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Es de esos jugadores que dejan afónicos a los locutores que cantan los triples como si no hubiera un mañana. Se le caen los puntos ... y siempre ha sido así. Tanto que es actualmente el máximo anotador de la ACB, rondando la veintena por partido, amén de ser el tercer jugador más listo robando la cartera al prójimo. Se llama Romelo Delante Trimble y esta tarde (20.00) tendrá que sufrirlo el RETAbet. Ojalá encuentre contestación su ametralladora en alguna de las que portan los hombres de negro. Las de Zyskowski y Kulboka, que deberían ser las más reconocibles, están encasquilladas. Pero estrenan los de Miribilla en el Fernando Martín nueva munición, de un calibre generoso aunque pendiente de homologación. Ojalá que si hay una ensalada de tiros suenen más huecos los descerrajados por John Jenkins en su estreno como refuerzo temporal de los vizcaínos.
Melo Trimble ya ha dado muestras de su arsenal. Compartió universidad en Maryland donde recaló el zaragocista Rasheed Sulaimon, del que una semana atrás narrábamos su historia como carne de cañón del 'coach K' en Duke. Entrenó con nueve franquicias tras negarse a acortar un año su vida universitaria. Parecía que el guante que le echó el mismísimo Stephen Curry le serviría para abrir alguna puerta. Hubo amagos, nada más.
La estrella de los Warrios sorprendió al joven Melo enviándole un vídeo personalizado para invitarle a trabajar en su campus SC 30 Select, que trataba de reunir a los mejores bases y escoltas del país en edad escolar y universitaria. Recibió clases y trabajo cara a cara con Curry y luego él les hacía llegar las mismas enseñanzas a los procedentes de la secundaria. En un programa de televisión, el mejor triplista de la historia en la NBA reconoció sentirse reflejado a su edad en el hoy jugador del Fuenlabrada. «Parece sereno en la cancha, pero es agresivo y no tiene miedo a tomar decisiones. Es muy parecido a como era yo en la universidad». También dijo estar «impresionado» por la ética de trabajo y liderazgo del francotirador de Washington.
Fue una lección que Trimble asimiló ya que no tardó en paladear el agradable sabor del néctar de una canasta ganadora sobre la bocina. Sucedió ante Wisconsin y algo hizo click en su mente. «Si el equipo y mis compañeros me necesitan, doy un paso al frente». Cruzó el campo y en vez de penetrar, para lo que tenía tiempo, zigzagueó en busca de una posición natural. Se elevó, soltó el brazo y lo dejó apuntando al cielo, como Curry rubrica sus tiros inverosímiles. Como la estrella de Golden State, no le pasaba factura una mala tarde. Podía encadenar un 0 de 10, que al partido siguiente se los volvería a jugar. El acierto casi nunca le quebró. Por parecerse a su mentor, hasta le clavaba la talla, altura y envergadura, pesando un par de kilos menos.
Puso su pólvora al servicio de los Carns Taipass en su cancha bautizada como 'snakepit' (pozo de serpientes). Un itinerario peculiar. Austrañia, Puerto Rico, de nuevo al basket aussie y a la ACB con una falsa parada en Estudiantes, abortada por el primer confinamiento cuando estaba embarcando desde Melbourne.
Contra su arsenal, el RETAbet propondrá su juego de equipo, una solidaridad que debe aflorar tras el accidente de Zaragoza. Tampoco el Fuenlabrada está para tirar cohetes con una secuencia de cinco derrotas (cesado Paco García), cuatro victorias en los siguientes cinco y ahora una racha abierta de tres tropiezos.
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