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Se acabó. El feliz e ilusionante matrimonio entre Axel Bouteille y el Bilbao Basket se ha roto esta mañana. El alero francés, el anotador y sostén de la escuadra de Álex Mumbrú, se marcha al Unicaja, una vez que la entidad de Miribilla ... ya tiene en su cuenta los alrededor de 150.000, según el diario 'Sur', que ha pagado el equipo del Martín Carpena a los vizcaínos. La operación se cocinó en la reciente Copa del Rey disputada en Málaga, y se ha terminado este martes por la mañana. El galo, el jugador que ha impulsado la ilusión del Bilbao Arena, sigue su crecimiento deportivo tras explotar bajo los mandos del técnico barcelonés. Dejó el Limoges para curtirse en la ACB, pero ha derribado la puerta en unos meses espectaculares y ya se planta en uno de los teóricos conjuntos más poderosos de la Liga Endesa.
¿Sorprende esta operación en plena temporada? No tanto, si se contextualiza en la actual situación de economía de guerra del Bilbao Basket. Axel Bouteille como hombre de negro tenía fecha de caducidad, el 30 de junio. Un año de contrato, sin cláusula de salida durante la temporada. Cualquier equipo interesado en él debía pasar por la ventanilla de Miribilla. Se negocia un precio, alrededor de 100.000 euros, y si hay acuerdo, todos contentos. A la franquicia de Miribilla le quedaban, llegado ese caso, dos opciones. O sacaba provecho económico del jugador con el equipo ya salvado y apuntando a los play-off, o hacía prevalecer la vía deportiva y decidía su continuidad hasta el final del curso para dejarlo marchar libre.
Una alternativa extra era, llegado el momento, inscribirle en la lista de jugadores sujetos a derecho de tanteo, sólo efectiva para operaciones con otros equipos de ACB. Esta última posibilidad era la más inestable. Que se lo pregunten al Estudiantes con el 'caso Brizuela'. Por querer sacar mayor tajada por el jugador, pretendido en verano por el Valencia, hizo valer ese derecho de retención a un precio al que su capacidad económica no podía llegar. Se 'comió' al donostiarra y tuvo que mal traspasarlo casi por lo que le adeudaba en mensualidades.
Además, al contar con la marcha del jugador, Rafa Pueyo y Álex Mumbrú llevan ya tiempo oteando el mercado con miras a la próxima temporada y se sabe que tienen bastante trabajo avanzado. La operación perfecta, un escenario absolutamente viable, aporta dos aspectos al RETAbet: el precio pagado por su venta y las cuatro mensualidades que no le deberá abonar el conjunto vizcaíno. Sin ser su ficha alta para los dineros que se mueven en la ACB, sí lo era porcentualmente para las arcas del Bilbao Basket al tratarse de la tercera nómina más elevada.
A partir de ahora, el club trabaja en reforzar la plantilla con alguno de esos jugadores a los que se desea para el próximo curso. No hay que caer en comparaciones, pero sí se trataría en este caso del que se podría considerar como sucesor del francés en el puesto de alero. Se trataría de que la llegada de ese jugador fuera también inminente para que tenga estos meses de rodaje y conocimiento del equipo. Y con ello se podría matar el tercer pájaro de un tiro, aspirar a acabar en los puestos de play-off y disputar al menos una eliminatoria en las series por el título. Traducido, más ingresos no tipificados en el presupuesto por bonus de patrocinio y taquillaje. Unidos a la venta directa de Bouteille pueden suponer un aumento significativo, dada la contención presupuestaria, del dinero para la confección de la próxima plantilla. Un tema nada baladí porque si se cumplen todos los supuestos adelantados hablamos de un Bilbao Basket con visado para competición europea.
Lo más duro lo deberá resolver con el tiempo la marea negra, llamada a un ejercicio de madurez y sentido común. Recibido como héroe por sus actuaciones estelares y cercanía, Axel Bouteille simplemente ha volado del nido un poco antes de lo previsto. Es duro que ni siquiera haya la opción de la despedida –algo habitual en el baloncesto– y la próxima vez que pise el Bilbao Arena lo hará vistiendo de verde. Pero los clubes modestos, y el de Miribilla lo es como el que más, deben atenerse a su realidad. Y seguir con el mentón alto, mirando al futuro con orgullo, fe y ambición, aunque no volvamos a ver en mucho tiempo esos triples inverosímiles y la capacidad anotadora de uno de esos jugadores a los que se les caen los puntos de las manos.
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