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Miribilla aguarda su primer partido de la nueva temporada. Y es europeo, en una semana de tres partidos oficiales para el Surne Bilbao Basket. Desplazarse a lugares como Lituania tiene sus consecuencias. «El viaje fue exigente, con escalas, pero es lo que hay. Es el precio de jugar en Europa y se dan situaciones complicadas. El hecho de jugar el segundo partido en casa nos supone una desventaja. Tú viajas dos veces y el otro equipo una, pero tenemos muchas ganas de jugar en Miribilla. Jugamos este partido con una renta que es la que es, que en baloncesto no es mucho ni poco. Pero dio muestra de que tenemos un hilo competitivo», resumió Jaume Ponsarnau en la sala de prensa del Bilbao Arena en la previa del choque de vuelta de este viernes (20 horas) ante el Neptunas Klaipeda. Tras el largo viaje de vuelta con salida desde Palanga y escalas en Riga y París, que obligó a la plantilla a levantarse a las 02.20 hora local para realizar tres vuelos, los hombres de negro ya tienen deseos de saltar a la cancha de Miribilla y ser recibidos por la marea negra. «Lo primero es que, a pesar de la dureza del viaje, sigo viendo caras de entusiasmo. Les han hablado a los nuevos de un pabellón en el que hay muy buen ambiente. Empieza la prueba real y el equipo está ilusionado. Hay que responder a esta ilusión con calidad. El otro día -el martes- el equipo dio una buena respuesta mental y en Bilbao creo que también la dará, encima con el input de jugar con nuestra gente», manifestó Ponsarnau.
Aprender de la experiencia
El técnico catalán no quiere confianzas ante el Neptunas a pesar de la ventaja. «Sería un grave error dar por resuelta la eliminatoria porque éste es un baloncesto de parciales. Ya vivimos una experiencia contra el Chemnitz aquí y lo pagamos caro. A nosotros nos salían las cosas y a ellos les salieron bien. Nos equivocamos en ese momento. Aprendemos de esa experiencia. Ellos pueden encontrar su baloncesto e inspiración y todos juntos tenemos que hacerles frente», advirtió prudente. Ya sopesó en su presentación el alero gaditano Rubén Domínguez que el Surne Bilbao Basket pretendía ser un «equipo molesto y competitivo». Y se demostró a las primeras de cambio en la ciudad lituana de Klaipeda, donde los hombres de negro vencieron por ocho puntos para acercarse a la fase de grupos de la FIBA Europe Cup. Jaume Ponsarnau, antes de este segundo episodio, valoró que «como hay tema de diferencia de puntos no son importantes lo minutos, sino las posesiones», destacó, contemplando que usará «la energía de los máximos jugadores posible». Respecto al descarte en la ida de De Ridder dijo que «fue un tema estructural»; consideró que Muhammad-Ali Abdur-Rahkman, uno de los que se adapta poco a poco, «es un jugador que nos puede ayudar muchísimo y queremos tener toda la paciencia que toca porque está trabajando bien y nos saca de cualquier duda»; y de Amar Sylla trasladó que «tiene buena cultura de jugar bien a basket. Nos hemos encontrado con una sorpresa muy grata. Con su baloncesto ha conseguido ayudarnos. Estamos en buen camino».
Equipo en construcción
Se habló de los ocho puntos de renta logrados en el Svyturio Arena y remarcó que «esos puntos están allí. Nos encontramos diferentes defensas y hay que dar respuestas con un poco más de calidad en lo que no fuimos constantes. Queremos ser más regulares en esto para que el partido esté mejor. Más que los ocho puntos, lo importante es estar centrados en potencializar nuestras virtudes», subrayó, para indicar que se esforzarán en que los jugadores del equipo lituano más anotadores «tengan guarismos más bajos. Ellos van a intentar hacer cositas que les salieron bien. Pueden venir y sorprendernos con cosas y, por eso, hay que estar preparados». El entrenador del Surne pide que no haya «dudas, porque somos un equipo en construcción. Hemos trabajado para dar respuestas. Hay que imponer nuestro dinamismo, ritmo y defensa, y hay que ir encontrando feeling para encontrar tiros más cómodos», formuló. Menos de dos días después de este choque llegará el inicio de la Liga Endesa, también en el recinto bilbaíno, ante el Río Breogán entrenado por Veljko Mrsic. «Aunque sea contradictorio, la mejor forma que tenemos para prepararlo es no pensar el viernes en el partido del domingo. Este es un tipo de eliminatoria a 80 minutos y seguimos el partido», concluyó antes de la sesión de vídeo.
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