Joventut 81-78 Bilbao Basket

El Bilbao Basket se hace un harakiri en Badalona

Porque era un duelo de necesitados, de dos equipos que buscaban cortar sus respectivas malas rachas en la ACB. El Surne se presentó en el Palau Municipal D´Esports con una serie de cuatro derrotas seguidas, mientras que la Penya solo había ganado uno de sus últimos cinco compromisos en la Liga Endesa. Dos espejos frente a frente y acabó rompiéndose el bilbaíno. Saltó en mil pedazos, y está por ver quién y cómo los recoge para recomponerlo. Porque perder de esta manera socava la confianza hasta del más duro de la clase. Y ahora toca recibir al Unicaja y luego visitar al Valencia, todo ello con cinco disgustos que pesan lo suyo en una mochila cargada de concesiones insoportables como la de ayer o la del Zaragoza.

Los hombres de negro tenían la batuta –fueron por delante 30 minutos y 13 segundos, la Penya solo 4'24, y perdieron–, pero no supieron matar el encuentro. Sacaban poco provecho a los rebotes porque concedían segundas oportunidades y regalaban balones con generosidad. Acabaron con 16 pérdidas. Un triple de Smith dio la máxima ventaja en los últimos minutos del cuarto inicial (10-16), pero tras un parcial de 0-6 llegó otro de 7-0 gracias a Thomas y un recuperado Feliz. Esta fase del choque se cerró con el empate a 19.

Desastre

Se echaba de menos una mayor aportación coral de los vizcaínos en ataque, donde hasta cuatro hombres llegaron al descanso sin un solo punto: Killeya-Jones, Pantzar, Rabaseda y Tsalmpouris. La Penya vivía del acierto de Thomas y del buen trabajo de dos adolescentes como Prey (18 años) y Ruzic (17), salpimentado todo con la dirección de Feliz, quien fue de menos a más hasta convertirse en gigante. Fue un señor triplazo de Reyes que mandó al Surne tres arriba a los vestuarios (38-41).

El equipo trabajaba con el pico y la pala, con el sudor, y al Joventut le costaba anotar. Solo lo hacían con facilidad Thomas y Feliz. Emergió la mejor versión de Pantzar tras el paso por los vestuarios, mientras que la mala noticia era la cuarta personal de Andersson. El base sueco tiró del equipo y le dio la máxima ventaja (48-55), la misma con la que se cerró el tercer cuarto con un triple de Kullamae (53-60). Todo pintaba bien y nadie podía imaginar lo que llegaría al final.

A falta de 56 segundos para el final, un irregular Smith hizo el 69-76. Siete arriba. A partir de ahí, el Joventut firmó un parcial ganador de 12-2. El Bilbao Basket se inmoló de una forma inaceptable, falló todo, tiros libres incluidos, y regaló el partido a la Penya. Perdió de la manera más cruel, víctima de sus errores y temores, incapaz una vez más de llevarse a casa lo que era suyo.