Día grande en Miribilla: más de 2.000 personas acuden al entrenamiento a puerta abierta

No hubo descanso en las gradas. Las más de 2.000 personas, la mayoría familias con niños, que llenaron una tribuna baja y parte de una lateral animaron a sus ídolos. Exclamaciones en cada triple, mate o tapón emanaban de un público entregado a los hombres de negro. Armi fue el primer miembro del Surne en atender a la legión de entusiastas. Desde la misma pista no paró de firmar pósters a la columna de pequeños que querían un autógrafo o una foto con su querida araña, que necesitó más de sus ocho brazos para cumplir con el público. Hasta le hicieron una instantánea con un bebé en brazos.

Antes del último y esperado acto, la plantilla entera se sentó con el centenar de menores inscritos en el campus del Bilbao Basket para hacerse una foto de familia. A continuación, la afición pudo acceder a la pista en riguroso orden para hablar o recibir la rúbrica de sus ídolos. A diferencia de ocasiones anteriores, los jugadores se distribuyeron esta vez por el perímetro del parqué en unas mesas para dedicar y firmar pósters de equipo e individuales divididos por parejas. Formaron dúo las torres del equipo, Georgios Tsalmpouris y Tryggvi Hlinason, los tiradores Adam Smith y Kristian Kullamae, o el fornido ala-pívot Thijs De Ridder con el base Alex Renfroe.

Una jornada de récords

En uno de los extremos estaba Ponsarnau, quien solicitó otra remesa de pósters cuando la primera edición se estaba acabando. Armi, siempre diligente, despedía a todos con un efusivo choque de manos. Todo el mundo abandonó el Bilbao Arena con una sonrisa. Los hombres de negro, muy amables y cariñosos con la chavalería, conocieron a sus seguidores más fieles e ilusionados. Fue, sin duda, una mañana de récords, ya que los dos millares de personas superaron con mucho la afluencia de otros años al entrenamiento sin restricciones, al que fue llegando gente mucho después de su inicio. También supuso una plusmarca los 140 minutos que los jugadores estuvieron firmando autógrafos sin pausa. Comunión total entre plantilla y afición.