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Hay jugadores que se mueven con fiabilidad en segunda línea de escenario y otros que precisan de una porción importante de la platea para sentirse protagonistas y brillar. Dada la trayectoria que está firmando en la presente temporada, todo indica que Johannes Voigtmann pertenece a ... la segunda especie. La especialización y los papeles secundarios parecen oprimir a un jugador con unas cualidades baloncestísticas notables pero que siempre ha arrastrado, de forma más o menos inmerecida, cierta fama de blandura.
El caso es que, cuando los focos han girado hacia su posición, el pívot alemán ha experimentado una mutación radical. La lesión de rodilla que dejó a Tornike Shengelia fuera de circulación aquel 30 de diciembre pasado durante el duelo contra el Real Madrid colocó al Baskonia en una situación crítica ante la pérdida de su interior de referencia. La baja del capitán variaba las líneas de un guión que, hasta entonces, había concedido a Voigtmann un papel secundario, como hombre de refresco para el jugador georgiano en el puesto de ala-pívot. La conmoción por la lesión de un pilar baloncestístico y emocional dio paso a un esquema nuevo forzado por la situación. Y en este nuevo 'vivir sin Toko', Johannes Voigtmann está encajando a la perfección.
El Baskonia acumula nueve partidos y poco más de un mes de competición sin su capitán, un trayecto arduo con complicaciones agudizadas ante la escasez de efectivos debido a otras lesiones como la de Granger, Garino o un Sedekerskis aún sin fecha clara de retorno. La cuesta de enero ha deparado un Kirolbet luchador ante los contratiempos y que mantiene el rumbo en las dos competiciones que disputa a pesar de los bandazos. En este panorama de tormenta continua, Voigtmann muestra un brillo sobresaliente, tan deslumbrante como complicado de mantener en el tiempo.
31 es la media de minutos por partido que acumula Johannes Voigtmann desde la lesión de Shengelia.
Un hombre de peso. El alemán no solo es ahora un referente anotador; también contribuye a la fluidez del ataque.
El mismo jugador que anotó solo 6 triples en los quince primeros partidos de la Euroliga en el presente curso, es ahora un bombardero implacable desde más allá de 6,75. En los últimos cinco duelos continentales, Voigtmann ha sumado 9 triples hasta doblar el número de lanzamientos intentados en comparación con la etapa previa a la lesión de Shengelia. En realidad, el germano no solo ha ampliado su presencia en cancha sino también su número de tiros. Promedia en torno a ocho lanzamientos de campo por encuentro con un destacado porcentaje de acierto del 57 %. Siempre ayuda contar con más minutos y saberse una pieza útil en tiempos de escasez, pero también es cierto que Voigtmann parece haber roto ese bloqueo que lo convertía en un jugador que renunciaba a mirar al aro rival. De paso, sus buenas dotes como pasador y su desarrollada visión de juego ayudan a la fluidez del ataque azulgrana. Y todo, con esa sensación de naturalidad y facilidad de movimientos.
Los números hablan claro a la hora de ilustrar la reconversión de Voigtmann. Antes del percance de Shengelia, el ala-pívot azulgrana promediaba en el cómputo de la Liga ACB y la Euroliga 5,3 puntos, 4,6 rebotes y 8,7 de valoración en 18 minutos por partido. Desde que se inauguró el nuevo año, acredita 13,4 puntos, 7,6 rebotes y 19,2 valoración en 31 minutos por partido.
También es cierto que, en buena parte de los últimos nueve encuentro se ha convertido en una pieza imprescindible a explotar mientras la batería interior se reducía a tres hombres, dado que Ajdin Penava sigue sin contar, hasta la llegada de Jalen Jones. Con el jugador tejano ya en nómina, Voigtmann sigue siendo un elemento multifuncional a ojos de Velimir Perasovic. En el reciente choque ante el Gran Canaria, no solo fue un referente ofensivo. También tapó las intermitencias de Poirier y Diop en el puesto de cinco, el mismo al que se trasladó durante un buen puñado de minutos para hacer pareja interior con Jones. De pasar de puntillas a ser un jugador ubicuo.
C. P. DE A. /
Johannes Voigtmann afronta la tercera y última temporada de su contrato con el Baskonia. El joven jugador de proyección que aterrizó en la capital alavesa procedente del Frankfurt Skyliners germano es ya una realidad que forma parte de la élite europea.
A sus 26 años, el alemán ha vivido todo tipo de vicisitudes como miembro de la plantilla baskonista. Su momento actual reaviva el debate sobre un jugador que, como otros en el pasado del club azulgrana, han tenido que pelear de manera contínua por la credibilidad baloncestística.
De momento, no se registra movimiento alguno desde el club azulgrana para prorrogar el contrato de un deportistas que, de continuar con su producción presente, puede ser una pieza de lo más cotizada en el mercado. Al fin y al cabo, no sobran los jugadores de talla grande con los fundamentos técnicos de Johannes Voigtmann. Sus cualidades están más que contrastadas, aunque sobre el alemán siempre planea esa aparente mentalidad frágil, el argumento recurrente para explicar sus baches como baskonista.
Por otro lado, queda la incógnita sobre la compatibilidad de Shengelia y Voigtmann, dos interiores de caracteres contrapuestos. La lesión del ala-pívot georgiano ha dado pie al ascenso del alemán. El primero tiene contrato con el Baskonia hasta 2022 y el valor añadido de ser cupo de formación, aunque también es un jugador de valía por el que, en un momento determinado, el club puede obtener un traspaso suculento. Quien ahora lleva buena parte del peso del juego interior azulgrana puede estar libre de ataduras una vez concluida esta temporada.
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