Fuenlabrada 77-71 Bilbao Basket

El Bilbao Basket defrauda ante el colista

Torció el morro Adam Smith nada más arrancar el partido. Falló los dos primeros tiros libres. La última vez que le pasó debió de ser cuando jugaba en las canchas de su barrio en Kentucky. Contrariado, metió luego dos canastones para quitarse el mal sabor de boca. Luego se le salió otro. Raro. Algo iba mal. El Bilbao Basket se suicidaba desde la línea de castigo, un ejercicio de tortura que hería la vista. Llegó al descanso con un increíble 2 de 7. Por contra, el Fuenlabrada, al que daba la sensación de que solo con zarandearle acabaría tirado en cualquier esquina del Fernando Martín, llevaba un 11 de 14. Otro punto de dolor fueron las pérdidas de los hombres de negro, hasta nueve en la primera parte, 18 totales. Posesiones regaladas para dar vida al colista, metido en el encuentro gracias a los errores de los vizcaínos.

En cuanto pisaban el acelerador los hombres de Jaume Ponsarnau, se iban. Con poquísimo hacían mucho daño. Jugaban tan cómodos que jugaban mal, sin continuidad ni intensidad necesiarias para sacar del parqué al Fuenlabrada. Cada vez que Radicevic se metía en la pintura y dividía, los tiradores quedaban liberados. Tsalmpouris metía fácil, Sulejmanovic facturaba y Reyes se veía tan solo en la línea mágica que le daba hasta la sensación de abandono. El Bilbao Basket cerró el primer cuarto seis arriba (19-25), y eso que perdonó más que una madre a su hijo único. Con un poco más de contundencia y dureza, el Surne podía haberse despegado en el marcador. Los fuenlabreños sobrevivían gracias a los tiros libres –11 de sus 39 puntos al descanso llegaron así– y el brazo de Pinder, su referencia, quién recibió el alta unas horas antes del choque.

Hundimiento

Un triple de Reyes dio la máxima al equipo nada más comenzar el segundo cuarto (21-28), en el que los locales se entregaron a la inspiración de Marc García. El escolta hizo 10 puntos sin despeinarse, casi seguidos. Horton apareció para tirar del carro y entre los dos firmaron un parcial de 10-3 que puso a los madrileños uno arriba (39-38). Ponsarnau tiró de todos los recursos y dio minutos a Ignacio Rosa, el único en irse al descanso con una valoración negativa. Empate en el marcador (39-39) y la sensación de que con solo un poco de orden, ideas claras, dureza y jerarquía, el Surne podía noquear a un conjunto que llevaba más de cinco meses sin ganar. Sus puñetazos fueron al aire, imprecisos.

El paso por los vestuarios devolvió la peor versión del Surne, irreconocible, fallón, blando, errático. Abrió el tercer cuarto con dos pérdidas seguidas y una bandeja fallada de Adam Smith, quien estaba más solo que Neil Armstrong en la Luna. De aquel 26-33 se pasó al 44-39, un parcial de 18-6 para frotarse los ojos. El equipo no hacía nada bien. Ni con Radicevic ni con Hakanson en la dirección –el sueco regresó tras dos partidos de baja–, el Bilbao Basket conseguía fluir. Solo cinco puntos en siete minutos –10 en todo el cuarto– permitió al Fuenlabrada irse 14 arriba (58-44). Y los vizcaínos seguían inmolándose desde la línea de tiro libre: 4 de 14. Daba pena verlo. Todo. Del cielo del Barça al infierno del 'Fuenla', que agradecía el pésimo basket visitante. 11 abajo a falta de los últimos 10 minutos ante el colista.

Todo fue a peor porque los locales se fueron 18 arriba gracias a un parcial de 28-10 (67-49). Tocaba maquillaje, chapa y pintura, y Reyes cogió la brocha con 11 puntos en el último período. Entre el alero y Radicevic adecentaron el marcador, pero no evitaron que el Bilbao Basket completara uno de los peores partidos de la temporada.