Rival del Baskonia
El renacer de Jahlil Okafor, el pívot que probó hacerse vegano para curar sus dolores en la rodillaRival del Baskonia
El renacer de Jahlil Okafor, el pívot que probó hacerse vegano para curar sus dolores en la rodillaMalditas lesiones. Dejaron inacabada la carrera de Andrea Bargnani, aquel italiano número 1 del Draft de 2006, que el Baskonia fichó como punta de lanza en la temporada 2017. Diluyeron el final de la trayectoria de Pau Gasol, que se convirtió en el tercer top- ... 3 de la lotería de novatos en jugar en la ACB. El cuarto es Jahlil Okafor, que bien puede proclamarse como el pívot con más caché de la Liga. 247 partidos en la NBA con solo 25 años, una primera temporada con 17,5 puntos y 7 rebotes de media en 53 partidos y movimientos en el poste bajo imparables hasta para Rudy Gobert, considerado tres veces el mejor defensor de la Liga Norteamericana.
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Aunque suene contradictorio, el Baskonia se enfrenta esta tarde a uno de los 'cincos' más complicados de frenar en su desplazamiento más cómodo de la temporada. La paradoja sólo se entiende a partir de los contratiempos físicos que han llevado al internacional nigeriano a orillas del Ebro. El talento es lo único que queda de aquel pívot de los Sixers, número 3 del Draft de 2015, que firmó uno de los debuts más espectaculares del siglo en la NBA. 26 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias ante los Celtics.
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Iván Benito
Su vida es una cronoescalada. Siempre cuesta arriba. Hasta los nueve años atravesaba Estados Unidos de punta a punta varias veces al año para alternar entre las casas de sus padres, divorciados. La repentina muerte de su madre por bronquitis fue un mazazo para un niño tímido al que le costaba socializar. El baloncesto, la pasión que le inculcó su progenitora, fue el vehículo que encontró para seguir adelante.
Un año universitario le valió para salir escogido en el Draft cuando apenas tenía 19 años. Los Sixers, consternados por la grave lesión de Embiid, le escogieron por delante de figuras como Devin Booker, Porzingis, Myles Turner o Willy Hernangómez. Y no se equivocaron a tenor, de su rendimiento en aquella primera temporada. Ni siquiera un incidente a la salida de un club nocturno le descentró. Estuvo en el quinteto de mejores rookies, pero acabó el curso de baja por un pequeño desgarro en el menisco.
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Ese verano todo se le volvió en contra. Los Sixers le renovaron y su lesión se agravó. Solo podía jugar 16 minutos por partido. Restringido mientras Embiid, vigente MVP de la NBA, empezaba a funcionar a pleno rendimiento. Okafor, por contra, bajó su nivel y entró «en un lugar oscuro». «No sabía que estaba lidiando con ansiedad y depresión. No hice nada, lo ignoré y me cerré», reconoció años más tarde.
Su figura de pívot de la viaja usanza, completo de espaldas al aro, reboteador e intimidador se debilitó y pidió ser traspasado. Fichó por los Brooklyn Nets y se plantó delante del espejo. «Supe que no sólo tenía que cuidar mi cuerpo, también mi mente. Empecé a hablar con un terapeuta para que me ayudara y me hizo sentir mejor», reveló. Tras un año discreto, le fue mejor en Nueva Orleans, aunque a la sombra de otra superestrella como Anthony Davis y con unos dolores de rodilla persistentes.
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Lo probó todo. Se aficionó al yoga y cambió de dieta. «Fui vegano durante ocho meses, pero lo dejé. Perdí hierro». Cuando contrató un chef personal, le detectaron un trastorno respiratorio del sueño. Los Pistons fueron el último equipo en confiar en recuperar su mejor nivel. Al año siguiente, tras disputar los Juegos Olímpicos con Nigeria, país de origen de la familia de su padre, recaló en los Hawks, en los que estuvo 19 días y ni siquiera debutó. Ninguna otra franquicia le llamó en los siguientes seis meses.
Cerradas las puertas de la Liga Norteamericana, Okafor optó por rincones exóticos. Primero China y después México, en un equipo afiliado a la Liga de Desarrollo de la NBA. Vio un resquicio para volver y se volcó. Hasta empezó a aprender castellano. Pero a los cuatro meses se rompió el talón de Aquiles. Pese a ello, el Zaragoza le dio la oportunidad. «Espero que sepa que no puede desaprovecharla», advirtió Porfi Fisac. Okafor no parece dispuesto. Debutó con notable alto ante el Real Madrid y dio una exhibición ante el Unicaja, clave en el único triunfo maño hasta la fecha. «No tengo palabras», dijo emocionado. Pese a acusar el esfuerzo de jugar cinco partidos en doce días, espera pasar el corte del 31 de octubre. Hasta esa fecha, el club puede rescindir su contrato. Pero el estadounidense, que en diciembre cumplirá los 28, solo piensa en renacer a orillas del Ebro.
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