Bilbao Basket 95-59 Neptunas

El Surne pasa el rodillo y entra en Europa

En Klaipeda se puso el primer ladrillo de una construcción que ya tiene techo, rematado en un pabellón bajo cuya cubierta volverán a disputarse partidos internacionales. Será la decimosegunda participación continental del Bilbao Basket justo en la temporada en la que cumple un cuarto de siglo de vida, segunda consecutiva en la FIBA Europe Cup. Los hombres de negro son el único club de la ACB que ha jugado los cuatro torneos transfronterizos –Euroliga, Eurocup, Basketball Champions League y la propia Europe Cup– y tiene entre ceja y ceja llegar lejos en un campeonato del que fue semifinalista en la pasada campaña. Arrolló al Neptunas, contra el que el descartado fue Gielo, sacó el visado y sueña con los ojos abiertos. Compaginar la presencia en dos frentes, con viajes de ciudado –habrá que ir a Georgia en la primera fase de grupos, entre otros destinos exóticos–, es el gran desafío de los vizcaínos.

Al Surne le costó entrar en calor, sobre todo a su segunda rotación, que sufrió ante el poderío interior del Neptunas en el arranque del partido. De los 24 puntos anotados por los lituanos en el cuarto inicial, 18 fueron de sus hombres altos como Pacevicius, Pavelka y Waterman. Las diferencias en el marcador eran mínimas, casi siempre favorables a los bilbaínos, y llegaron a un más cuatro después de un triple de Sylla (18-14). A partir de ahí se desconectaron los muchachos de Ponsarnau, completamente a oscuras sin dar con el interruptor, que encajaron un parcial de 0-10 con el que se cerró el primer período (18-24). Torció el morro el equipo, también el banquillo, conscientes de que sin defensa ni intensidad no se gana ni a los juveniles.

Es relevante subrayar que al trío arbitral se le fue la mano con las faltas. El Neptunas dispuso de diez tiros libres por los dos del Bilbao Basket. Un despropósito porque muchos de los contactos sancionados eran más suaves que las caricias de dos enamorados. En cualquier caso, el guion necesitaba ser cambiado con urgencia porque la ventaja del choque de ida había menguado hasta situarse en apenas un más dos. La reacción llegó en forma de un parcial de 9-0, primero, y de un demoledor 17-0, después, fruto de una mayor intensidad defensiva, transiciones rápidas y acierto desde la línea de los 6'75. El Surne era feliz corriendo, con un Frey en trance desde la línea mágica –hizo un cinco de siete en triples–, un buen Dragic en labores de anotación y reparto y un Kullamae obsesionado con el aro rival. Los de Klaipeda solo fueron capaces de meter 12 puntos en este cuarto, apenas sostenidos por su buen trabajo en el rebote ofensivo. Los hombres de negro se fueron 17 arriba (46-29), aunque se marcharon al vestuario con un +11.

Despegue y adiós

No tardó en crecer la ventaja como la espuma en una discoteca de Levante. Dragic cortaba como un cuchillo, al igual que Frey, apoyados dentro por el 'air Jones'. Este trío puso 19 arriba a los de negro al inicio del tercer cuarto (59-40). El Neptunas estaba en la lona, en la habitación del sueño, más aturdido que George Foreman en 'The Rumble in the Jungle' en Manila cuando Ali le apagó la luz. Una conversión de Pantzar dio la máxima al equipo (+22), que ya hace tiempo se sabía vencedor de la eliminatoria. Se sumaron a la fiesta Kullamae y Rubén Domínguez, este último con más hambre que un recién nacido, además de un De Ridder muy recuperador.

Los últimos diez minutos solo sirvieron para abrir más la brecha por la que se escapó la vida al Neptunas y para que el público ovacionara a un extraordinario Frey, autor de 19 puntos. El Bilbao Basket cerró la eliminatoria a las mil maravillas y este domingo abre el capítulo ACB.