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Digerido el cara o cruz favorable de Murcia, despedido 2019 como almanaque clave en la historia del club y recibido 2020 como lo que se espera de él -un año de confirmación, de crecer entidad, plantilla, marea negra y sociedad todos a una-, ... el día a día del RETAbet trata de regresar a la normalidad, aunque esta semana aún sea atípica. «Son semanas especiales porque pilla Navidad, Fin de Año, hay días libres y menos tiempo para preparar las cosas. Pero la plantilla está bien. Se preparan las cosas a ritmo más acelerado, pero es llevadero porque tampoco estamos muy pendientes del otro equipo sino de cómo lo vamos a enfocar nosotros. Intensidad siempre alta. Aviso que será complicado hasta el final».
Se refiere Álex Mumbrú al partido de este sábado en Miribilla (20.30 horas) contra un Estudiantes en doble crisis deportivo-económica. Un choque inmerso en una jornada muy especial en la que los hombres de negro compartirán parqué en el Bilbao Arena con el Lointek Gernika. «Hay un baloncesto de élite en Bizkaia y la muestra la tenemos aquí. Esperemos que se llene para vernos a los dos, que sea una fiesta y la gente se sumerja en el basket de alto nivel», añade.
El técnico barcelonés habla así de la franquicia del Maeztu. «Viene un rival que está jugando últimamente muy bien, que viene de ganar muy fácil a Murcia, que cada vez está mejor y con Avramovic (cedido por el Unicaja tras la marcha de Brizuela) consigue un juego más vertical y agresivo. Seguro que va a ser difícil». Lo comenta sin pensar en estadísticas. «Hace tres o cuatro años ganamos en el último segundo. Por historia el Bilbao Basket en Miribilla siempre ha sido un equipo duro y fuerte, difícil de ganar. Y estamos preparados para encontrarnos al mejor Estudiantes».
A 80 minutos del cierre de la subasta por la Copa del Rey, con cuatro plazas aún por repartirse entre nueve equipos, uno de ellos el RETAbet, Mumbrú pide calma y mente fría. «El momento de mirar la Copa es dentro de dos jornadas. Ahora sólo son cábalas. Estamos en la pomada y casi todo el mundo tiene algún ticket para jugarla. Nosotros también. Si perdemos la concentración de pensar en la Copa seríamos estúpidos. El foco está en Estudiantes y veremos en la última jornada las posibilidades reales de clasificación. Todo pasará por ganar este partido».
Para este encuentro extrae como moraleja de la agónica victoria en Murcia que «habla bien de ser capaces de sufrir, de mantener la tensión. La presión final fue para el de casa. Hemos perdidos dos partidos con dos prórrogas y esta vez cayó cara y lo importante es luchar hasta el último balón. Creer hasta el final». Se muestra benévolo con las razones por las que el ataque no se acercó al enorme talento defensivo de su equipo. «No sólo fue demérito nuestro, estuvieron físicamente muy agresivos y nos costó». En este sentido, repetir el recurso de Jaylon Brown como desatascador del juego dependerá de las circunstancias. «Jaylon es muy desequilibrante en su juego ofensivo y si te atascas necesitamos individualidades». Y se felicita porque «sin gente acertada (en ataque) hicimos un partido completo».
No le gusta que le hablan de varias competiciones dentro de la Liga Endesa. Aunque el Bilbao Basket saque ahora cuatro victorias al Estudiantes, «rivales directos son todos. Es un partido más en un año difícil. Si te despistas dos semanas estos rivales se ponen contigo. Es tan directo como Murcia, Burgos o Andorra, con los que acabamos de jugar». Porque mantiene inamovible su hoja de ruta, aunque vaya a cerrar la primera vuelta con al menos dos tercios del peaje de la permanencia ya cubiertos. «El verdadero foco de nuestro año es seguir en Liga ACB. Es el objetivo prioritario y lo que venga de más bienvenido. No podemos confundir la realidad. Hace un año estábamos en la LEB y el club sale de un momento complicado en muy poco tiempo. Sabemos que llegarán momentos difíciles y nosotros tenemos que seguir pensando en cómo pasarlos. Necesitaremos claridad mental para que cuando lleguen tengamos tranquilidad».
Decía semanas atrás Schreiner que el grupo está ya tomando como habituales los partidazos de Bouteille. Mumbrú le libera de protagonismo. «Convivimos con el efecto Bouteille siendo equipo. Todos los jugadores son necesarios. A veces son otros los que destacan. No habríamos llegado a que Axel pudiera decidir en estos partidos si el equipo no hubiera trabajado para ello». Y aunque de unas semanas a esta parte el nombre del alero galo, como el de Brown, suenan en los mentideros para el mercado invernal, el entrenador barcelonés no pierde un segundo con ello. «No podemos controlarlo. Sí que esté centrado en el equipo, en lo que debe hacer. Nuestro control es grupal y día a día». Cabe reseñar que esa tranquilidad también viene dada porque ningún jugador de la plantilla tiene una cláusula de salida, con lo que si algún equipo quisiera hacerse con un hombre de negro forzosamente debería llegar a un acuerdo con la franquicia de Miribilla. Y eso no va a pasar seguro mientras la permanencia no esté garantizada. Y probablemente tampoco cuando esa misión se haya cumplido.
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