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Axel Bouteille está descubriendo Bilbao. Le gusta pasear por la ciudad, experimentar con la comida, los restaurantes y dejarse ver por el centro. Forma parte de su encaje en una sociedad nueva y en una liga que ya le conoce. No ha tardado nada ... en dar un aldabonazo y tirar la puerta abajo gracias a su juego alegre, atrevido y basado en una asombrosa facilidad anotadora. Entre prudente y tímido, el alero francés confiesa que está «contento» con su arranque liguero pero que no piensa en números ni porcentajes, sino en divertirse en la cancha y en ayudar al Bilbao Basket a conseguir sus objetivos, que también son suyos. No entiende de nervios en la pista, de miedos, porque le encanta competir. «El baloncesto es solo un juego, por eso lo disfruto», dijo ayer en Miribilla, donde la plantilla hizo un sesión de trabajo físico.
El tirador galo saborea su primera experiencia fuera de casa. No le va nada mal, ni a su equipo, que ha firmado un comienzo de 4-3 y siente que va por el buen camino. Él también, muñeca inquieta, que sumó 27 puntos en la cancha del Baxi Manresa, su récord en la ACB. El equipo perdió tras dos prórrogas y es lo que le dejó incompleto. «Estamos bien, con un buen balance. Pero dejamos escapar dos partidos en el tiempo extra. Tenemos cuatro victorias y podríamos contar con una o dos más. Aun así, no está mal», comenta con cierta resignación, dolido por un par de balas mal gastadas. Ahora piensa en el Herbalife y en cómo retomar la senda del triunfo ante un «gran equipo y con fantásticas individualidades». «Debemos mejorar», avisó.
Tras las siete primeras jornadas, Bouteille promedia 17,1 puntos, tres rebotes y una asistencia, con un 53,6% en los tiros de dos y la friolera de 58,8% de tres. Sonríe cuando se le enseñan sus estadísticas. No puede disimular sus satisfacción y tampoco lo busca, aunque aclara que no vive obsesionado con los números. «Son buenos, pero no los miro. Antes de venir aquí no pensaba en cuántas canastas iba a meter, en las cifras, sino simplemente en jugar. Lo único que me preocupa es el partido más inmediato y cómo ayudar al equipo. Estoy contento por cómo me va, pero ya veremos lo que ocurre al final de la temporada».
17,1 puntos promedia Bouteille en las siete primeras jornadas de la Liga Endesa.
58,8% en los tiros de tres es lo que acredita el alero francés. De los 34 intentos ha convertido 20. Es el tercer mejor porcentaje de la ACB, solo superado por Sy Bandja de Andorra (61,9%) y Daum (60,7%) del Obradoiro.
15,3 de valoración tras siete partidos en su primera campaña fuera de Francia.
El alero francés confiesa que le encanta la ACB, los rivales. «Es una gran liga en la que me encuentro bien. Estoy cómodo». A sus 24 años, el galo asegura que no tiene ningún jugador preferido, alguien en quién fijarse, sino que sigue su camino. Pero cuando era «más joven» sus ojos se clavaban en Paul Pierce, la estrella de los Celtics. Alero como él, uno de los grandes de la NBA. Es interesante escucharle cuando habla de su forma de afrontar los partidos, de vivirlos en toda su intensidad y no arrugarse. «No siento presión. Juego mi baloncesto y disfruto en la cancha. Es bueno que se hable de mí -en alusión a los halagos que cosecha en la Liga Endesa-, pero no por ello me sentiré presionado».
Fuera de las pistas, Bouteille es un gran aficionado al fútbol. Es del Olympique de Marsella, pero desde que está en Bilbao sigue muy de cerca al Athletic. «He ido cuatro veces a San Mamés», comenta divertido, apenado por haberse perdido dos partidos. Volverá a La Catedral, aunque su casa es Miribilla. Y le encanta estar en el infierno.
Al igual que Bouteille, Emir Sulejmanovic jugó su mejor partido de la temporada en la cancha del Manresa. El bosnio-finladés destacó sobre todo en la pintura, donde cogió 12 rebotes. «Estoy mejor, más móvil y rápido», dijo ayer en Miribilla. El ala-pívot recalcó que piensa «aprovechar al máximo» los minutos que le da Álex Mumbrú y que todavía está buscando su «mejor momento». Recordó que solo lleva «mes y medio» entrenando con el equipo y que «no conocía a nadie» cuando pisó Bilbao. Ahora la situación ha cambiado y mira con optimismo el duelo contra el Herbalife. «En Miribilla tenemos que aspirar a lo máximo, debemos defender nuestra casa».
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