reza el anuncio, ¿se lo van a perder?