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Su intensidad entrenando es máxima. Que se deje notar es de por sí una nota positiva para él, ya que nadie se queda rezagado en los cinco para cinco con los que Álex Mumbrú ensaya sus partituras en la intimidad del Bilbao Arena. Emir Sulejmanovic ... encarna el personaje de la ambición, de la constante evolución. Conoce su talento y sabe que sus virtudes potencian esa capacidad natural para la brega, el cuerpo a cuerpo, para vivir sobre una pintura que abrasa, donde se reparte la cera más caliente de un partido. Completada la hazaña dominical en el Palau, el cuatro bosnio irradiaba plenitud, ilusión, orgullo. Todo el equipo, sí. Pero su brillo parecía especial.
Acaba la sesión matinal en Miribilla y se queda practicando tiro, tras la soba común, con Javi Salgado. «Hemos hecho un gran partido en Barcelona, pero falta un mes para la Copa y hay que olvidarse de eso para centrarnos en lo que viene, el Manresa, un equipo de nuestra liga. Tendremos que estar muy centrados porque ellos también están en un buen momento con cinco victorias casi seguidas. Y jugamos en casa».
Habla con un rictus siempre serio, aunque se trata de un muchacho jovial. Aunque hay que avanzar, bien merecido es un último repaso a ese triunfo en el feudo culé. «Mira, aún se me pone la piel de gallina. Suena la bocina y se concentran todas las sensaciones. Cuando trabajas mucho, metes tantas horas, es un premio, significa mucho. Es una sensación increíble. Acaba el partido y no sabes si estás soñando. Nos lo merecemos por esta primera vuelta y debemos seguir mejorando».
Y él mismo tiende el puente entre la gesta y el regreso a la rutina o los otros muchos méritos acumulados por el RETAbet. «Voy a guardar esta victoria hasta el final de mi vida. Pero hay que dar importancia a otras y al trabajo de todos los partidos. Venimos de LEB y nuestro objetivo es quedarnos en ACB. La Copa es un premio. Si llega algo más será otro premio para el equipo, la afición y el club».
Recuerdo imborrable
Entiende que la galvanización que procura el entrenador al colectivo cuando algo cuesta o no sale como se espera es clave en la mejoría, en la solidaridad que se traduce en magníficos resultados. Como el 10-7 con que han cerrado los hombres de negro la primera vuelta. «Álex nos transmite mucha confianza, tranquilidad. Es exigente con el trabajo, no nos deja relajarnos porque no es nuestro ADN. Tenemos muy buena química, todos queremos ayudarnos. Y Rafa (Martínez) y Thomas (Schreiner) nos dan su experiencia», apunta.
Si hay un jugador que no lo tuvo fácil desde el inicio fue Sulejmanovic. Llegó recién operado, con el sello de lesionado. En cuanto recibió el alta, antes de lo anunciado, ha mostrado su capacidad para la defensa, el rebote y la implicación. Y se está viviendo arriba en ataque tratando de llevar la amenaza exterior hasta su posición cuando la bola circula de manos en manos en busca del tirador más liberado. «Sí, vine lesionado y confiaron en mí. Perdí mes y medio y me costaba conocer a mis compañeros en la cancha. Quiero hacer bien mi trabajo, esas cosas que dices que son las que hago bien».
Junto a Rousselle y Lammers, tiene contrato para la próxima campaña, aunque realmente significa poco por cómo se resuelven hoy en día los acuerdos a campaña finalizada. «Es temprano para hablar de ello, ya lo haremos. Hasta final de temporada lucharé como si no lo tuviera». Y lleva la conversación al próximo domingo, cuando llegue a Miribilla un Manresa que «también está buscando la permanencia. Ahora todos los equipos juegan para algo. Hay mucho en juego, debemos seguir concentrados, con el mismo hambre y sobre todo en casa, con nuestro carácter, proteger nuestra pista». Un partido entre las dos mejores rachas ligueras (cinco victorias seguidas para ambos) y el recuerdo de una derrota en el Nou Congost con doble prórroga.
Remata la charla con EL CORREO con un mensaje de optimismo a la pregunta de dónde puede estar el techo de este RETAbet. «Tenemos mucha gente con mucho talento. No sé hasta dónde podemos llegar. Lo más importante es que sigamos humildes, trabajando. Este equipo, si tiene salud, puede llegar lejos al final del año».
Mala semana europea para el Real Madrid, que vio zanjado su récord de 13 victorias seguidas perdiendo el martes ante el CSKA y ayer tropezaba de nuevo en Rusia frente al Khimki (102-94), con muchos minutos a merced de la voracidad de Shved. Mejor le fue ayer al Barcelona. Ganó en Estambul al Fenerbahçe (74-80) cerrando su racha de tres derrotas seguidas ante Efes, RETAbet y Maccabi.
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