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La final arranca con sobresalto. Habrá que esperar a ver si se trata de una alerta activada o alcanza el rango de alarma. Jaylon Brown entre algodones. «Se lesionó el martes y aún no ha entrenado. A ver si hoy entra y si no ... viajará sin entrenar. Es la duda. También ha habido gripe, pero todo el mundo así en Bilbao». Lo ha dicho este jueves Álex Mumbrú en su encuentro con los informadores previo a la disputa de la Copa de la Princesa. No es la noticia que nadie quiere escuchar, pero viendo el talante del técnico crece el ánimo a pensar que el de Indiana estará a disposición de, al menos, ayudar al grupo.
Retirado hace un par de telediarios, Mumbrú aún despide en su lenguaje corporal la tensión y excitación propias del jugador, del competidor nato. Le ponen al barcelonés estos eventos, las finales, los partidos sin retorno y reivindica que el hecho de estar en la del sábado sugiere un buen trabajo realizado. «A todo el mundo le gusta jugar finales y para eso hay que clasificarse. Lo hemos logrado porque hemos hecho una buena primera vuelta. Y la Liga es prioritaria y por eso, aunque ya llevábamos unas semanas sabiendo que la jugaríamos la hemos aparcado hasta el lunes después de Huesca. En Sevilla, con su renta considerable, han podido pensar más en ella. Lo que está claro es que tenemos muchas ganas, y se nota la ilusión de la gente en Bilbao».
Nunca una encuesta ha dado un saldo tan unánime. Con 18 victorias seguidas, jugando en casa, desde hace diez años a ningún anfitrión se le ha escapado una Copa... el Betis lo tiene todo de cara para ser apuntado como favorito. «No es que le quiera dar el papel, es algo que se cae por su peso. En este formato siempre ha ganado el equipo de casa y este Betis es el de todos los récords». Y eso le lleva a Mumbrú a limitar las argucias, aunque ha preparado cosas, claro. «Vamos a hacer lo que nos funciona. Pensamos en nosotros. Cuando hemos perdido ha sido porque dejamos de ser fieles a nuestro estilo». Lección aprendida.
Y pasa a destacar las virtudes de un Betis cuyo roster recita de carrerilla. «Es muy sólido en todas las líneas. Y por dentro tiene un arsenal, hasta seis jugadores. Son doce hombres muy completos. Dependiendo de con quién jueguen defienden de una manera u otra. Debemos adaptarnos y llevar el partido a nuestro terreno». Y se plantea la gran duda. «Ellos son el mejor ataque y nosotros la mejor defensa. Está clara la situación». ¿Quién gana sobre el papel en ese pulso de extremos?
Habrá que esperar al sábado (18.00, Teledeporte) para conocer la respuesta. «El título es importante porque llevamos unos años convulsos y para nuestra gente y su disfrute sería muy bueno y anímicamente también para nosotros. Y además incluye el factor importante de jugar el primer play-off en casa», continúa Mumbrú, que hace bien en reivindicar la importancia de lo que el equipo y el club se traen entre manos. «Hemos estado en finales, pero no hemos ganado ninguna. Sabemos la dificultad que encierra. Vamos con ilusión y ganas». Y pone veto a que se tenga en cuenta el precedente de la primera vuelta, cuando el RETAbet perdió en San Pablo. «Nos faltaban Osvaldas y Edu y salimos de titular con Mendikote. Si te faltan los dos jugadores de la misma posición... pero los dos equipos somos diferentes de aquel momento».
Aunque los picos de máxima afluencia a sus partidos se sitúan sin llegar a los tres mil espectadores, desde la franquicia sevillana se habla del doble de aforo para la final. «La presión se vive por los dos lados. Influirá que es su pista, ellos no están acostumbrados a tener tanta gente... es bonito para el baloncesto. Que se viva como una final bonita entre dos buenos equipos». Donde está garantizado el ambiente es en el Palacio Euskalduna. En menos de dos días la marea negra ya ha retirado más de mil invitaciones para la fiesta que incluye el seguimiento en directo de la final en una pantalla de 25 metros cuadrados. Lo que no le mola tanto a los seguidores vizcaínos es saber que con los integrantes del trío arbitral designado el Bilbao Basket acumula cuatro derrotas y ninguna victoria. «Son casualidades que no hayamos ganado partidos con ellos. Con tres en pista ahora hay buenos arbitrajes y está todo más controlado», suaviza la situación Mumbrú.
Mumbrú conoce de primera mano las consecuencias de ganar este tipo de duelos. «Ellos anímicamente se vinieron arriba al ganarnos en Liga y siguieron confiando en lo que hacían. El que gane saldrá reforzado, pero no más allá que el día siguiente cuando volverá a salir el sol y nos quedará mucho trabajo». Reafirma su máximo respeto por un Betis «que está jugando muy bien y sería injusto desmerecerlo. Están haciéndolo muy bien. Hemos tenido mala suerte de perder en el último segundo con Araberri y Barcelona y ellos han ganado los partidos que se han ido a la prórroga».
El resto de la LEB Oro ve este fin de semana los toros desde la barrera. «Tener cuatro o cinco días libres oxigena al equipo al que le va mal. Al que iba bien, le paras». Pase lo que pase, Álex Mumbrú dará descanso a sus hombres desde el desenlace de la final hasta el miércoles por la tarde, cuando están citados para volver al trabajo en Miribilla.
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