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Salto inicial

La virtud de la adaptación

El Unics de Perasovic ha sabido convertir en un equipo sólido una plantilla en la que confluyen egos de la talla de Hezonja, O. J. Mayo o John Brown

Jueves, 24 de febrero 2022, 00:07

Hay mucho de razón en esa frase que dice que «el mayor signo de la vitalidad no es durar sino renacer y adaptarse». Digamos que la evolución humana es una continua línea que se va adaptando a la realidad, que la modifica y es modificada ... a su vez. Ni que decir tiene que nuestra propia evolución individual es una permanente adaptación con el paso de los años. Es una virtud, la verdad, y más cuando se va renovando eso que llamamos identidad, que es lo que nos hace ser como somos. Adaptarse conlleva conocerse mejor, pero también hacer un sincero esfuerzo en mirarse las debilidades y las oportunidades para mejorar.

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Velimir Perasovic ha tenido siempre la visión de reconocer las piezas que tenía entre sus manos para sacar el máximo rendimiento en todas ellas. Al unísono y sin muchas fisuras. Y lo hacía, y hace, desde una especie de acuerdo entre las partes donde las condiciones de uno y otro lado son claras: permito que aflore el descaro del talento a cambio del compromiso en el trabajo colectivo y la responsabilidad individual en el esfuerzo defensivo. Desde ahí se han tejido sus equipos y con estos principios está construyendo su trayectoria en la Euroliga el Unics Kazán.

Perasovic permite que aflore el descaro del talento pero exige responsabilidad en el esfuerzo defensivo

Esta adaptación es mutua, no crean que corresponde solo al entrenador. Es la más patente, porque manejar diferentes personalidades donde cada una quiere tener medio centímetro de más sobre el resto no debe ser fácil. Pero Perasovic lo ha ido logrando poco a poco, consolidado además con las victorias y desde una propuesta de juego de las más atractivas en esta temporada. Su equipo es alegre, lógico por su marcado carácter ofensivo y con cierta disciplina en defensa. Sobre todo, en el trabajo colectivo y en esa manera de defender donde cada ayuda de los compañeros es tan importante o más como el esfuerzo exigido a nivel individual. Esta solidaridad le está dando sus frutos y le permite que, tras cada posesión, aflore el talento de cada miembro de la plantilla en cualquier momento del partido.

No es fácil adaptar a un base que domina el tiempo del partido con la claridad con la que lo hace Lorenzo Brown, con un 'estáte quieto de una vez' como es John Brown; o adaptar a un 'porque yo lo valgo' como es Hezonja con el 'saber jugar' que muestra O. J. Mayo. Y así podríamos decir de un equipo que en realidad se muestra sólido, con ese halo de sorpresa inesperada que te da la competición. Será ese tono especial que da la victoria y que pigmenta un estilo de juego adecuado a los jugadores. Aunque también con sus recientes derrotas afloran algunas dudas fruto precisamente de esa diversidad de cada jugador. Entonces aparece Perasovic para recordar una vez más la base fundamental del equipo: compromiso, esfuerzo y sentido común, que es el más complicado de todos.

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Y lo logra, porque en un equipo con capacidad física pero sin ese porte que quizá muestren otros rivales. El Unics Kazán tiene el equilibrio que delata su selección de tiro y sus porcentajes o el hecho de que lidere la siempre esclarecedora lista de balones robados, un dato que sorprende dada la naturaleza del equipo. Sus jugadores tiran de intensidad y esfuerzo para hacer más fácil la anotación, siendo uno de los equipos que más canastas aporta en transición defensa-ataque. Una muestra más que evidencia que adaptarse sin duda y con firmeza es una necesidad obligada si quieres competir frente a los más poderosos.

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