El Bilbao Basket confía en contar con Rabaseda para el partido contra el Manresa

Xavi Rabaseda terminó regular el partido contra el Tenerife. En la primera parte, el capitán detuvo el encuentro y pidió el cambio por un problema físico. Se sentó en el banquillo y luego volvió a salir, pero no tuvo minutos en el último cuarto. El técnico del Bilbao Basket, Jaume Ponsarnau, comentó en su comparecencia posterior que otro «contratiempo» había golpeado a un vestuario ya mermado por las bajas, huérfano de gente como Ludde Hakanson, Andrew Goudelock, Tomeu Rigo y Jeff Withey. El alero catalán dio el susto, aunque todo indica que llegará al choque de este sábado con el Manresa (Miribilla, 20.45 horas). Las pruebas realizadas descartan lesiones de importancia por lo que, si las sensaciones son buenas, el de Ripoll echará una mano a los hombres de negro.

Las lesiones han llenado la enfermería del Bilbao Basket en una temporada a la que faltan cinco jornadas para bajar la persiana de la fase regular. Hasta nueve jugadores han estado entre algodones en algún momento de la campaña, con percances de mayor o menor gravedad. Por eso el susto de Rabaseda activó todas las alarmas, pero parece que estará en condiciones de ayudar. Un hombre muy importante en el esquema de Ponsarnau, tanto en la cancha como fuera de ella, puro compromiso en defensa y en cada acción en la pista. Este viernes verá cómo evoluciona de las molestias, el sábado terminará de probarse en la sesión de tiro y si nada raro ocurre estará en el choque frente a un Baxi Manresa inmerso en la pelea por la salvación.

Jeff Withey

Al que falta poco para volver a las pistas es a Jeff Withey, quien lleva dos meses de baja. El club trabaja con la intención de incorporarle al grupo en los próximos días, con toda la cautela del mundo. No se descarta que esté este sábado en el banquillo o que reaparezca dentro de una semana frente al Betis o luego ante el Breogán. Sería una gran noticia contar con la torre californiana, quien cierra el espacio aéreo y va al rebote. Este movimiento permitiría dar más libertad a Tsalmpouris y descargarle de las tareas en la pintura. Pero aún hay que ir con pies de plomo.