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Bilbao Basket 73-98 Chemnitz
Descomposición colectiva en MiribillaSemifinal ·
Tras un gran inicio y una buena primera parte, el Bilbao Basket se desploma en la segunda y dice adiós al sueño de la final de la Europe CupSecciones
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Bilbao Basket 73-98 Chemnitz
Descomposición colectiva en MiribillaSemifinal ·
Tras un gran inicio y una buena primera parte, el Bilbao Basket se desploma en la segunda y dice adiós al sueño de la final de la Europe CupEl partido empezó como un cuento de hadas, perfumado y con un bonito lazo, y acabó convertido en un relato de terror más negro que las historias de Edgar Allan Poe. El Bilbao Basket ha zarandado este miércoles al Chemnitz en un gran primer cuarto, ... lo sujetó hasta el descanso con ventajas de hasta 14 puntos y luego se descosió como un abrigo desgastado por el uso y el paso del tiempo. Literalmente desapareció, se volatilizó, aturdido como un boxeador que ya no oía ni la campana. Se fue a la lona para no levantarse, incapaz de ofrecer la más mínima resistencia ante los Niners, que mordían y no soltaban su presa. Un 12-30 en el tercer período y un parcial de 6-20 en el último acabaron con el sueño de los hombres de negro de jugar la final de la FIBA Europe Cup. Tras perder por 25 (73-98), el viaje a Alemania será en clase turista para dar por terminada una aventura continental que acaba en semifinales. Hay que hacerlo con dignidad y la cabeza alta.
El partido empezó como terminó el último: con un triplazo del mismo autor. Kullamae descorchó la semifinal con un misil desde los 6,75 y dio la bienvenida al Chemnitz. Cuando un 'killer' está en trance conviene dejarle que viva su sueño. Al igual que lo hizo Killeya-Jones, imperial en un arranque de partido digno de enmarcar. El de Nueva Jersey era imparable y facturaba como los grandes almacenes en Navidad. Hizo 11 puntos sin fallo en lanzamientos de campo y hasta dejó un mate digno de póster que conllevó un dos más uno. Un triple de Andersson puso 11 arriba a los locales (17-6) gracias a un parcial de 9-0 y Rodrigo Pastore se vio obligado a parar el choque. De poco le sirvió porque los hombres de negro se fueron 14 arriba tras una canasta de Pantzar (25-11). Cerraron el cuarto inicial con una jugosa ventaja de 13 (29-16). Todo iba bien.
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José Félix Cachorro
Los diez minutos iniciales dejaron algunas certezas. Tal vez la más importante fue que el Chemnitz sufría por dentro, en la pintura, donde no conseguía frenar a Killeya-Jones y a Hlinason. Más grandes que ellos, el americano y el islandés hacían daño y cobraban muchas faltas. Meter los tiros libres era harina de otro costal. Seis fallados en la primera parte. El Bilbao Basket necesitaba adherirse a su hoja de ruta y no desviarse ni un centímetro porque el caos no le convenía. Cada vez que los alemanes podían correr reventaban las costuras de los locales. Sobre todo un inspiradísimo Lansdowne, quien fue el primero en pulsar el botón de demolición.
Desplome
El viento empezó a cambiar de dirección en el segundo período. El Surne trabajaba bien, aunque no lograba reducir las pérdidas –se fue al descanso con 10 y acabó con 19–. Lansdowne seguía a lo suyo, al igual que Killeya-Jones, cuyo tobillo izquierdo dio un susto aunue pudo volver a la cancha. Dos tiros libres de Kullamae –12 puntos al descanso y 15 al final– y otro de Pantzar devolvieron la máxima a los vizcaínos: +14 (43-29). Entonces aparecieron Krubally, Garrett y Kajami-Keane para poner a los Nineros a cinco, la misma diferencia con la que clausuró la primera parte (46-41). El Surne bajó de intensidad, cometió un par de despistes ofensivos y defensivos y en vez de marcharse de 16, porque tuvo ocasiones de hacerlo, vio cómo se derretía su ventaja.
Y lo pagó con intereses un equipo que se desplomó en un horrible tercer cuarto y quedó noqueado en el último. Alejado de su mejor baloncesto y la pizarra, incapaz de atacar ni de defender, con errores constantes incluso en acciones de poca dificultad, el Bilbao Basket se fue a la lona tras encajar la friolera de 30 puntos. Un parcial de 7-21 hizo saltar todas las alarmas. Nada funcionaba, sin luz en la oficina, porque el interruptor lo controlaba el Chemnitz. Sobre todo la mano de un letal Lansdowne, que acabó con 22 puntos en su cuenta particular. Pero luego se enchufaron Yebo, Krubally, Garrett, Uguak, Kajami-Keane y compañía.
El Chemnitz fue una apisonadora y el Bilbao Basket terminó laminado. Con señalar que metió solo 27 puntos en la segunda parte está todo dicho. En cambio, los alemanes facturaron 57. Superiores y sin parar de correr y de trabajar, sn levantar el pie ni bajar el ritmo, resolvieron la semifinal. El Surne llegó lejos, hasta los cuatro mejores, y allí se topó con una pared.
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