El Bilbao Basket blinda su juego interior con el gigante Tryggvi Hlinason

Hlinason viene para llenar el hueco dejado por Jeff Withey, quien estuvo dos temporadas en Bilbao. Es una adquisición de muchos quilates, trabajada a fondo por la dirección deportiva y el técnico Jaume Ponsarnau, quien ya tuvo al islandés tanto en el Valencia como en el Zaragoza. Es un proyecto de Ondrej Balvin, una torre dominente en ambas pinturas. El pívot se ha hecho en las canchas de la ACB, primero en el conjunto taronja, luego en el Obradoiro y en los últimos cuatro cursos en el equipo maño. Otro punto a favor, experiencia en cantidades industriales en la Liga Endesa, sin necesidad de aclimatación. Ahora la pondrá al servicio del Bilbao Basket, que se frota las manos con su fichaje. Un seguro de vida para sellar los caminos interiores que llevan a la canasta del Surne.

Buenos números

A los hombres de negro les ha costado echar el lazo a Hlinason, un viejo objeto de deseo, quien junto a Killeya-Jones se verá apoyado por los 'cuatros' Andersson, De Ridder y Tsalmpouris, estos dos últimos aún pendientes de ser oficializados pero asegurados. Esto se traduce en que el equipo contará con gente grande en la zona y bastantes variantes, como la capacidad del griego de jugar al pick and pop y lanzar desde fuera abriendo defensas rivales. El islandés viene de hacer un buen año en Zaragoza, donde promedió 7,4 puntos con un fantástico 78,2% en tiros de dos, 5 rebotes y 1,7 tapones para un total de 11,9 de valoración. Fue el máximo taponador de la ACB. El talón de Aquiles está en la línea de castigo, donde acierta poco más de la mitad de los intentos (57%).

La pasada temporada, Hlinason fijó nuevos récords personales. Hizo 24 puntos contra el Tenerife y cogió 10 rebotes antes el Betis. En este último choque se fue hasta los 27 créditos de valoración, su plusmarca de la campaña. Estuvo cerca de su tope de los 33, que registró en 2021 ante el Fuenlabrada. En el Bilbao Basket están encantados con su llegada y seguros de que aportará muchísimo al equipo. Enorme e intimidador, el nórdico cambiará más de un tiro a los rivales y dominará la pintura.