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La química de la que tanto presume el Bilbao Basket no es un argumento de postureo, un 'queda bien'. Se percibe en torno al grupo cada vez que se cita en la pista para empezar una jornada de trabajo. La complicidad crece aún más fuera ... del ámbito deportivo y alcanza sus picos máximos cuando llega la hora de la verdad de enfrentarse a un rival. Es una virtud que no tiene precio para un colectivo, como el de los hombres de negro que ahora se encuentra en periodo de reorganización con la inclusión en su engranaje, sin prisa ni pausa, de Tyler Haws y Quentin Serron. El americano viajó a la Copa sin conocer prácticamente a sus compañeros y les perdió de vista después del torneo malagueño por las ventanas FIBA hasta que se reagrupó el RETAbet mediada la pasada semana. El belga, por su parte, ofreció ya cinco minutos de juego en Sevilla con un solo entrenamiento colectivo.
Y parecen dos más en la plantilla. No se perciben tics de que estén aún descubriendo a su nueva familia, en la que todos ayudan, porque muchos estuvieron en la misma tesitura este mismo año, cuando llegaron a la franquicia. «Han pasado muchas cosas, muchos cambios. Hay que regresar a nuestra base, ayudar a los nuevos y seguir pensando en avanzar y mejorar», dice Jonathan Rousselle, al que el idioma unirá como cicerone a Serron. «Le ayudaré en todo lo que pueda y el idioma ayuda. Es su primera experiencia en España y trataremos de que el proceso de aprendizaje sea más corto porque estamos en la parte final de la temporada. Yo le trasladaré todo lo que llevo vivido aquí».
Rousselle, sobre Bouteille
El base francés lleva destacándose por su incidencia en el juego desde hace varias jornadas. Ahora toca cerrar filas más si cabe. «Todos tenemos que dar un paso, ajustar el equilibrio y asumir algunos roles algo distintos para buscar ese ajuste», comenta, aunque advierte que hay cosas que no pueden cambiar. «Nuestro ADN es la lucha. No importa si vamos diez arriba o abajo, el equipo siempre trabaja, está implicado y pelea igual, sin rendirse. La filosofía de Álex (Mumbrú) es esa».
Rousselle asistió en primera fila al desenlace de la marcha de Bouteille, dado que compartía concentración con la selección francesa cuando le llegó la oferta de Unicaja y el alero tuvo que tomar una decisión. «Mi primera reacción fue de inmensa felicidad por él. Si fuera egoísta le habría dicho que se quedara con nosotros, pero hay cosas que no se pueden parar. Es una grandísima oportunidad para él, nadie quería que se fuera porque es un gran jugador, amigo y persona, pero es así. Puedo asegurarte que tomó la decisión de aceptar marcharse y estaba triste en ese momento porque ha vivido aquí muchas cosas en muy poco tiempo. Pero debía aceptar».
sergio rodrÍGUEZ
El base rescata la moraleja que trasciende del deporte. «Es el basket y es la vida. Todo va muy rápido y cuando se te plantean oportunidades únicas debes aceptarlas porque nunca sabes si te volverá a suceder. Nadie está seguro de lo que puede ocurrir mañana».
El paso adelante al que hacía referencia el galo lo dio en Sevilla con claridad Sergio Rodríguez, ahora único alero puro en la plantilla. Hace balance de las sensaciones de Sevilla y lo tiene claro. «Tuvimos la posesión para empatar o ganar. Después de semanas distintas, con la Copa, selecciones, muchos cambios, llegar a esa situación dice mucho del equipo y de la ambición que tiene. El equipo quiere seguir ganando estemos los que estemos. Queremos estar arriba por méritos propios».
Destaca la predisposición de los recién llegados. «Nos ayudarán y son buena gente que en este vestuario es algo muy importante». Y la suya la entiende fuera de toda duda. «Hay que estar preparador para aportar en cualquier momento. Ahora quizá pueda tener más opciones, pero hubiera cambiado el partido que hice por sumar otra victoria, que nos hubiera dado mucha confianza». Y la receta es innegociable. «No hay que cambiar nada de la filosofía que nos ha traído hasta aquí, del sentido común de lo que estamos haciendo y de lo que es el Bilbao Basket.
El violento golpe que sufrió Ben Lammers el domingo en Sevilla se ha saldado sin consecuencias, más allá de la sutura en su ceja derecha y el malestar general y dolor fruto del impacto contra el suelo. Una resonancia ha descartado cualquier otra incidencia.
Sigue abierto el plazo para que los aficionados que tengan en la actualidad 20 años compartan su edad con la que celebra el Bilbao Basket el domingo entrando gratis en Miribilla, previa recogida de una invitación en las oficinas del club (Alameda Mazarredo 15). La ocasión lo merece porque el camino recorrido en estas dos décadas no deja de ser impactante. Los hombres de negro, que nacieron como rojillos, acumulan una historia con 920 partidos en competiciones oficiales, repartidos entre LEB2 (74 de Liga, play-out, play-off y Copa), LEB Oro (197 entre calendario regular, play-off y Copa), ACB (532 de Liga, play-off, Super Copa y Copa del Rey), Euroliga (20 de grupo, Top16 y cuartos de final) y Eurocup (97 entre fases, Last16 y finales). Además, la franquicia de Miribilla cuenta con un histórico amistoso en el BEC ante los Sixers de Philadelphia, en el que dispusieron del balón final para buscar la victoria. Por el camino llegaron a establecer dos plusmarcas de público en el Bizkaia Arena en formato Liga (15.414) y Copa del Rey (14.417), vigentes hasta la ampliación del Buesa Arena vitoriano (15.512).
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