Mumbrú sufre el efecto Miribilla

Y ya fue un momento emotivo la entrada del barcelonés al parqué bilbaíno. Los alrededor de 40 metros desde el túnel de vestuarios hasta el banquillo visitante estuvieron acompañados por muchos aplausos de una afición que recuerda con cariño a su penúltimo preparador- Mumbrú estrechó la mano en la pista al directivo del Surne Carlos del Campo y miembros del equipo local. Se abrazó con Jaume Pnsarnau, que también se enfrentaba un Valencia en el que escribió parte de su biografía, y ambos técnicos compartieron sonrisas y seguro que comentarios muy amables. Cómo no, no podía faltar un gesto afectuoso con Salgado, su ex mano derecha.

Ya en la presentación de los conjuntos, la marea negra dedicó una ovación al alero vizcaíno del Valencia, Xabier Lopez-Arostegui, reciente campeón del Eurobasket, y luego se puso de pie para aplaudir con fuerza cuando se oyó el nombre de Mumbrú por megafonía. Ludde Hakanson corrió a dar la mano a su exntrenador Isabel Iturbe entregó a Mumbrú un original cuadro en el que el técnico barcelonés aparece como técnico dándose instrucciones a sí mismo vestido como hombre de negro.

Pero no todo fue alegría para Mumbrú, que sufrió en sus carnes el efecto Miribilla. El Surne dio la vuelta al marcador en el último cuarto y el preparador del Valencia se marchó visiblemente enojado a vestuarios, después de dar la mano a los árbitros y chocarla con tres espectadores.