El uno a uno del Bilbao Basket en Zaragoza

De plantear el partido de una manera perfecta, interpretarlo bien durante dos cuartos y medio a fracasar en los momentos de la verdad. El técnico no encontró respuestas al desmoronamiento del equipo ni tampoco encontró a un solo jugador que ejecutara su pizarra.

Acabó como el máximo anotador del equipo, pero perdió seis balones y con él en la cancha el Surne registró un -21. Al igual que el resto, acabó desaparecido.

Sí, acabó el choque con 7 asistencias, pero un base como él curtido en mil batallas debe guiar al equipo cuando se va cayendo. No pudo impedir el hundimiento.

Como el equipo, fue de más a menos. Empezó de maravilla, tiró del equipo con 6 puntos seguidos en el segundo cuarto, defendió y robó balones, pero desapareció

De un partido imperial en Europa a la nada en Zaragoza. Falló los cuatro triples que intentó, varios liberados, y también otro lanzamiento de dos. No estuvo.

Necesita urgentemente calmarse y recuperar la confianza. No le entra nada y lo acusa el alero, quien está llamado a ser una de las piezas clave de este equipo.

Solo por su carácter y las ganas que pone en la cancha merece ser reconocido. Anotar le cuesta, pero defiende, pone tapones, recupera balones y lucha siempre.

Dentro del desastre general, ni tan mal. Falló mucho, pero no se escondió. Aunque no le entren cuatro seguidas irá por la quinta. 8 puntos con malos porcentajes

El joven belga dispuso de menos de 7 minutos y le tocó jugar en un contexto desfavorable, con la nave hundiéndose. Metió 5 puntos y cogió 2 rebotes.

No estuvo, al que ni siquiera le funcionó su principal arma: los triples. 0 de 3 desde la línea mágica y un 1 de 2 en tiros de dos. Perdido en la tormenta.

Se equivocó y falló, pero nunca dejó de intentarlo ni de luchar el pívot. Acabó con 10 puntos, 5 rebotes y 12 de valoración, la más alta del equipo.

Empezó dominante en la pintura, bien en defensa, pero se cargó pronto de faltas. Sus 4 puntos los hizo en el primer cuarto. Hasta ahí. Añadió 6 rebotes.