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Balkan 62-94 Bilbao Basket
Un aplastante ejercicio de superioridadTop-16 ·
El Bilbao Basket rompe al débil Balkan búlgaro, suma su novena victoria en la FIBA Europe Cup y mete un pie en los cuartos de finalSecciones
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Balkan 62-94 Bilbao Basket
Un aplastante ejercicio de superioridadTop-16 ·
El Bilbao Basket rompe al débil Balkan búlgaro, suma su novena victoria en la FIBA Europe Cup y mete un pie en los cuartos de finalEl Bilbao Basket se dio una vuelta por Bulgaria, visitó la bonita ciudad de Botevgrad –tiene una preciosa torre del reloj de 30 metros construida en la segunda mitad del siglo XIX, la más alta del país–, partió por la mitad al débil Balkan y ... continuó con su racha victoriosa en la FIBA Europe Cup. Ya son nueve triunfos en otros tantos partidos. El de este miércoles, tercero en el Top-16 después de los logrados ante Oporto y Gottingen, vale para meter pie y cuarto en los cuartos de final, una aventura que empieza a desprender un interesante aroma a oportunidad. No hubo partido ante los búlgaros, que depusieron las armas a primeras de cambio, rendidos ante la aplastante superidad de su rival. El Surne gobernó con el puño de hierro un choque en el que Adam Smith hizo 25 puntos y anotaron 11 de los 12 jugadores que pisaron la cancha. Solo faltó Barandalla.
Poco tardó el Surne en comprobar que su rival estaba hecho de papel. Lo imaginaba, pero testó su blandura e inocencia a los pocos minutos de descorchar el partido en el Arena Botevgrad. El 5-0 de inicio de los locales fue como agitar y abrir una botella de gaseosa. Saltaron las burbujas y en cuanto bajó la efervescencia se impuso la lógica. Los vizcaínos replicaron con un parcial de 2-8 y luego con otro de 0-9 para hacerse con la batuta de mando y componer su propia melodía ante un adversario voluntarioso pero limitadísimo en baloncesto y recursos. Solo Dimitrov (19 puntos) daba el nivel, un recurso escaso a la hora de oponer resistencia a un equipo muy superior. De hecho, Ponsarnau dosificó a Renfroe y a Adam Smith –el americanó no jugó en el último cuarto– y empleó a Kullamae como base junto a Pantzar.
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Smith tenía ganas de dar continuidad a su buena actuación ante el Manresa y en Bulgaria se fue al descanso con 16 puntos y dos asistencias. Tenía hambre el escolta, quien lideró el despegue inicial. Del 7-5 se pasó rápido al 11-19 gracias a un parcial de 4-14. Rabaseda trabajaba como si hubiera tenido enfrente a los Nuggets de Jokic –puso dos tapones como dos soles en sus labores defensivas– y Killeya-Jones ayudaba en el apartado anotador. Tampoco conviene olvidar el poder de intimidación de Hlinason, una montaña que temían los de Botevgrad. Hizo un matazo que no lo fue porque machacó con tanta fuerza que la red escupió el balón. Los hombres de negro cerraron el primer cuarto cinco arriba (15-20) y se fueron hasta un +17 en el segundo para clasurarlo con una ventaja de 11 puntos antes de pasar por los vestuarios (32-43).
Una apisonadora
La superioridad de los vizcaínos era manifiesta y tal vez por verse tan dominadores no terminaron de irse del todo hasta el tercer cuarto. Controlaban el partido, metían con facilidad cada vez que subían un poco de ritmo y estaban más cómodos en la cancha que un turista alemán en una hamaca en una cala de Mallorca. Andersson prendió la mecha y los vizcaínos se perdieron en el horizonte. Los búlgaros no les veían ni con los catalejos. Smith estaba con ganas de meter un carro –acabó el tercer cuarto con 25 puntos y la no volvió a salir– y el resto se apuntó al festival de tiros liberados y canastas fáciles. La ventaja crecía como la espuma en una fiesta de Ibiza. Un parcial de 0-15 puso 27 arriba a los de Miribilla (43-70), felices con su traje de verdugo. Normalmente lo lleva el ACB de turno, pero de vez en cuando Europa les hace un regalo en forma de sentir lo que siente un transatlántico de la Liga Endesa y continental.
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Entre Andersson, Smith y Renfroe acondicionaron el terreno para una victoria abultada y plácida. El Bilbao Basket afrontó el último cuarto con una ventaja de 28 puntos (47-75) y a los jugadores les tocaba hacer números y sentirse poderosos, ganar en confianza y atreverse con cosas que suelen ser complicadas en la ACB. Kullamae lo entendió y acabó con 13 puntos, 6 asistencias, 5 rebotes y 22 de valoración, solo por detrás de Smith (23). Reyes también hizo un cuatro de cinco en tiros de dos, pero solo pudo convertir uno de los cuatro triples lanzados. Los vizcaínos se fueron 32 arriba (47-79), la misma diferencia con la que cerraron un duelo sin más historia que la escrita por un equipo dominador y a años luz del conjunto búlgaro.
El Bilbao Basket está a un paso de meterse entre los ocho mejores de la Europe Cup. Sueña con los ojos abiertos, que le han visto hacer un pleno de nueve victorias hasta la fecha.
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