Ante el reto y la obligación de levantarse

No será fácil cazar al Granada en su cancha, donde los de Pablo Pin han sacado cuatro de sus seis victorias. Están en una situación delicada, empatados con un Breogán metido en el descenso, al igual que el Obradoiro, pero tienen el partido ante el Surne marcado en rojo porque son conscientes de que una derrota les haría muchísimo daño. Sobre todo porque luego les toca visitar al Baskonia y recibir al Unicaja y al Joventut. En cambio, el Bilbao Basket, con la baja de Xavi Rabaseda, quiere jugar con la necesidad y la ansiedad de su rival, crecerse bajo el techo del Palacio de Deportes de la ciudad andaluza y sumar un triunfo que conllevaría un premio triple: verse casi salvado, recuperar las buenas sensaciones y rearmarse anímicamente ante el choque de vuelta frente al Legia en Miribilla.

Al Surne, como a todos los equipos inmersos en la lucha por la permanencia, le cuesta sonreír a domicilio. Solo ha ganado dos partidos fuera en lo que va de temporada, al Obradoiro y al Valencia, y necesita el de Granada por mil y un motivos. «Tenemos que trabajar todos juntos para levantarnos», dijo en la previa Ponsarnau, quien más allá de la dificultad inherente de vencer en cualquier cancha ABC ve una oportunidad de crecer en la pista nazarí. «Debemos buscar nuestros máximos», pidió el de Tàrrega a sus jugadores, conscientes también de la importancia del encuentro frente a los andaluces.

El Bilbao Basket viene de caer ante el Unicaja en la competición doméstica, pero el Granada encadena cinco derrotas en la ACB. Ha perdido contra Tenerife, Murcia, Manresa, Girona y Barcelona. Si se amplia un poco el foco, los de Pablo Pin únicamente han logrado una victoria en las últimas ocho jornadas de la Liga Endesa, frente al Obradoiro en casa (77-74). Además de esta mala racha, los granadinos se han quedado sin su principal referente ofensivo como Joe Thomasson, quien se marchó al Macabbi. Han salido al mercado y de momento han traído al ala-pívot Jacob Wiley –debutó ante el Lenovo con 17 puntos y ocho rebotes– y al alero Elias Valtonen. El Surne se reencontrará además con un viejo conocido como Jonathan Rousselle, quien jugó tres temporadas como hombre de negro.

Los vizcaínos quieren jugar un buen baloncesto, andar bien de energía y rozar sus valores máximos. «Para nosotros –avanzó Ponsarnau– madurar es aprovechar la 'pedregada' que nos cayó el otro día». No hay mejor manera de redimirse que con una victoria que valdría su peso en tranquilidad, y ánimo.