Hakanson da un golpe sobre la mesa

La baja de Jonathan Rousselle ponía ayer el foco en Ludde Hakanson, su compañero con la batuta del RETAbet. El sueco había asumido durante la semana que su temporada dejaba bastante que desear, que debía dar un paso adelante y demostrar su potencial sobre la cancha para cooperar en un triunfo que resultaba fundamental ante el Acunsa GBC, uno de sus más directos adversario. Pues bien, en la noche clave para que el Bilbao Basket siga soñando con la salvación, el '22' de los hombres de negro exhibió su catálogo de virtudes en San Sebastián. Su puso el traje de héroe, con cinco triples anotados en otros tantos intentos y otro canasta de dos (17 puntos), y contó con la colaboración de Jaylon Brown, que en ocasiones le concedió descanso y otras veces actuó de escolta.

La lesión del capitán francés provocó un escalofrió en el vestuario de los hombres de negro. Faltaba un jugador fundamental, el alma de la franquicia de Miribilla junto a Ondrej Balvin, también sobresaliente ayer. No obstante, Hakanson asumió el papel de líder, de superhéroe y, desde el inicio, evidenció que iba a ser su partido. Quizá le favoreció el hecho de saber que Álex Mumbrú iba a contar con él pasara lo que pasara. Confianza que agradeció y devolvió.

Ocho puntos le endosó al GBC en el primer parcial. Dos triples, y una canasta de dos. También forzó una falta personal nada más arrancar el encuentro. Jugó poco menos de siete minutos. Primera rotación, Brown a la pista. Y el estadounidense se marchó al descanso con siete puntos. Entre los dos, con el apoyo del pívot checo, martirizaban a un Acunsa que todavía tenía que sufrir lo peor. ¿Su valoración? Doce para el escandinavo, once para su compañero. Tras el paso por los vestuarios, emergió un ciclón. Y los dos contaron con protagonismo.

Hakanson sumótres triples a su cuenta, Brown le 'copió'. Por ejemplo, el '22' se sacó uno justo cuando la posesión se acababa. Estaban los dos en racha, como el resto de sus compañeros, en una noche que sirvió para que el RETAbet se diera cuenta de que sí, de que puede salvarse. Y más, cuando Hakanson, un jugador sobre el que se tenía puestas muchas esperanzas, da un golpe sobre la mesa. Acabó con 17 puntos y una valoración de 26, los mismos números que el gigante Balvin.

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