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Juanan Morales, presidente del Joventut, se pasó por Vitoria durante la Final Four. Estuvo en la rueda de prensa en la que Ergin Ataman contó que el pasado verano le habían dado «once millones de dólares para los sueldos de sus nuevos jugadores».
- ... Once millones. ¿A usted también le van al despacho con esas peticiones?
-...Hummm ¿? No...
El bilbaíno pica la mirada desde sus 2'11, esboza media sonrisa, la borra, y sigue atendiendo el WhattsApp, que es lo que hacía antes de que le importunáramos.
No era el caso, lógicamente, la Penya estuvo cerca de desaparecer el curso pasado por sus problemas económicos. Fue la farmacéutica Grifols la que inyectó capital para sacar a este histórico de la ACB, campeón de Europa hace ahora 25 años con Zeljko Obradovic en el banquillo y Morales en la zona.
No obstante, el paralelismo es evidente. El Anadolu fue el último y el peor de la Euroliga 2018 y en la de 2019 ha estado cerca, muy cerca, de ser campeón. Por el presupuesto, claro, pero especialmente por la capacidad de generar juego de su base y la intimidación y alma que impregna al equipo su pívot. Las distancias son insalvables; ni Laprovittola es Larkin, ni Todorovic -que llega tocado y es duda- se acerca a Dunston, pero ambos conjuntos han renacido del final de la tabla para una campaña en la que el play off se les abre por méritos propios.
El Joventut es sexto. Podría serlo incluso perdiendo los dos encuentros que le resta. Difícil que no gane el último en casa contra un Estudiantes, salvado tras flirtear demasiado con el infierno dorado. Es el más probable rival del Baskonia en los cuartos de final de la ACB, que arrancarán el día 30 o 31.
Ante eso, los de Perasovic saltarán mañana al Buesa entre las ganas de venganza por la eliminación en la Copa -actuación incontestable de Nicolás Laprovittola, que se fue a los 40 puntos- y la calculadora de esfuerzos y necesidades. El croata recupera a Shengelia, con máscara, tras ser operado de la desviación de los huesos de la nariz que se fracturó tras chocar con Augusto Lima, la pasada jornada contra el Burgos. También estará Marcelinho Huertas. El paulista descansó para evitar una lesión muscular. Al menos, el Kirolbet tendrá dos bases -además de Garino- para la defensa del inquieto organizador argentino.
-¿Han preparado algo especial para frenar a Laprovittola?
-¿Se te ocurre algo? -bromea Perasovic, que prefiere no incidir en lo de la Copa- Nosotros tenemos nuestra defensa, claro que lo vamos a vigilar con más atención, porque todo su juego pasa por él, pero tenemos jugadores que pueden defenderlo.
Velimir Perasovic repasó ayer el estado de la enfermería baskonista. Huertas y Shengelia salen de ella. El brasileño no tenía nada, paró por precaución un par de jornadas. Shengelia, tras pasar por el quirófano hace una semana, ya se entrena con máscara para proteger la nariz y jugará esta tarde. Los que no lo harán son Matt Janning, «todavía no está listo», y Jayson Granger.
El base uruguayo, que hace cuatro meses que está fuera del equipo y que pasó por el quirófano para arreglar su maltrecho tobillo izquierdo, lleva semanas entrenando en solitario. Ayer realizaba una sesión de tiro en el Bakh mientras sus compañeros calentaban. «Los médicos no le dejan aún entrenar con contacto», reconoció Perasovic. «No sé si estará en el play off. Regresará cuando los médicos le dejen hacerlo. No depende de mí».
Marko Todorovic| Pívot Es tan importante o más que Laprovittola. El juego pasa por las manos del argentino, pero el montenegrino es el que da poso y orden al Joventut, sobre todo en defensa.
150 partidos de ACB acumulará Tornike Shengelia en cuanto salga a la pista. Perasovic confirmó que ya entrena y que jugará con máscara.
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