Txus Vidorreta (Bilbao, 57 años) habla con todo lujo de detalles del ascenso conseguido en León con el Bilbao Basket, una hazaña de la que mañana se cumplen 20 años. El ahora entrenador del Tenerife, entonces al mando del equipo de su ciudad, fue una ... de las piezas clave de una idea que acabó cuajando y que sigue vigente en la actualidad. Acepta encantado viajar en el pasado, bucear en los recuerdos, rememorar aquel día histórico y asomarse al futuro para asegurar con rotundidad que es «muy optimista» con el Surne. «Este es el mejor y el más serio proyecto que ha habido nunca en la historia de Bilbao y Bizkaia».
- Dicen en la isla que un chaval tenía que hacer un trabajo de historia y eligió el ascenso del Bilbao Basket. ¿Le suena?
- Ja, ja, ja, claro que me suena. ¡Cómo no me va a sonar! Pidieron un reportaje histórico relacionado con la familia. Mis padres fallecieron hace algún tiempo y aquí, en Canarias, de qué historia vamos a hablar Sonia (su mujer) y yo. Pues del ascenso del Bilbao Basket. Le di a mi hijo una serie de opciones y eligió la del Bilbao Basket. Además, éramos conscientes de que se cumplía una cifra redonda como la de los 20 años. Lo vistió bien.
- ¿Qué tal le ha quedado?
- Salió contento. El segundo no me ha salido un gran estudiante. Saca las cosas bien, pero no le gusta estudiar como al primero. El trabajo lo ha hecho con ilusión.
- ¿Cuál es la primera imagen que se le viene a la cabeza de aquel 21 de mayo de 2004?
- No es una imagen concreta, sino la sensación que teníamos al descanso de que nos estaba saliendo un partido perfecto. Después de haber pasado muchos apuros en el primer encuentro, en el tercero habíamos dado completamente la vuelta a la serie. Estábamos 20 arriba al descanso, con una defensa extraordinaria y mucho acierto en el ataque. Estábamos consiguiéndolo después de un año muy exigente. Sabíamos que no se iba a escapar, que el rival daría un arreón pero que lo resistiríamos.
- Había ascendido diez años antes, en 1994, pero le dijeron que no había dinero. La vida le dio una segunda oportunidad.
- Bueno... ¡me la gané! Anduve picando piedra muchos años. Gané la Liga EBA en La Palma, ascendí con el Bilbao Basket de la LEB Plata a la LEB Oro. Fueron años de trabajo duro. Ya no dependía de mí. Esta vez, de la mano de la junta directiva que presidía Jon Arrinda y dirigía Gorka, más el inestimable apoyo de Lagun Aro, pues se pudo poner el dinero que no se puso en 1994.
Pendientes del canon en 2004
«Rafa Pueyo, Txipi y yo nos piramos de Bilbao. No queríamos participar del drama»
- ¿Temía que la historia iba a repetirse? Porque todo se hizo casi sobre la bocina, pagando un canon de casi tres millones para poder jugar en la ACB.
- Rafa Pueyo, Txipi (delegado de campo) y yo nos piramos de Bilbao aquel fin de semana. Veíamos que las cosas no estaban muy bien y no queríamos participar del drama en mi casa por segunda vez. Nos fuimos a pasar el fin de semana por ahí los tres.
- Cuenta Lucho (Fernández) que un día le paró por la calle el difunto Iñaki Azkuna y le preguntó: «¿Vais a subir?». Le dijo: «Eso parece». «¡Esperad un poco, no hay dinero!», le soltó el alcalde.
- La injusticia no es tanto el hecho de que haya o no dinero, sino que durante tantos años existiera ese canon ilegal, como se demostró. Nos dejó por el camino no solo al Caja Bilbao, por suerte no al Bilbao Basket, sino previamente a algún otro equipo y durante lo que yo llamo la 'década ominosa' a un montón de equipos que se ganaron el derecho deportivo de jugar la ACB. No pudieron hacerlo porque existía un canon que se demostró ilegal.
Americanos y nacionales
- Aquel año arrasaron. Fueron campeones, prácticamente invencibles en La Casilla, firmes en el play-off. ¿La clave estuvo en convencer a los jugadores de que podían con todo?
- Veníamos en una dinámica ganadora. El primer año que dirigí al equipo ascendimos con una gran superioridad de la LEB Plata a la LEB Oro. En nuestra primera etapa en la LEB Oro, con un equipo joven, jugamos la final de Copa, los cuartos de final del play-off... Dimos al grupo un toque de veteranía que pensábamos que era muy importante, especialmente de la mano de los jugadores americanos. Irrumpió Venson Hamilton, quien había sido determinante en el ascenso del Tenerife el año anterior; llegó Brian Howard, un profesional y un tipo extraordinario que dio mucho pegamento a la plantilla; y en enero vino Bryan Sallier. Si a eso le unes un núcleo de jugadores nacionales muy implicado -Salgado, Lucho, Maluenda, Ricardo Uriz, Jorge García, Patrick Sáenz de Ugarte, Juanma Rodríguez- salía un mix de jugadores de calidad e implicación. Éramos un gran equipo.
- ¿Cómo recuerda la ciudad en aquellos días? ¿Le paraban por la calle, le daban ánimos...?
- En Bilbao, al igual que en Tenerife, la gente siempre ha sido muy respetuosa con los deportistas. Nosotros, los del baloncesto, tampoco éramos tan conocidos. Pero es verdad que había mucho ambiente en zonas concretas. En García Rivero, la gente se había volcado y todos los hosteleros se hicieron socios. Ahí movimos mucha ficha. Era el centro neurálgico de la ciudad en aquel momento. Pozas, Indautxu... Por supuesto en La Casilla también, donde yo vivía. En mi zona de influencia siempre había gente que te daba palabras de ánimo. 'Vamos, Txus, este año sí'. Eso lo viví. No te paraban por la calle, pero te pegaban un grito de ánimo.
- Hasta donde pueda decir: ¿Cómo fue la celebración la noche del 21 de mayo?
- Muy chula. No estábamos muchos, pero sí todos juntos. Hicimos una cena en el parador, donde nos juntamos un montón de gente del club, familiares e incluso amigos. Luego salimos a tomar algo y, bueno, lógicamente se alargó. Muchos amigos míos se habían acercado a León. Lo pasamos muy bien.
- Ha ganado títulos, es uno de los históricos en la ACB, ¿pero catalogaría aquel ascenso como uno de los momentos cumbre de su carrera?
- Hay dos, y los dos están relacionados con Bilbao. Uno es el ascenso a la ACB con el Bilbao Basket, y otro es el título de la Champions ganado en Miribilla con el Tenerife. Para mí, esos dos momentos son mágicos. Por suerte, he tenido la oportunidad de ganar otra Champions, la Intercontinental, medallas con la selección como entrenador jefe y ayudante, la Supercopa... Pero ese ascenso con el Bilbao Basket y el título en Bilbao con el Canarias son los dos momentos más emotivos de mi carrera.