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El presidente del Joventut habla del partido de este domingo contra el Surne en Miribilla y de la ciudad que le vio nacer: «Soy bilbaíno y ejerzo»Secciones
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Juanan Morales
12.30 horas, Bilbao Arena ·
El presidente del Joventut habla del partido de este domingo contra el Surne en Miribilla y de la ciudad que le vio nacer: «Soy bilbaíno y ejerzo»Álex M. Franquet
Badalona
Sábado, 16 de marzo 2024, 19:30
No siempre se puede hablar con calma con el presidente de un club de la ACB, en este caso Juanan Morales, máximo responsable del Joventut. Fue un pívot de 2'11 con una larga carrera en la ACB, Grecia e Italia. Jugó 57 partidos con la selección española, ganó una Euroliga con la 'Penya' y sabe de qué habla. Es un bilbaíno afincado en Cataluña, que dio sus primeros pasos en el Loiola Indautxu y jugó en La Casilla, así que hay muchas cosas de las que hablar con la disculpa del choque de este domingo en Miribilla entre el Surne y el Joventut (12.30 horas). Recibe a EL CORREO en su despacho en el Pabellón Olímpico de Badalona, donde el Dream Team de Larry Bird, Michael Jordan y Magic Johnson ganó la medalla de oro en 1992. Se respira baloncesto por los cuatro costados.
– ¿Cómo está su Joventut?
– Este verano queríamos cambiar un poco la idea del equipo. Hicimos una serie de movimientos que no salieron bien. Las lesiones nos descolocaron hasta el punto de que esta temporada todavía no hemos tenido un partido con toda la plantilla completa. Ahora hay que luchar en Bilbao por estar en el play-off. Es lo que queremos.
– Perder a jugadores importantes tampoco ayuda. La estrella del equipo, Joel Parra, se fue al Barça.
– Evidentemente que no, pero es la historia de nuestra vida. Generamos mucho talento y casi todos los equipos de la ACB tienen muestras de él. Los jugadores toman decisiones y toca reinventarnos, mirar para abajo y que pase el siguiente. Eso necesita tiempo porque los chavales no siempre rinden con regularidad. Tenemos 500 jóvenes, niños y niñas, en la base. Eso nos permite detectar talento. Les inculcamos el amor por el baloncesto.
– Hay mucho travase entre el Bilbao Basket y el Joventut. Mumbrú, Carles Durán, Raúl López…
– Es normal. Si analizas los equipos de la ACB, todos han tenido canteranos del Joventut o los siguen teniendo. Es un orgullo. Tenemos muy buena relación con el Bilbao Basket. En Bilbao nos tratan muy bien siempre.
– ¿Miribilla tiene similitudes con el Olímpico de Badalona?
– Son muy diferentes por el año de construcción. El Olímpico se inauguró en 1991 y se diseñó pensando única y exclusivamente en el baloncesto para los Juegos de 1992. Sigue siendo el mejor pabellón de basket porque está diseñado para eso, tanto en dimensiones de pista como en orientación de los asientos. Desde todas las partes de nuestro pabellón se ve perfectamente la cancha. Miribilla es mucho más moderno, concebido como un espacio multiusos. Está pensado para ser polivalente.
– Pero en cuanto a ambiente, Miribilla es mucho más caliente por su afición.
– Es que la gente de Bilbao es gente de deporte, de deporte de equipo. Siguen a su equipo de verdad. El Athletic es el paradigma de lo que hablamos. Bilbao, a pesar de eso, es una ciudad de baloncesto. Siempre ha tenido mucha afición. En Miribilla, la afición empuja de verdad. Yo he jugado en Grecia, como profesional, y sé de qué hablo.
– Vienen de dos derrotas seguidas, la última entre semana en Europa. En cambio, el Bilbao Basket juega en Miribilla en un ambiente de euforia tras la remontada europea ante el Legia de Varsovia.
– La gente aprieta mucho. Está bien que sea así. No gana mucha gente en esa cancha. Será un partido complicado. Para nosotros es importante para consolidar plazas de play-off. Espero un partido muy difícil, como fue aquí, porque Ponsarnau tiene jugadores de talento. Es de las salidas más difíciles que nos quedan.
– ¿Tan igualado como el de Badalona?
– Bueno, si el final es el mismo, a mí me va bien (risas).
– Aquel triple de Andrés Feliz fue estratosférico, viral. Dio la vuelta al mundo.
– Andrés lleva unos cuantos ya este año. No jugamos bien ese partido, pero al final fuimos capaces de remontarlo con esa canasta. Debo decir que en ese momento ya teníamos la prórroga. Estábamos empatados. Feliz es eléctrico y transmite mucho a los jóvenes.
Recuerdos de La Casilla
– Debe tener alguna anécdota de su época en los jesuitas de Bilbao.
– Claro, con Juanma Iturriaga, por ejemplo. Yo estaba en los jesuitas de Indautxu, igual que Iturriaga. Tuvimos el mismo entrenador de mini basket, Michel Ureta. Recuerdo un partido de la selección vasca en La Casilla. Yo debería tener 10 años y me hice una foto con Juanma Iturriaga, que ya jugaba en el Madrid y era el ídolo de todos los bilbaínos que jugábamos al baloncesto. La tengo por ahí.
– Lleva años viviendo en Cataluña, pero es bilbaíno.
– Soy bilbaíno y ejerzo. No puedo ir a Bilbao todo lo que me gustaría, eso es verdad.
– ¿Y cómo ve Bilbao como ciudad? ¿Cómo ha cambiado desde que jugaba en los jesuitas?
– Tengo una discusión muy grande siempre con la gente que me dice: ¡Qué bonito está Bilbao ahora! Yo les digo: ¡Bilbao ha sido bonito siempre! Ya está. Es así. Bilbao, realmente, ha cambiado mucho en la zona de la ría, claro que sí. En comparación a cuando yo era crío, ha habido una gran transformación, un cambio radical. Pero la Gran Vía, más allá de que ahora es más peatonal de lo que era antes, los edificios están como estaban.
– Y todo el Ensanche.
– Todo el Ensanche y la trama urbana es la que era. La zona de la ría sí que se ha transformado, pero la ciudad sigue siendo como la recuerdo de crío. Cuando vuelvo, sigue siendo igual y no me pierdo. Ahora es menos industrial y hay más sector servicios. Cuando los astilleros y los altos hornos estaban funcionando, el ambiente era diferente. Pero en Bilbao se ha comido bien siempre.
– ¿Cataluña puede competir en el aspecto de la comida?
– En Bilbao, la gente ha sido hospitalaria siempre. Ir al Casco Viejo, a las Siete Calles o a Pozas ya se hacía siempre. Habéis descubierto Bilbao últimamente, pero la ciudad ha estado ahí siempre. En cuanto a la comida, llevo en Cataluña desde los 14 años, pero aquí también se come bien. Igual cuestan un poco más de encontrar, pero hay sitios donde comer bien.
– El Guggenheim no existía en su época y todavía estaba el viejo San Mamés.
– San Mamés estaba donde la Feria de Muestras. Yo iba al Parque Infantil de Navidad, donde ahora está San Mamés, detrás de Ingenieros. El nuevo San Mamés es espectacular. Y el Guggenheim, seguramente, es un ejemplo de bilbainada en la que nadie creía. Luego, ha sido un ejemplo que se ha intentado imitar en muchas partes.
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