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La carrera de Ibon Navarro (Vitoria, 1976) pasa de un cántico a otro. Del 'Navarro tira del carro' que le dedicó San Emeterio en la balconada tras el título de Liga ACB conquistado en 2010, cuando ejercía de ayudante de Dusko Ivanovic, al 'Ibon tiene ... un plan' que se ha hecho bandera durante la Copa de Badalona. El vitoriano atiende a EL CORREO con «la voz cogida». «Y no es 5 de agosto», bromea. Acaba de festejar su primer título como técnico principal, del que muchos le consideran el verdadero MVP, y en los próximos días va a firmar la renovación con el Unicaja hasta 2024. Ante la hazaña, se quita protagonismo. «No creo que haya un grandísimo mérito por parte nuestra. La clave es que no te den ataques de entrenador».
– ¿El lunes, encima del autobús, le vinieron recuerdos de la Virgen Blanca en Vitoria?
– Del estilo. Aquí en Málaga hay tres sitios distintos y en Vitoria todo el mundo va a la Virgen Blanca. Ha sido igual de bonito. Se veía a la gente feliz. Evidentemente, estuve abajo como aficionado y en los autobuses en la liga del 2010. Es parecido pero no es lo mismo como ayudante que ahora. Puedes desmadrarte menos, pero lo disfruté mucho.
– Tras la final, se acordó de la afición del Baskonia. Tiene mérito haberla reconciliado con la de Unicaja.
– Eso sí que era difícil. Ha sido casi un milagro (ríe). Se acabó lo de 'Te reto en TAU'. Ahora se lleva lo de 'Ibon tiene un plan'.
– Ambos clubes comparten el éxito de haber recuperado el ambiente del Carpena y el Buesa.
– Sí. Los dos han hecho una labor muy importante en los despachos para facilitar que la gente vuelva. Si no ganas, es más difícil. Si lo que ven no es atractivo, pues también. Creo que Unicaja y Baskonia son dos de los equipos más divertidos de ver.
– ¿Qué le ha dicho su tío Luis Albéniz?
– (Ríe). Hablo con él casi todos los días y está muy orgulloso de mí. Sabe lo que cuesta llegar a aquí y ganar. Estamos todos muy felices.
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– ¿Qué es lo que le hace encajar tan bien en cada proyecto en el que ha estado?
– Cuando decides meterte en este mundo, hay que ser consciente de que eres de donde naces, pero también de donde paces. Hacerlo tuyo. En todos los lados he tenido muy buenas personas trabajando conmigo en el staff y dirección deportiva. Me voy de los sitios y los considero mis amigos. Es una cuestión de adaptabilidad. Ser personas con cierto don de gentes para moverte en diferentes ambientes es muy importante en este trabajo. Como tener un trato normal con la prensa o los directivos. Si lo tienes, eres un poco mejor entrenador.
– ¿Qué moraleja debe sacar la sociedad con este título?
– Que el mundo da muchas vueltas, que el deporte tiene cosas maravillosas y que esta Copa ha sido demasiado extraordinaria y que es muy difícil que se vuelva a repetir. Tenemos un sentimiento de familia enorme en el equipo, todas las familias de los jugadores se llevan muy bien. Aquí veo algo muy diferente a lo que había visto antes. Sánchez Cañete (técnico asistente) lleva 25 años y dice que esto no es normal y lo asemeja a lo que ve con la Selección. Esta química no te garantiza el éxito, pero sí menos desgaste y que se respeten los valores que establece el propio grupo, y se convierte en consecuencia de lo bueno que viene detrás.
– Como ocurrió en el Eurobasket, se ha impuesto el colectivo al talento. ¿Es una tendencia?
– En los deportes de equipo, el componente humano y de gestión de egos es cada vez más importante. Y cuando logras que exista cohesión, es cuando consigues cosas como estas. En el Eurobasket, Juancho, que no estaba haciendo un gran torneo, liquidó la final en la primera parte. Nosotros, el primer día Brizuela, luego Kravish y luego Tyson Carter, que venía de hacer dos partidos muy discretos. Por la forma de jugar, es muy importante tener una plantilla larga porque hay muchos viajes y pocos entrenamientos y hay que tener más de doce jugadores. Eso requiere ser capaz de gestionarlos, que no es fácil. Ahí es donde tenemos que preocuparnos en formarnos porque creo que es el futuro.
– Sin embargo, en un baloncesto tan físico, ha conseguido que Will Thomas sea un jugador capital.
