Mumbrú, un alumno bien aplicado

Sus victorias han incluido ilustres apellidos como damnificados. Perasovic, Laso, Pesic y Pedro Martínez componen un póquer de presas de lujo, pero quizá el morbo se acentúa en lo personal al haber sido capaz de hacer doblar la rodilla a la mitad de los entrenadores para los que jugó en la franquicia vizcaína. La primera no tardó en llegar. Jornada inaugural, dudas sobre si la máxima categoría estaría por encima de su plantilla e incluso de él. La incógnita quedó resuelta con la solvencia del estudiante al que le permiten llevar el libro de texto al primer examen.

Y primeros síntomas de entender la situación. Hurgó en la herida de un Tenerife descompensado, estrenando roster al completo y Txus Vidorreta fue su primer trofeo. El segundo y tercer rounds los perdió a los puntos. Frente al Gran Canaria de Katsikaris en un partido incómodo en el que tuvo un triple de Bouteille para empatar a 45 segundos del final. Este domingo (13.00) tendrá la posibilidad de devolverle la moneda en pista insular. Y ante la Penya de Carles Duran llegando al sprint, uno abajo cuando restaban menos de cuatro minutos, con palos arbitrales en las ruedas todo el encuentro.

Equilibró su balance ante el técnico del que dispone apuntes más recientes. Y le sacó de sus casillas, sobre todo a sus jugadores, con un planteamiento que parecía kamikaze. Y quizá lo fuera, pero funcionó. Frente a un Murcia con la soga al cuello tocó la tecla mental. Siete primeros minutos en zona. No importaba que les llovieran triples. Llenó hasta reventar las alforjas del ego de Booker y Eddie y ellos mismos cogieron la pala voluntarios para cavar la fosa de su equipo. Fue un pulso en el que nunca dejó de sacar recursos ante un Sito Alonso que o se dio por sorprendido y careció en su grupo de un antídoto más allá del egocentrismo de sus estrellas.

De la mano de Lolo Encinas y Javi Salgado y con la cercanía de Rafa Pueyo, el núcleo técnico que dirige Álex Mumbrú está bien reforzado.