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La última vez que el Surne salió derrotado de un pabellón de baloncesto fue hace casi dos meses, en el Buesa Arena. Allí, en la casa del vecino, los hombres de negro compitieron pero no pudieron con un rival entonces superior. Desde aquel 11 de ... diciembre, pese a las lesiones, contagios, aplazamientos, ajustes de calendario y acoplamientos de las nuevas piezas en el engranaje de Álex Mumbrú, los hombres de negro desplegaron las alas y comenzaron a volar. Tan alto que ahora mismo no hay ningún equipo capaz de aguantar su ritmo traducido en seis victorias consecutivas, siete bajo el techo de Miribilla. Solo el Manresa, su próximo rival, aguanta el paso con cinco triunfos seguidos. «La confianza del vestuario está por las nubes. Hay química entre los jugadores y también con el entrenador», sostienen en la plantilla, feliz y con hambre de ganar.
6victorias seguidas ante Breogán, Gran Canaria, Andorra, Obradoiro, Betis y Unicaja. Si el Surne gana al Manresa igualaría su segunda mejor racha, la del curso 2007-2008 (7)
8triunfos seguidos, el récord, se lograron en la 2009-2010
Apuntalar ciertas posiciones, procesar el trabajo realizado, tener las ideas claras, asumir su realidad, asistir al paso dado por Rafa Luz, Jeff Withey y Ludde Hakanson, entre otros, y disfrutar de una versión deliciosa de Damien Inglis son algunos factores que explican el renacimiento de un equipo clavado hasta hace nada en los bajos fondos de la tabla y ahora acomodado en la zona templada. El objetivo sigue siendo la permanencia y para ello habrá que sacar otras tres victorias, pero el Surne está virtualmente salvado y debería producirse una hecatombe para que termine sufriendo en el final de la Liga. Con nueve triunfos en el casillero, a uno de la zona del play-off, los hombres de negro viven felices y tranquilos, convencidos de que van por buen camino. Saben que habrá momentos malos y lo asumen, porque la derrota es habitual en su mundo, pero confían en su baloncesto de resistencia.
Lo que dicen los números es que el Bilbao Basket lleva 52 días sin perder y que contra el Unicaja validó su sexta victoria consecutiva. Tras caer frente al Baskonia, los muchachos de Mumbrú derrotaron al Breogán, Gran Canaria, Andorra, Obradoiro, Betis y al propio conjunto cajista, derretido en el infierno. Con 5.000 personas en las gradas de Miribilla, máximo permitido por las restricciones sanitarias, los hombres de negro ofrecieron otra buena ración de baloncesto, sazonada con esfuerzo, carácter y una importante capacidad de aguante en los malos momentos. No hay ninguna duda de que la fortaleza del Surne se localiza bajo el techo del Bilbao Arena, donde ha logrado siete de sus nueve triunfos. De hecho, solo hay un equipo con mejores prestaciones en casa que los bilbaínos: el Manresa. Los catalanes acreditan un balance de 8-2 por el 7-2 de los vizcaínos.
El Bilbao Basket atraviesa por su tercer mejor racha de victorias consecutivas desde que está en la ACB -hubo otras dos de seis-. Si gana al Manresa el domingo igualaría la serie de siete triunfos seguidos logrados en la temporada 2007-2008 y se colocaría a solo una del récord fijado en la campaña 2009-2010, cuando la cuenta se paró en ocho. Entonces fue el Valencia el encargado de acabar con el paseo triunfal de la franquicia de Miribilla. Los de Mumbrú están en una gran dinámica y sobre todo se comportan como un equipo, un grupo por fin conjuntado que sabe lo que hace, cómo lo hace y cuándo lo hace. Además del pabellón, de su agradable infierno, su fortaleza está en el colectivo, pero también cuenta con individualidades que marcan diferencias.
En este sentido, la figura de Ángel Delgado se revela dominante. Es un guerrero en la pintura, el máximo reboteador de la ACB con 8,3 capturas por partido. El dominicano es además el séptimo jugador más valorado de la Liga Endesa (16,3), solo por detrás de gente como Mirotic, Shermadini, Dubljevic, Tomic, Moneke y Musa. Su único lunar son los tiros libres, un suplicio. Rafa Luz es la brújula del Bilbao Basket, la prolongación de Mumbrú en la cancha, con un liderazgo que trasciende el rendimiento deportivo. Hakanson por fin ha roto las cadenas y vuela, apoyado en una muñeca prodigiosa. El sueco es también el cuarto mejor lanzador desde la línea de castigo (94,9%). En cuanto a Inglis, su físico, el juego de espaldas con reverso y su capacidad reboteadora dan un mundo al equipo. Un equipo que salió del pozo para agarrarse a la vida.
Alejandro Galán y el Surne Bilbao Basket hicieron ayer público el acuerdo de renovación para que el extremeño continúe defendiendo la camiseta de los hombres de negro en la temporada 2022-2023. Pero la operación también implica que el ala-pívot juegue cedido en el HLA Alicante de LEB Oro hasta el final de la presente campaña. Galán regresará así al equipo levantino, en el que militó entre 2018 y 2021 y del que vino a Miribilla. Las dos partes entienden que debe buscar minutos que le faltan en Bilbao.
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