Bilbao Basket 90-86 Oporto

Resucitar para obrar un milagro

Los que pensaban que iban a ver un paseo militar no podían estar más equivocados. El Oporto dio guerra en Portugal –el Surne ganó de tres después de remontar una desventaja de 15 puntos– y en Miribilla llevó al límite a los de Jaume Ponsarnau. Sin complejos y con una confianza a prueba de balas, los visitantes se soltaron desde el perímetro liderados por un letal Barber. El base jugó los 45 minutos y acabó con 25 puntos. En la camiseta no llevaba serigrafiado su apellido, sino 'Cat'. El gato vino a jugar con la madeja de color naranja. Clavó 15 puntos en la primera parte y luego otros 10, además de dar cinco asistencias, apoyado por Melvin (16), Harrison (15) y Omlid (12). Al Bilbao Basket le costaba leer el partido, interpretar las partituras de un guion que no terminaba de escribir despacio y con buena letra. Los lusos jugaban alegres y sin miedo, mientras que los locales andaban espesos y con extrema dependencia de Adam Smith. Si a esto se une un trío arbitral infernal –decir que eran malos sería un eufemismo–, el cóctel estaba servido y sabía amargo.

El Surne estaba colgado del brazo de Adam Smith, quien hizo diez puntos en el primer cuarto. Sacha Killeya-Jones aportó 6 y Hlinason 4. Suyos fueron 20 de los 21 puntos del equipo. Los hombres de negro no acababan de coger el ritmo ni de estar cómodos en la pista. Se vieron siete abajo con un triple de Barber (14-21), pero gracias a la inspiración de la 'mano invisible' cosieron la brecha y la dejaron en menos dos a la conclusión del período inicial (21-23).

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Pantzar abrió bien el segundo acto con una canasta de dos y un par de tiros libres convertidos. Por cierto, el ejercicio de lanzar desde la línea de castigo era un martirio para los vizcaínos. Un triste 5 de 12 en el descanso hería la vista, demandaba colirio para paliar la sequedad de ojos de tanto frotárselos los fieles de Miribilla, pero mejoraron en la segunda parte con un gran 20 de 23. El Bilbao Basket intentaba encontrar el ritmo y su mejor baloncesto, pero el Oporto no se descolgaba. Los lusos se fueron cinco arriba (31-36), pero dos triples lejanos de Smith apagaron el incendio. Los vizcaínos se fueron a descansar uno abajo (38-39) y con deberes. Los 16 puntos de Smith no bastaron y pedían más manos acertadas. El americano no volvió a anotar.

Caída y reacción

Salieron con la caraja los de Ponsarnau. Peor, imposible. Un parcial de 0-6 obligó al técnico a parar el partido. Siete abajo (38-45). Nada fluía. Los hombres de negro tardaron más de cuatro minutos en meter su primera canasta de juego en la reanudación. El Oporto seguía a los suyo, ahora con Melvin enchufado y Omlid y Harrison haciendo daño. Las alarmas aullaban y no había manera de acallarlas. El Bilbao Basket estaba metido en un bucle de errores y desacierto que alimentaba el hambre de los lusos. Los locales solo metieron 12 puntos en un disparatado tercer cuarto y lo cerraron 12 abajo (50-62), una desventaja que obligaba a volar en el último período para intentar salvar un partido que se escapaba.

Y lo hicieron los hombres de negro. Trabajaron con el corazón y la fe de quien no se da por derrotado. Ni cuando iba 12 abajo a falta de 9'13 para el final. Hornsby desplegó las alas e invitó a los suyos a volar. Metió 11 puntos, dos triples incluidos, y empujaron Pantzar, Killeya-Jones y Renfroe. Tuvo el Surne el último ataque para ganar, pero Smith, quien salió para ello, falló un tiro complicado. A la prórroga. Y allí, terreno de los valientes, el Surne enterró al Oporto. Un triple de Andersson a falta de 17 segundos allanó el camino hacia un triunfo que invita a soñar a lo grande.