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Iñigo Miñón
Jueves, 17 de mayo 2018, 00:59
Hacer del defecto virtud. Vitoria no es Madrid, Londres, Moscú, Berlín, París... No es ninguna de las grandes urbes que han monopolizado el mapa de la Final Four desde la creación de la Euroliga. Solo se acerca a Bolonia, que albergó el evento en ... 2002 tras el título de la Kinder el año anterior, cuando el campeón se decidía en otro formato. La capital alavesa es sin duda el matiz diferencial en una línea organizativa monótona, plagada de capitales continentales con una potente infraestructura hotelera y atractivos turísticos de fama mundial. Con algún hándicap en su lista de 'contras', pero mucho peso en la balanza de 'pros' para garantizar una Final Four distinta.
Con el baloncesto por bandera. Si el transporte -entre la ciudad y el pabellón y desde otros puntos geográficos que puedan acoger espectadores- es uno de los lunares que puede ofrecer Vitoria, un centro peatonal cómodo y amable para el visitante convertirá la ciudad en un parque temático de la canasta. Si en Berlín, por ejemplo, todas las actividades se concentraban en la céntrica Alexanderplatz y el recinto deportivo, la capital alavesa, muy manejable a pie, tratará de diversificar ambientes y articular toda esa zona centro en torno a la Final Four.
Varios focos de atención para ubicar la 'fanzone' de la Euroliga, las de los equipos participantes, los actos de los patrocinadores... Torneos 3x3, firmas de los jugadores, actuaciones y esos pequeños grandes momentos que dan forma a la Final Four. Involucrar a toda la ciudadanía en la fiesta del baloncesto. Hace dos años, la 'fan zone' habilitada en Berlín batió un récord de asistencia, cercano al millón de espectadores desde su apertura en la mañana del viernes hasta la clausura del domingo por la tarde.
Era el centro neurálgico del evento, al margen del O2, donde se disputaban los partidos. Vitoria quiere aumentar la onda expansiva, aprovechar sus amplios espacios céntricos para vivir la Final Four a pie de calle. Para todos los públicos. Si los gigantes de Vitoria fueron capaces de llegar hasta la capital alemana, la última con participación baskonista, en casa se desplegarán todos los atractivos del territorio. Con la experiencia en la organización de varias Copas del Rey como principal aval.
En la última, la de 2017, los 'e-sports' revolucionaron la 'fanzone' de Movistar, patrocinador del evento. Entonces fue el Palacio de Congresos Europa el lugar elegido para distribuir en tres zonas principales multitud de juegos interactivos, actividades multideporte, venta de 'merchandising', un mosaico con cubos de Rubik o una exposición fotográfica que ofrecía un recorrido por todas las ediciones del torneo desde que éste echara a andar en 1993. Al margen, una kalejira amenizada por la fanfarre Bihotzatarrak recorrió las calles más céntricas de Vitoria.
Mucho más que baloncesto, aunque la ciudad vivirá entonces por y para el baloncesto, dinamizada en torno a una Final Four que aún desconoce su fecha exacta, aunque se situará en la segunda o tercera semana de mayo de 2019 -de viernes a domingo-. Eso no pasa en Berlín, donde muchos focos turísticos de la ciudad permanecen ajenos al evento. O en la inmensa Estambul, con una pequeña parte de la zona europea destinada al baloncesto -el pabellón, el Sinan Erdem, y la 'fanzone', ubicada junto al centro comercial Marmara Forum- y otra gran parte, incluida toda la zona asiática, de espaldas a un evento que no se acercó al casi millón de visitantes que disfrutó un año antes en la capital alemana. Vitoria quiere ser la impulsora de una Final Four diferente, más cercana.
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