Kullamae: «El momento del triple fue increíble»
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Kullamae describe la canasta ganadora ante el Baskonia como uno de los mejores recuerdos de su carrera justo antes de recibir al ChemnitzEurope Cup ·
Kullamae describe la canasta ganadora ante el Baskonia como uno de los mejores recuerdos de su carrera justo antes de recibir al ChemnitzLa llamada le pilla de compras, en unos grandes almacenes. Hay ruido alrededor, aunque muchísimo menos del que levantó este domingo en Miribilla con su triple ganador ante el Baskonia. Kristian Kullamae (Tallín, Estonia, 24 años) resolvió el derbi en el último segundo con una ... canasta de ocho metros que puso de pie a los casi 10.000 espectadores que llenaron el Bilbao Arena y dinamitó un partido de igualdad extrema. «El momento del triple fue increíble, el mejor de mi carrera», confiesa el escolta con las sensaciones aún a flor de piel. Apenas tiene tiempo de detenerse y pensar porque este miércoles toca saltar a la pista para medirse al potente Chemnitz alemán en el choque de ida de las semifinales de la Europe Cup (20 horas).
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Antes de analizar lo que espera al Bilbao Basket en su duelo con uno de los clubes punteros de la Bundesliga, el que ganó de 34 al Zargoza en el Príncipe Felipe (64-98) y de 16 en casa (102-86) para finiquitar los cuartos de final sin despeinarse, Kullamae retrocede unas horas y recrea lo vivido en Miribilla. «Jaume (Ponsarnau) me dijo que tenía que penetrar y buscar a Killeya-Jones, pero no pude hacerlo porque Miller-McIntyre defendió muy bien». El entrenador de los hombres de negro pidió un tiempo muerto para pintar la jugada de los últimos nueve segundos. «Busqué el bloqueo directo con Sacha –prosigue–, aunque llegó el cambio (defensivo) y me quedé con Costello. Entonces pensé que tenía que tirar. Sabía que podía hacerlo desde lejos, más allá de la línea de triple. Tengo mano para ello». Y entró.
Cuando la red tragó el balón, Miribilla estalló. No se oía nada, ni a la persona que estaba al lado. «Fue genial vivirlo con la afición. El público nos da mucha energía», reconoce el estonio. Jamás olvidará el triple, la gente de pie, el ruido, el manteo de sus compañeros, las collejas que se llevó de toda la plantilla, su cariño, él de pie estirando la camiseta mirando a la grada. «Fue increíble. Tuve un momento parecido el año pasado con mi selección, pero este es más especial. El tiro es más difícil, contra un Euroliga, en un derbi... todas esas 'cosas pequeñas'», suelta divertido.
El baloncesto le permitió redimirse del fallo en Badalona y premió su trabajo diario. Falló en noviembre aquel lanzamiento liberado mucho más sencillo que el del domingo y encima Feliz le castigó con un triple desde 22 metros que supuso al equipo encajar una derrota demoledora. Estaba afectado, 'tocado', pero siguió sudando en la pista. Entrena como un poseso, jamás escatima en esfuerzo y mete horas en la cancha. «Me siento más cómodo en la segunda vuelta. Sé más sobre la liga, equipos y jugadores. Estoy con más confianza», se sincera el báltico. «Tengo 24 años, es mi temporada de estreno en Bilbao y la primera vez que cuento con un rol importante. Estoy listo para demostrar que puedo jugar a este nivel». Tanto es así que acredita dobles figuras en anotación en ocho de los últimos nueve partidos en la ACB. Lleva «tres o cuatro veranos» trabajando a nivel individual con el maestro Pepe Laso, quien pule su baloncesto. «Sé que soy capaz de meter tiros lejanos. La clave es la confianza», insiste Kullamae.
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Vienen los Niners
El Bilbao Basket volvió a entrenar este lunes en Artxanda porque recibe este miércoles la visita de los Niners. Está en juego un billete para toda una final europea, algo que el club solo ha conseguido una vez en su historia. Fue en 2013, cuando peleó por el título de la Eurocup ante el Lokomotiv Kuban en Charleroi (Bélgica). Perdió 75-64. «Es un rival difícil, segundo en la Bundesliga», avisa el estonio. «Cuentan con muy buenos jugadores, su estilo es diferente, no tienen bases ni pívots al uso y su defensa es distinta. La dificultad es máxima, pero en casa podemos ganar a cualquiera. ¿Si la final es posible? Es nuestro objetivo. Queremos ganar esta semifinal contra el Chemnitz», afirma rotundo el escolta.
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Tiene fe en el equipo y en el Bilbao Arena, «donde no hay nada imposible». Subraya el papel fundamental del público, de la marea negra, que actúa como fuente de energía. «En Miribilla es imposible jugar mal con esta afición. ¡Empuja mucho!». Ahora les necesitan más que nunca en su camino hacia la final.
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