Brown aguarda su mejor momento

Todo ello a la espera de una rápida reacción en la cancha del Fernando Martín, donde podrá debutar el también escolta John Jenkins. Este nuevo fichaje y el de Alade Aminu completarán durante dos meses el roster de Álex Mumbrú, tan afectado por las lesiones y desapariciones en la pista de otros jugadores llamados a sobresalir como Kulboka. El Fuenlabrada, próximo adversario, también viene de perder, concretamente en la pista del Herbalife Gran Canaria por 87-71. Los madrileños presentan en la clasificación dos victorias más que el Bilbao Basket, por lo que el encuentro es de vital importancia para meter también en problemas, en los que se encuentran los hombres de negro, a un Fuenlabrada que empezó a sumar sus victorias en la jornada séptima en la cancha del Acunsa Gipuzkoa. Luego, ganó al Joventut, al San Pablo en Burgos y al Betis por solo un punto. «El Fuenlabrada tiene muy buenos jugadores, con talento -citó a Eyenga y Melo Trimble-, y es un conjunto anotador. La estrategia es jugar cada posesión como si fuera la última, para competir hasta el final del encuentro. Tenemos que jugar duro del principio al final», destacó, en referencia a algo que el Bilbao Basket no hizo en Zaragoza.

El de Ohio ha jugado en las 13 jornadas disputadas hasta ahora, y solo ha bajado de los 20 minutos en pista (19.48) en el triunfo ante Obradoiro. Promedia -el que más- 27 minutos por partido y 13.3 puntos -también el mejor del equipo-, con tope en los 21 de la pasada jornada, más los 19 que anotó ante el Baskonia y frente al Iberostar Tenerife. «Esta temporada para mí es diferente que las dos anteriores, en las que no había habido tantos cambios. No hay que compararla con las pasadas. Estoy deseando que lleguen los nuevos para tratarlos como uno más y que nos ayuden a lograr victorias», subrayó.

Brown disfrutó del ascenso desde la Liga LEB y de la brillante temporada anterior en la que el Bilbao Basket jugó esa fase final 'excepcional' en Valencia. Ahora le toca vivir momentos complicados, como lo fue su ya olvidada lesión, de la que habló como «un momento difícil para mí». «Estaba en buena forma. Desde entonces han sucedido muchas cosas, como el coronavirus, que aquí sigue. Estuve seis meses sin jugar. Las sensaciones al principio no eran las normales y, poco a poco, voy cogiendo 'feeling'», manifestó. A pesar de los malos resultados se siente valorado porque «Alex me conoce y como profesional tengo que estar preparado en lo necesario. Sabe que puedo jugar de base, él ve lo que el equipo necesita. Y cuando juego de escolta soy más agresivo hacia el aro». Eso, agresividad, necesita el Bilbao Basket en Madrid este próximo domingo.