Fall promedia en este curso continental 4,8 puntos y 3,5 rebotes en 11 minutos de juego euroliga
Youssoupha Fall | Pívot de Asvel

«Si tienes un entrenador que no está dispuesto a ponerte en la pista, lo mejor es ir a otro equipo»

El gigante de Dakar lamenta las escasas oportunidades que recibió de Dusko Ivanovic y reclama confianza para explotar sus cualidades

Jueves, 9 de diciembre 2021, 00:34

A Youssoupha Fall (Dakar, 1995) le está costando hacerse un hueco en la Euroliga. Su protagonismo en el Asvel (4,8 puntos y 3,5 rebotes en 11 minutos de juego) está siendo parecido al que tenía en el Baskonia, con el que disputó 60 ... partidos en dos años, fue campeón de la ACB y acordó su salida el pasado verano pese a tener un año más de contrato. El gigante francosenegalés reitera que necesita confianza y un tiempo sobre la pista que Dusko Ivanovic no le concedía. «Quizás este tipo de jugadores no le gustemos», lamenta. Le traen mejores recuerdos sus inicios en Senegal o el reciente nacimiento de su primer hijo. «Está muy grande, se va a aparecer a mí». La primera pregunta era obvia.

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– ¿Cómo se ve la vida a 2,21 metros de altura?

– Ahora más fácil, pero no siempre lo ha sido, sobre todo en la etapa del instituto. La gente se quedaba impresionada por mi altura, pero yo me acostumbré a ella y estoy feliz.

– ¿Cuándo empezó a crecer por encima de lo normal?

– Con 10 años, todavía estaba en Senegal. Fue raro porque mi familia es pequeña, pocos llegan al 1,80. Soy una excepción.

– ¿Tuvo en Vitoria algún problema cotidiano por la estatura?

– No, en Vitoria ninguno. Es una ciudad preparada para este tipo de personas. El club lo tiene bien estructurado y desde el primer momento no tuve ningún inconveniente. Lo único, que cada vez que salía a dar un paseo la gente quería hacerse fotos conmigo para comparar (risas).

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– ¿Cómo fue su llegada a Europa?

– Con 18 años, en 2013, estaba en una academia de baloncesto que tiene la NBA en Thies (Senegal) y me encontraron un hueco en Francia. Era una gran oportunidad.

– ¿Fue con su familia?

– No, siempre solo. Trataban de ver mis partidos y mi padre encontraba fotos y me daba consejos.

– ¿Por qué decidió nacionalizarse francés?

– Porque en Francia me cuidaron y la Federación mostró un gran interés en que jugara en el equipo nacional.

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– Y ahora quiere jugar con Senegal.

– Sí, pero la situación fue problemática. Con Senegal jugué de pequeño, pero no me llamaban al principio de mi carrera y Francia sí me quiso. Y luego las primeras veces que me citaron en mi país no me facilitaron nada para que fuera a jugar hasta allí. Ahora jugar con Francia es casi imposible, pero yo siempre he querido jugar con Senegal y espero hacerlo en los próximos años.

«Buena relación» con el club

– ¿Cómo valora su paso por Vitoria?

– Un gran aprendizaje. A veces estuve bien, otras mal. Demasiados altibajos. Pero creo que ha sido una buena experiencia y se verá reflejada en el futuro.

– ¿Siente que ha progresado menos de lo que esperaba?

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– Realmente no. Trabajé duro cada día y creo que fui por el buen camino para progresar y conseguir mis objetivos.

– ¿Le llegaron las comparaciones con Tavares? ¿Le perjudicaron?

– Tavares es el mejor pívot de la Euroliga. La comparación fue precipitada porque a mí me faltaba mucho trabajo. Él era mucho mejor que yo y solo nos parecíamos en la altura. Es el mejor, pero necesitó mucho tiempo para serlo. Yo todavía espero mejorar mucho más.

– ¿Cómo vivió su último año? A veces siendo importante y otras sin jugar apenas.

– Tuve mejores momentos en el primero. Necesitaba jugar pero el único problema era el entrenador. Estuve en una situación que no podía controlar. A Dusko no le gustaba cómo jugaba y por eso buscamos ambas partes una salida este verano.

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– ¿Por qué jugaba tan poco? ¿Dusko Ivanovic se lo explicó?

– No, él nunca me explicó. Nunca. Quizás este tipo de jugadores no le gustemos, pero él nunca se sentó a hablar conmigo ni me lo dijo.

«Los jugadores como yo necesitamos una adaptación más larga en cada equipo al que vamos»

– ¿Esperaba salir este verano o quería seguir un año más?

– Yo quería seguir en Baskonia, pero si tienes un entrenador que no está dispuesto a ponerte sobre la pista lo mejor es buscar otro equipo. Ese fue mi único problema porque el resto del club me trató muy bien y tengo una gran relación con ellos.

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– ¿Le motiva jugar en el Buesa Arena?

– Claramente, aunque no es un Youssoupha contra el Baskonia. Tengo muchas ganas de ver a la gente y de tratar de ganar. El Baskonia necesita la victoria pero el Asvel también. Queremos meternos en play off.

– De momento en el Asvel tampoco es indiscutible. ¿Qué le falta para ser un jugador importante en Euroliga?

– Necesito estar en la pista, jugar. Si lo hago, demostrará el tipo de jugador que puedo llegar a ser. Pero me tienen que dar esa confianza.

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– ¿Siente que cada vez es más difícil hacerse hueco un jugador de sus características?

– Definitivamente, porque jugadores como yo necesitamos un proceso de adaptación más largo en cada equipo al que vamos. Ahora se juega de una manera que no nos beneficia y necesitamos tiempo, como le ha pasado a Tavares.

– ¿Y Wembanyama? ¿Va a ser tan bueno como parece?

– Sí, si logra estar sano y esquivar las lesiones va a ser un gran jugador y jugará en la NBA. El baloncesto y su talento ya lo ve todo el mundo, pero para mí lo que le hace ser diferente al resto es el carácter. Es una grandísima persona. Rezo por él para que se mantenga sano.

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– ¿Y Okobo?

– Es un gran anotador. Ahora mismo, para mí, es el MVP, pero los premios se dan en mayo. Espero que continúe así.

Sus padres, fallecidos durante la adolescencia, su mayor motivación

«No teníamos las mejores condiciones pero era feliz», relata Fall sobre su infancia. Recuerda buenos momentos en las calles de su barrio, donde probó diversos deportes. «Me gustaba mucho correr y competir, pero con mi altura tuve que decantarme por el baloncesto.

Cuando pegó su descomunal estirón, su familia decidió que empezara a jugar en un equipo. Pero el destino le reservó un duro golpe que pudo truncarle su futuro como jugador de baloncesto profesional. Con once años perdió a su madre y se sintió desmotivado para seguir jugando hasta que entre su padre y su agente le convencieron.

No tardó en entrar en una de las academias profesionales que regenta la NBA en África y encontrar su oportunidad en Francia. «Solo, siempre solo allí», reseña. En Senegal se quedó su familia, que sufrió otro mazazo en 2017 con la muerte de su padre. «Estaba muy pendiente de mí. Siempre trataba de seguir mis partidos. Pero así es la vida».

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