Pasado y presente chocan en Miribilla

No cabe duda de que Mumbrú será el centro de todas las miradas en un pabellón que se pondrá de pie para homenajearle, junto a la camiseta colgada de una pared del 'infierno' que lleva su nombre y el número 15. «Debo controlar las emociones y pensar en el partido, luego saldrán los sentimientos», dijo el preparador catalán en una entrevista con este periódico. «Miribilla va a aplaudirle al máximo», aseguró Ponsarnau, consciente de que la dimensión del barcelonés en Bilbao raya la leyenda. Será por lo tanto un encuentro sazonado con intangibles y sin embargo elementos palpables en el ambiente, que a la hora de la verdad deben disolverse en el baloncesto que propongan los hombres de negro. Apoyados por su fiel afición –se espera una buena entrada–, el Surne buscará un nuevo milagro ante un rival de campanillas que viene de pinchar el jueves en la Euroliga ante el Baskonia (71-81).

Porque el Valencia, con el tercer presupuesto más alto de la ACB, aspira a todo. Y el Bilbao Basket, con poco más de un millón de euros destinados a la plantilla –un solo jugador taronja cobra casi lo mismo que los 12 hombres de negro–, suspira por una temporada tranquila e ilusionante. El Surne ganó al Joventut en Badalona y luego al Betis en casa, los dos rivales a los que también han superado los de Mumbrú. En Europa, el Surne se impuso al Nymburk en Praga y los de la Fonteta mordieron polvo en casa frente a los alaveses.

Sobre el papel, el favorito claro es el Valencia. Pero el baloncesto se juega en el parqué y ahí puede pasar de todo. Los dos equipos se han enfrentado 14 veces en Miribilla en la fase regular –más otras tres en el play-off– y el balance no puede ser más igualado: 7-7. Este domingo, la balanza se inclinará en un pabellón que quiere teñirla de negro y seguir soñando con una temporada emocionante.