El uno a uno del Bilbao Basket: Sacha Killeya-Jones, el mejor

Preparó el equipo a la perfección para entender que al Murcia se le ganaba desde la defensa y el rebote. Si no encontró respuestas en un mal tercer cuarto, sí lo hizo en el último para ganar. ¿Lo mejor? La mentalidad tan dura que transmite el equipo

La defensa rival le impidió desplegar su mejor baloncesto, con porcentajes bajos, pero jamás se escondió. Acabar sin un solo triple anotado es raro en él.

Gran partido del base, quien ofreció una lección de dirección y de baloncesto. 10 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias dieron mucho al equipo. Un valor seguro.

Se echó el equipo a la espalda en los momentos más críticos del partido. Valiente, agresivo y solidario, siempre se ofreció para tirar de los suyos.

Solo 26 segundos al final del segundo cuarto para proteger de faltas a sus compañeros.

No tuvo su día el tirador estonio con un uno de seis en tiros de campo. Acabó con dos puntos y dos asistencias, pero en defensa apretó como un demonio.

Providencial en el último cuarto con tres triples sin fallo cuando tocaba poner de nuevo tierra de por medio. El último sentenció el choque. Tres rebotes.

No estuvo el capitán a su mejor nivel ni tampoco anduvo acertado en el tiro, pero al menos cogió cuatro rebotes, defendió y dio una asistencia. Puede dar más.

Tuvo grandes minutos ante el Obradoiro pese a su gastroenteritis, pero contra el Murcia sacó poco de su repertorio triplista y reboteador. Un mal día sin más.

Tiene mucha personalidad el belga. Volvió a meter dos tiros libres en momentos calientes y se hizo con dos rebotes, además de defender con todo. En crecimiento.

Acabó el partido sin anotar, pero en la primera parte hizo una defensa espectacular sobre Radovic. En la segunda no se le vio Eso sí, con él en la pista, +20.

Magnífico partido del pívot, quien revitalizó al equipo y firmó una actuación espectacular con 18 puntos y 7 rebotes. Fue despedido con gritos "MVP, MVP".

Nueve puntos y nueve rebotes es su hoja de servicios relativa a la batalla en pintura. En su debe, unos tiros fáciles fallados. Un seguro de vida bajo el aro.