– Will siempre ha tenido problemas de peso. Y con la edad que tiene (36 años), le cuesta más que a los demás. Pero teníamos claro que con él debíamos conservar la tranquilidad. Que hasta noviembre o diciembre no iba a llegar pero que en febrero iba a estar. Le hemos protegido de los comentarios de que 'Thomas ya no está'. Ha hecho lo que le pedimos. Si quieres tener un equipo reboteador, ficha reboteadores. Si quieres tener un equipo ganador, debes disponer de ganadores. Y Will Thomas lo es.
– De esta Copa muchos dicen que ha dado una lección táctica.
– Puedes ser buen cocinero, pero si no tienes buenos productos no te va a salir un buen guiso. Yo no soy un gran chef, pero tengo ingredientes muy buenos. Lo único que tienes que hacer a veces es no molestar. Generar un espacio en el que los jugadores puedan desarrollar su talento y puedan enseñar lo que yo sé que pueden hacer bien y por lo que los he fichado. Y cuando sabes que la defensa de cambios del Barcelona es muy incómoda y las piernas están cansadas, teníamos claros que las formas de atacarlos tenía que ser en el poste bajo con Will.
– ¿Ganar la Copa le hace mejor chef?
– A nivel de prestigio, sí. Choca que el mismo equipo eliminara a Madrid y Barcelona. Te pone en un escaparate que la gente te valora más. Pero no creo que haya un grandísimo mérito por parte nuestra. La clave es que no te den ataques de entrenador porque las cosas son más sencillas de lo que se quieran hacer en los análisis de imágenes y jugadas.
– Es el gran éxito de su carrera a nivel de exposición mediática. ¿Está preparado para gestionar un vestuario al que le van a llover las ofertas?
– Lo veremos a partir de la próxima semana. He de convencer al equipo de que la temporada no ha terminado y que mantenga la línea de trabajo y humildad que hemos tenido hasta ahora. Es posible que suframos un bajón, pero no somos un equipo normal. Muchos jugadores están hablando con sus agentes y su primera opción es quedarse aquí si se mantiene el bloque. Eso te da pistas de que la sensación de que es un grupo especial no la tiene solo el entrenador, sino los jugadores. Y que lo valoran. Sería demasiado ostentoso decir que estoy preparado, pero a ver si con sentido común logro hacerlo.
– Hace poco más de un año fue despedido de Andorra. Llega a Málaga y a final de Liga comenta que el Unicaja estaba en «línea descendente» y que la temporada «no había sido un accidente». Eso en muchos clubes conlleva la destitución.
– Decir eso cuando los tres últimos años se había acabado décimo, undécimo y duodécimo, es algo evidente. No puedo salir y vender humo, cuando Unicaja es el quinto o el sexto presupuesto de la ACB. Había un proyecto de muy buenos jugadores que no funcionaba, con perfiles técnicos y de personalidad muy similares. No había ninguna diversidad ni versatilidad, muchos jugadores de talento en las mismas posiciones… No era un proyecto bien fundado. Cada club es distinto y dije lo que era el sentir de todos. Llegué para salvar al equipo, pero con la garantía de que en verano solo se iban a quedar los que yo quisiera y fichar nueve jugadores nuevos.
– ¿Considera clave que haya personalidades muy diferentes entre sí?
– Si tienes doce líderes, es complicado gestionarlo. Si tienes doce soldados, vas a necesitar un líder y no va a haber nadie. Si tienes doce tíos poniendo música, te vuelves loco. Necesitas la receta de las personalidades para que un grupo funcione. Necesitas gente que se sacrifique por los demás, jugadores que traigan alegría y locura al vestuario, otros que se dejen llevar por la inercia, y no muchos con el mismo carácter. Que haya muchos con pareja o solteros ayuda, pero es más cuestión de que dentro del vestuario. Que los que lideren, se encuentren en un ambiente en el que haya gente que les siga. Y ese es el secreto de este vestuario.
– Tyson Carter se llevó el MVP, pero son un equipo muy coral. ¿Qué jugador le ha emocionado más?
– El que no ha jugado. Augusto Lima. Ha estado muy pendiente de cosas que los entrenadores no vemos. Alguien que está preocupado. muy nervioso, alguna cara de no estar bien durante el partido… Y Augusto ha estado muy encima de eso. Ahora mismo es su papel. Ayudarnos en eso y lo ha hecho muy bien. Brizuela acaba la final, salta la valla y se va a abrazarle. La final fue muy dura. Tenerife es un equipo incómodo porque es muy sólido y nosotros vivimos de los errores de los rivales, porque los provocamos, pero ellos no aceleran el ritmo y se pasan muy bien la pelota, entonces nos cuesta mucho. Y tenían a Shermadini, que nosotros no teníamos los cincos.A Tavares le hicimos dos contra uno en el rebote. Un trabajo de todos.
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