Nunca le falta la sonrisa entre bambalinas. Se le percibe también ahora mientras se ajusta la mascarilla. Asume que ha sido afortunado al pasar esta crisis con su familia, en una casa que le permitía también estirar las piernas y tomar aire. Jonathan Rousselle ... repasa la actualidad del RETAbet tras semana y media de un trabajo que le sabe a gloria, aunque pase factura en las articulaciones. La moraleja es que todo apunta a que se reanudará la Liga Endesa, pero no oculta que las alarmas físicas están encendidas. Cabeza y cuerpo avanzan por sendas distintas mientras primará la profesionalidad.
- ¿Cómo va el trabajo?
- Va muy bien porque de nuevo nos sentimos jugadores de baloncesto, por tocar el balón y poder correr. Volvemos a tener la sensación de que hacemos cosas positivas.
- Rezuman ilusión, se nota.
- Estamos como los niños volviendo al colegio, de no ser por los dolores que te salen por todas partes (ríe). Pero lo que volvemos a sentir es impagable para el cuerpo y también para la cabeza.
- ¿Con qué sensación se queda de las que ha vuelto a experimentar?
- Placer. Es placentero poder estar en el pabellón. El dolor nos acompañará mientras sigue este camino porque dos meses en casa no son fáciles de recuperar y necesitamos ir cubriendo etapas. Pero va a ser difícil aumentar los esfuerzos para llegar a un mínimo de normalidad para la competición.
- Esta crisis les ha unido. Son más piña que nunca.
- El club ha gestionado muy bien la situación. Hemos estado constantemente informados, con mucha honestidad y seriedad, y eso a la vez ha contribuido a mantenernos juntos, club y jugadores. Todos hemos sido muy profesionales y no era nada fácil, pero nos hemos mantenido firmes, preparándonos para lo que viniera, siempre juntos. Me siento orgulloso de pertenecer a este club.
- Con el que volverá a Europa.
- Es genial. Primero por el premio que supone para un trabajo que aún no hemos acabado. Un equipo y una ciudad como Bilbao merecen disfrutar de una competición europea. Y para los jugadores igual de fantástico. Nos gusta jugar más que entrenar (ríe). Nos mediremos a otro tipo de jugadores, de juegos. Pero la prioridad se mantendrá en la liga, eso no hay que olvidarlo.
- Suena tan lejos...
- Nadie sabe cómo será. En esta situación adquiere más vigencia el ir día a día. Las cosas van mejorando en el mundo y esa es una gran noticia.
- ¿Qué le parece la Basketball Champions League?
- Sólo he jugado la Eurocup, pero viendo los equipos que hay está garantizado un gran nivel y partidos igualados y difíciles. Debemos adquirir experiencia para enfrentarnos a baloncestos diferentes.
- Manteniendo el bloque todo irá más rodado, a priori.
- Si las cosas marchan bien es importantísimo. Dar continuidad a lo que funciona es inteligente. Además ganas tiempo porque son pocos los que tienen que llegar, reconocer dónde están y adecuarse a un lugar, compañeros y entrenador nuevos. Desde la pretemporada avanzas. Imagino que resultará duro como club conseguirlo, pero sería lo mejor que se puede hacer.
- ¿La continuidad de Mumbrú les da seguridad?
- Sin duda. Él es la clave de todo lo que está pasando, aunque haya un club detrás. Si hicieras una encuesta te daría una unanimidad de jugadores encantados de jugar para él. Es vital para el proyecto.
- ¿Cree que se volverá a jugar?
- Soy sincero. Tal como estoy ahora no podría jugar un partido de baloncesto. Mi cuerpo no está preparado y nadie dice que no podría lesionarme. Otra cosa es mi espíritu competidor, lo que adoro a este equipo y que haría lo imposible por él.
- Aún quedaría casi un mes para ese regreso.
- Es nuevo para todos. No sé cómo reaccionará mi cuerpo. Nunca había estado parado en mi vida deportiva más de tres semanas. Y en esas circunstancias de vacaciones haces cosas, trabajas, tienes medios. Pero si me preguntas si se jugará, creo que sí. Y entonces estaremos ahí dándolo todo y con hambre de seguir ganando, asumiendo los riesgos. Somos profesionales.