«El equipo está hecho para subir, otra cosa es que el resultado nos acompañe»

- ¿Cómo se queda el cuerpo tras la derrota del domingo, que les deja sin margen de error en el play-off?

- Jode perder, y más en play-off. Pero como bien dijo el jefe (Álex Mumbrú), igual que nos olvidamos rápido de la victoria del viernes, hay que hacerlo de la derrota del domingo. Una de las claves para ser fuerte y llegar lejos en un play-off es saber resetear de partido a partido. Tenemos que pensar en ganar mañana. El domingo solo debe valer para aprender de los errores, para mejorar todas las las cosas que hemos hecho mal, que son bastantes. ¡Por eso perdimos! No podemos anclarnos en la pena.

- Anunció Carles Marco antes de comenzar la serie que iba a haber «cera». El domingo se cumplió.

- Los partidos del play-off son físicos. Somos dos equipos que jugamos físico, pero sin más. No hubo ningún problema, ningún golpe fuera de lugar. El juego físico y más en un play-off es bueno para el espectáculo y para la gente que viene a vernos. Sin ningún problema.

- ¿Puede igualar el Bilbao Basket esa exigencia física?

- Por supuesto; de hecho, es que debemos igualarla. Es una de las cosas que tenemos que mejorar.

- ¿Qué siente un jugador en la cancha con 8.500 personas en la grada en una categoría como la LEB Oro?

- Es un orgullo que la gente esté tan volcada con el baloncesto en la ciudad. No solo cuando viene a animar al pabellón, con el espectáculo que se hace aquí... Es increíble. Aparte la gente que se desplaza a vernos fuera. Vamos a cualquier sitio, superlejos, y días muy difíciles como los viernes, que se trabaja, y se presenta siempre alguien del Bilbao Basket. ¡La marea negra es increíble!

- Nunca se había encontrado con algo así.

- Hay muy pocas aficiones así. Me recuerda a la de Burgos, a ciudades que no son grandes y la gente lo vive de una forma especial. Es una suerte tener esto detrás.

- Agradecen su presencia, pero ¿no les crea más presión pensar que pueden fallar a tanta gente?

- No debe ser una presión, sino una ilusión. Es bonito jugar por objetivos grandes. La presión es cuando estás jodido, cuando no cobras, cuando vas a descender... Esas son las cosas difíciles de verdad. Esto tiene que ser bonito y tomártelo como una ilusión. Y, joder, ojalá todos los años podamos jugar por algo tan bonito como ascender y que la gente se divierta. Sí es cierto que en los inicios de los partidos de este play-off estamos un poco más nerviosos por el ambiente, por lo que se genera.

- ¿Y que la Final Four sea aquí?

- Es una suerte para la ciudad. Viví la última Final Four en Fuenlabrada y es un fin de semana increíble. Ahora tenemos que estar centrados en la eliminatoria, que es muy difícil, y preparar dos partidos en Palencia que son muy complicados. Nuestra cabeza tiene que estar ahí.

- Nada más llegar dijo que era un vestuario en el que se respiraba el ascenso. ¿Mantiene su apuesta?

- ¡Por supuesto que sí! El equipo está hecho para ascender. Tenemos una plantilla larga, compensada. Somos una plantilla para ascender. Que el resultado nos acompañe será otra cosa; que tenemos madera para poder ascender, eso está claro.

- Tiene una larga trayectoria en la LEB, ¿qué le dice la experiencia, qué va a pasar en esta serie?

- No sé. Este año es un poco raro. Antes había siempre dos o tres equipos que estaban por encima de los demás, se iban rápido, luego en el play-off arrasaban 3-0 y sabías que iban a subir. Ahora hay igualdad terrible. Puedes perder con cualquiera, el factor cancha ya no vale. Es increíble. Sabía que la serie iba a ser larga... pero, ¿hasta cuándo?

- El partido de mañana puede resultar determinante en ese aspecto. El que pierda tendrá encima una presión enorme. ¡No puede fallar!

- Así es.

- El perdedor estaría con el agua al cuello.

- Puede ser un punto de inflexión. El equipo que mejor canalice y tenga mejores sensaciones, y que mejor resetee -tú puedes perder el viernes y ganar la serie-... Debes tener claro que cada día es un punto y debes ganar tres. Como te quedes en 'joder, perdimos, vaya mierda'... El equipo que no canalice bien eso es el que va a perder la serie.

- Estuvo en Palencia poco tiempo, pero ¿qué les espera mañana?

- El pabellón se llena, aunque no es tan grande como Miribilla. Lleva Palencia unos años seguidos estando arriba, la gente se ha animado en la ciudad, hay muchísima afición. Hacen ruido. Será un partido caliente, con ruido, bonito para jugar.

- Palencia, Melilla, Burgos, Bilbao, Alicante, Palma... Empezó la temporada en Francia. ¿Es complicado mantener una vida normal con tanto cambio?

- ¿Complicado? Sí y no. Con el paso de las temporadas le acabas cogiendo hasta el gusto a conocer gente distinta, culturas distintas, formas de vivir distintas, ciudades distintas. ¡Es hasta bonito! Y enriquecedor como persona. Tengo la suerte de que mi pareja me acompaña y la vida te la hace mucho más fácil que estando solo. ¡Ojalá pueda estar más tiempo dando vueltas y conociendo sitios! Es una de las suertes que tenemos los jugadores de baloncesto y uno de los premios que nos da el baloncesto profesional.

- ¿Qué se echa de menos?

- Me estoy haciendo más familiar cuanto mayor me hago. Ya no los amigos, o tomarte una cerveza, porque lo puedes hacer con la plantilla. Es más pasar tiempo con la familia, cosas que te pierdes, cumpleaños, día de Navidad, que me gustaría hacer más con mi gente y no puedo. Es lo que más echas en falta. Si me dicen si volvería a estar dando vueltas, lo haría con los ojos cerrados. Repetiría.

- ¿Y cómo está en Bilbao?

- Siempre lo digo, para vivir, como en el norte, en ningún sitio. Soy lo contrapuesto, de Málaga, pero he estado en Bilbao y San Sebastián, y la calidad de vida en el País Vasco es increíble. Me encanta. Y para jugar a baloncesto igual. No nos podemos quejar, luego el resultado nos acompañará o no, meterás la canastita o no, pero las condiciones que tenemos aquí para vivir y para jugar son las mejores.