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El Bilbao Basket apenas ha tenido tiempo de lamentarse ni de lamerse las heridas a raíz de la derrota sufrida el sábado en la pista del Dreamland Gran Canaria. El baloncesto no para y ofrece de inmediato una nueva oportunidad de redimirse, aunque sea en ... un escenario diferente y en una competición distinta. Los hombres de negro volaron este domingo desde Las Palmas hasta Viena (Austria, 3.573 kilómetros), donde llegaron sobre las cinco de la tarde y cogieron un autobús rumbo a Prievidza (269km). Es la ciudad eslovaca en la que juega el equipo del mismo nombre que este martes será el rival de los vizcaínos en la tercera jornada de la fase de grupos de la FIBA Europe Cup (19 horas). «Es un partido clave para acceder a la segunda ronda y hacerlo lo antes posible», avanza Melwin Pantzar, base del Surne, quien atiende a EL CORREO desde el aeropuerto de la capital austríaca.
El sueco tiene procesada y digerida la derrota contra los canarios, aunque eso no le impide dar las claves de lo ocurrido en un partido en el que el Bilbao Basket hizo muchas cosas bien durante media hora y desapareció en el período final. «Ellos subieron de energía en defensa, los árbitros les dejaron ser más físicos y nosotros no lo igualamos. Si no lo hacemos es difícil. Hay que mejorar en este sentido y ser más duros», aconseja Pantzar, quien pese al resultado adverso ve bien al equipo. «No nos pesa anímicamente. Es difícil ganar en Gran Canaria –el Surne solo lo ha hecho una vez en 20 visitas–. Jugamos bien tres de los cuatro cuartos, y mal el último». Confía a ciegas en sus compañeros, en el grupo, y solo piensa en completar mañana un buen choque que acerque a los hombres de negro a la segunda fase europea.
La franquicia de Miribilla entrenará este lunes en la cancha del conjunto eslovaco y luego hará el correspondiente 'scouting' para conocer con detalle las fortalezas y las debilidades de su siguiente rival continental. «Juegan bien y sabemos que no será fácil», avanza Pantzar, quien se encarga junto a Harald Frey de pensar, elaborar y ejecutar el baloncesto de los hombres de negro. «Todo el mundo va a aportar», asegura el sueco en referencia a la plantilla desplazada a Eslovaquia.
Ambición
El base sueco no se mordió la lengua el año pasado cuando dijo que quería «ganar la Europe Cup», y ahora vuelve a ondear la bandera de la ambición. «Queremos hacerlo mejor que en la temporada anterior, cuando llegamos a las semifinales». En la penúltima ronda del torneo, a las puertas de la gran final, una mala segunda parte frente al luego campeón Chemnitz alemán privó a los vizcaínos de pelear por el título. «Me gustaría ganar la Europe Cup. Es un reto bonito», sostiene con naturalidad Pantzar.
Un hombre que ha dado un importante paso adelante en su juego y también en el apartado físico, una fuerza de la naturaleza con un toque de elegancia. No se conforma. «Soy autocrítico. Estoy mejor que el año pasado, pero tengo la sensación de que puedo aportar más al equipo. Es mi segunda temporada en Bilbao, donde estoy muy a gusto con el 'coach' y los compañeros». De ahí que sueñe a lo grande y lo haga con los ojos abiertos.
El Prievidza perdió ayer en su visita al Komarno (87-84) en un partido resuelto en los segundos finales. De esta manera, los eslovacos vieron interrumpida su buena racha de cinco victorias consecutivas entre la liga de su país y la FIBA Europe Cup, competición a la que regresan mañana para recibir al Bilbao Basket (19 horas). Los dos equipos marchan invictos en el Grupo J y el que gane dará un paso de gigante hacia la segunda fase del torneo continental.
En las filas de Prievidza sobresalen sus cuatro americanos y un finlandés. Es la columna vertebral del equipo, las piezas que sostienen el peso de su baloncesto, porque el resto son colaboradores necesarios en la pista. En la derrota de ayer ante el Komarno, el alero Keith Jordan metió 23 puntos y cogió nueve rebotes; el pívot Hunter Dean anotó 18 e hizo la friolera de 16 capturas; el base C.J. Jackson facturó 14 y repartió ocho asistencias; el escolta Daishon Smith acabó con 14 puntos; y el ala-pívot Remu Raitanen añadió nueve. Entre los cinco aportaron 78 de los 84 puntos del conjunto eslovaco (92,8%).
El Prievidza marcha en su liga con un balance de tres victorias y dos derrotas, mientras que en la Europe Cup superó en casa al Kutaisi georgiano (77-69) y al Balkan en Bulgaria (70-89). Curiosamente, accedió a la fase de grupos continental como uno de los repescados después de caer en una increíble eliminatoria previa ante el Alba Fehervar. Los eslovacos ganaron en casa de 17 (102-85), pero perdieron de 20 en Hungría (104-84). Pese a ello, fueron uno de los 'lucky losers' que entraron en la liguilla.
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