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Sacha Killeya-Jones se ha convertido en uno de los grandes argumentos ofensivos y defensivos del Bilbao Basket. Un pívot atípico, con ramalazos de base, encantado con el balón en las manos -a veces se pasa de botarlo cuando quiere jugar al poste bajo y ... marcharse con fintas de su par- y un baloncesto atractivo bajo los aros. El de Nueva Jersey, internacional británico, está cumpliendo con creces en su primera temporada en la Liga Endesa. Es el jugador más valorado del Surne (12,4), el que más anota del vestuario tanto en la ACB -11,8 puntos por partido- como en la FIBA Europe Cup (15,2) y figura como el segundo máximo taponador en el campeonato doméstico con 1,6 gorros por encuentro, solo por detrás del infinito Edy Tavares (1,8). Una pieza fundamental en el esquema del técnico Jaume Ponsarnau, quien está encantado con la sociedad de torres que forma el americano con Tryggvi Hlinason.
Siempre hay incertidumbre cuando se ficha a un jugador joven sin experiencia en la ACB. El Surne renovó por completó su pareja de 'cincos' al prescindir de Michale Kyser y Jeff Withey y apostar por Killeya-Jones y la mole islandesa. El internacional británico había estado en la República Checa, Estonia, Polonia e Israel, donde ganó una liga hebrea, pero el Bilbao Basket le ofreció el caramelo y la responsabilidad de probarse en la segunda mejor liga del mundo. El pívot aceptó el desafío y respondió a la confianza del club. Lidera varios de los principales apartados numéricos y es el segundo máximo reboteador del equipo en la Liga Endesa con 4,9 capturas por choque, solo por detrás de Hlinason (5,1). Ahora bien, en Europa encabeza también este apartado con 6,5, donde figura como el tercer taponador del torneo (1,7).
Baskonia y Chemnitz
Killeya-Jones acaba contrato y será difícil renovarle porque hay muchos equipos con chequeras potentes que aspiran a hacerse con sus servicios. Gusta mucho fuera de los muros de Miribilla, pero habrá que esperar hasta el final de la temporada. El internacional británico juega por encima del aro, anota con facilidad y en defensa protege el espacio aéreo. Uno de los debes es su empecinamiento en bajar mucho el balón al suelo y botarlo en exceso, sin levantar la vista y localizar a algun compañero liberado en el perímetro, lo que se salda con más de una pérdida. Otro son los tiros libres, con solo un 55% de efectividad. Pero lo compensa con puntos, rebotes y tapones, argumentos de sobra para que esté en el radar de varios clubes con posibles.
El de Nueva Jersey metió 21 puntos contra el Granada, su anotación récord en la ACB. Estuvo cerca de batirla contra el Unicaja, pero paró el contador en 20. Hizo 19 frente al Girona, 18 ante el Murcia y 17 contra el Gran Canaria, entre otros registros. Al Anwil le hizo 22 en Europa, su plusmarca con la camiseta de los hombres de negro. Ahora se medirá al físico del Baskonia en el derbi del domingo y luego a los atletas del Chemnitz alemán en las semifinales del torneo continental, dos pruebas de máxima dificultad que exigirán la mejor versión de Killeya-Jones.
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