El Bilbao Basket roza la hombrada

Ha sometido el Bilbao Basket a un bombardeo al Laboral Kutxa en el arranque. Desde la línea de triple, los hombres de negro, comprometidos, han atormentado al plantel de Sergio Scariolo. Sin miedo. A por todas, ante un conjunto sorprendido por el arranque de fuerza y fe del conjunto vizcaíno. Bertans, Markota, Gabriel, más tarde Raúl y, para terminar, Mumbrú Desde los 6,75 metros han comenzado a tope, mientras los vitorianos trataban de frenar el ímpetu visitante. Es cierto que ha sido un primer parcial a rachas, primero foráneo, luego anfitrión, para acabar con otro triple del croata (19-26).

Y la quinta marcha se convirtió en sexta nada más arrancar el segundo cuarto. 12 arriba (19-31). Espectacular el equipo bilbaíno. Incluso Samb se unió a la fiestas de los triples. Sorpresa. Impresionante. Grande un equipo que no se había ejercitado en toda la semana, que había sufrido pendiente de la llegada de dinero a sus cuentas, lo que no ha ocurrido. Pero se han dejado ese quebradero de cabeza en el vestuario del Buesa Arena. Y han salido a lo suyo. El Laboral Kutxa trataba de acercarse (30-35), pero no le dejaba el Bilbao Basket. De hecho, hasta 15 arriba se marchó el cuadro de Pueyo (33-48) para irse al descanso por 13 adelante (35-48). Los bilbaínos, exultantes. Los alaveses oían la pitada de su público, irritado por la pasividad de sus hombres, incomodados por la acción, la rapidez y la entrega de los vizcaínos, liderados por Bertans y Markota, y con 10 aciertos de 16 intentos en triples.

Era mucha la renta, pero también se esperaba una reacción del Laboral Kutxa. No podían permitir los vitorianos lo que estaba sucediendo en un derbi que daban por ganado antes de tiempo, debido a la situación de los hombres de negro. A pesar impecable inicio de los vizcaínos, los alaveses poco a poco fueron limando la renta de su oponente. Punto a punto, minuto a minuto. A los de Pueyo se les notó nerviosos por momentos, imprecisos, con fallos, aunque tampoco es que los de Scariolo estuvieran más atinados. Pero es cierto que tuvieron menos errores los locales y, ya en el último parcial, igualaron el duelo (61-61, a falta de 6'42''). Hasta entonces, se volvió a ver la intensidad bilbaína, con todos los jugadores a tope. Entregados. Más de cinco minutos. 63-63. Igualdad. 69-69. Poco más de un minuto para el final. Emoción. Pero no ha podido ser. Primero, triple de Huertel (72-70). Luego, tapón de Nocioni. Y a partir de ahí, una falta dudosa, un técnica 74-70. Y 76-70. Adiós al sueño. Por poco. Lo ha rozado. Ímpetu, entrega, lucha. Este vestuario, pese a las adversidades, mostró su compromiso con unos colores y una afición. Qué pena de último minuto.