Adam Smith por fin volvió a hacer un buen partido.Jordi Alemany
Bilbao Basket 74-54 Manresa
Un Bilbao Basket excelso roza la perfección y arrolla al Manresa
Jornada 17 ·
Liderado por un sideral De Ridder, el Surne muestra su versión más guerrera, deja en 54 puntos a un equipo que promedia más de 80 y cierra la primera vuelta con siete victorias
Quién le ha visto y quién le ve. Después de ofrecer una de sus peores versiones en la cancha del colista Palencia, donde cayó con estruendo, el Bilbao Basket ha completado este domingo un partido de matrícula de honor en Miribilla, donde más de 9. ... 000 personas vibraron con los hombres de negro. Dejaron de ser orugas para convertirse en mariposas y aplastar a un Baxi Manresa que venía a por el billete de la Copa. Liderados por un sideral Thijs de Ridder, un muchacho de 20 años y ganas de comerse el mundo con todas sus imperfecciones, los vizcaínos dejaron en 54 puntos a un rival que promedia más de 80. «Nos han superado en todo», dijo nada más acabar el choque el entrenador visitante Pedro Martínez. ¿Por qué?, le han preguntado los medios catalanes. «Porque igual son mejores que nosotros», replicó el técnico, además de cubrir de elogios a los vizcaínos. Un equipo que ha acudido puntual a su cita con la historia: ya son 16 las victorias en 17 visitas del Manresa. Medida tomada y, de paso, cerrada la primera vuelta con siete triunfos.
Algo había en el ambiente que hacía presagiar el desenlace final. El aire olía diferente. Justo al acabar el calentamiento, Adam Smith se acercó al delegado de campo, Txipi, y le entregó una pelota. Le dijo tres veces: «Game ball (balón de partido)». Miraba fijamente a una institución del club. Quería jugar con ella. Le daba buenas vibraciones. El tirador americano llevaba varios encuentros muy por debajo de su nivel y quería disparar con balas de verdad. La primera canasta fue suya, en una penetración marca 'mano invisible'. Luego falló un par de tiros, pero se veía que jugaba con otra energía y actitud. Tanto que terminó con 18 puntos, cuatro rebotes y cinco asistencias. El Bilbao Basket estaba impecable en la entrega y el compromiso con un baloncesto solvente, de altos vuelos. Defendía con todo ante un rival que es nervio puro, cuyas posesiones a veces duran apenas 14 segundos y que de correr ha hecho su estilo de vida. Los hombres de negro se aplicaron bajo su aro y dejaron al Manresa en 13 puntos al término del primer cuarto, un período en el que Renfroe dirigía y anotaba -dos triples sin fallo- con fluidez. Nueve arriba (22-13) después de un parcial de 11-0 para cerrar el acto inicial.
El Surne transmitía una actitud inmejorable, de guerreros vestidos con camisetas de baloncesto. El Manresa dio el primer y el único susto del día al comienzo del segundo período en forma de un 0-7 con aciertos de Sagnia y Robinson, que acercó a los catalanes a dos (22-20). Ponsarnau pidió el tiempo muerto para recomponer la tropa. Si en el primer cuarto sobresalió Ronfroe, muy activo en todas las tareas de base, ahora volaba Pantzar. El sueco encestaba, reboteaba y dirigía con la precisión de un cirujano, cargado de energía positiva que contagiaba al resto junto con el soldado De Ridder, puro corazón y fuego que Miribilla despidió al grito de «¡MVP!». El escandinavo metió nueve puntos (11 al final) y fue clave en la fabricación de una serie hermosa de 17-3. De 24-23 se pasó a un fantástico 41-26, que supuso la máxima ventaja. Mucho tuvo que ver también una defensa en zona, además de los nueve tapones puestos en estos 20 minutos, que se atragantó a los manresanos. 'El infierno' estaba de pie, en trance, y desde abajo invitaban a más decibelios y ruido. Solo un triple casi sobre la bocina de Taylor evitó que los locales se fueran 15 arriba al descanso. Lo hicieron con un 46-34 y la mirada afilada.
Maravilla De Ridder
El escenario siguió intacto tras el paso por los vestuarios. Ponsarnau movía el árbol sin parar, con combinaciones diferentes y quintetos inéditos. Jugaba con dos bases (Renfroe y Pantzar), Rabaseda llegó a ponerse de cuatro -Tsalmpouris no tuvo minutos, al igual que Rigo- y todo el mundo peleaba con lo que tenía. Sobre todo De Ridder, un ejemplo de lucha y pundonor, quien sacó de sus casillas a Robinson. El belga acabó el partido con 17 puntos, 13 rebotes, dos tapones y 28 de valoración. Una bestia de 20 años. Killeya-Jones tiró del carro al comienzo del tercer cuarto y dos canastas precisamente de De Ridder pusieron 16 arriba a los de negro (54-38). Hlinason se hacía grande y cambiaba tiros como el que cambia el canal de la tele. Todo marchaba a la perfección, pero nadie se atrevía ni siquiera soñar todavía con la victoria. Demasiadas desilusiones aconsejaban prudencia máxima. Adam Smith sacó la varita mágica y con cinco canastas casi seguidas y los hombres de negro cerraron la tercera entrega del choque 19 arriba (65-46). Dejaron que el Manresa solo metiera 12 puntos.
Esta vez no hubo sustos ni desconexiones, maldiciones y errores fatales. El equipo seguía con el acelerador pisado a fondo en un último período que clausuró con una victoria por 20 puntos, un encuentro en el que ganó los cuatro cuartos y demostró que tiene más baloncesto de lo que dice la clasificación. Los últimos seis puntos fueron de De Ridder, con quien Miribilla entró en trance. Una joya que se está puliendo con la camiseta negra en la segunda mejor liga del mundo, donde el Bilbao Basket busca mejorar en una segunda vuelta que arranca en Andorra.
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