«No vamos a dejar que pase lo mismo que en el primer partido»

–¿Cómo fue la noche posterior a la primera derrota de la serie?

–Dura. El sueño tardó en llegar, pero ya está. Es un nuevo día y hay que pasar la página.

–¿Esperaba el equipo el desenlace que tuvo el primer partido?

–Honestamente, no. Teníamos mucha confianza. Lo demostramos en el primer tiempo, cuando estuvimos al nivel de las circunstancias. El tercer cuarto fue un balde de agua fría que nos pegó muy duro. Es cierto que nos sorprendió. No esperábamos tener ese lapso de cinco minutos. Fue una situación que no supimos controlar.

–¿Por qué el Baskonia se queda sin respuesta en ese momento?

–La respuesta la tenemos que descubrir entre nosotros con los entrenamientos y analizando los vídeos del partido. Fue algo a lo que no supimos responder. Después de esos cinco minutos dejamos de luchar pensando que el partido estaba acabado, cuando todavía existían posibilidades. Es algo de lo que tenemos que aprender y no cometer el mismo error. Debemos saber manejar esas situaciones, porque es obvio que van a suceder de nuevo. El CSKA no es uno de los mejores equipos de Europa por nada.

–¿Tiene la sensación de que el CSKA ha sacado los tanques, el arsenal pesado?

–Ellos tienen una calidad de equipo y un talento impresionantes. Si en un partido no juegan bien dos o tres jugadores, salen cinco más atrás que pueden hacer estragos. Es algo que sabemos y que debemos afrontar. No podemos preparar el partido contra un solo jugador; es una plantilla entera.

–En los dos duelos de la fase regular ante los rusos se gana en Vitoria y se compite en Moscú. ¿Qué es lo más complejo de enfrentarse a un rival de semejantes hechuras?

–Lo más complicado es mantener la concentración defensiva durante todo el partido. Son un equipo que mueve muy bien el balón. A pesar de nuestra defensa, juegan cada posesión hasta el límite y pueden lograr un triple sobre la chicharra sin problemas. Ellos saben que eso es algo que te puede afectar mucho. Por eso es tan importante una constancia en la concentración. Nosotros sabemos que también tenemos un poder ofensivo importante y tenemos claro que no va a haber problema ahí. A todos nos gusta atacar y meter puntos, pero la parte más difícil sigue estando en defensa.

–Pero el ritmo anotador sigue siendo fundamental ante un rival que puede superar los 20 puntos por cuarto.

–Está claro, pero todo empieza en defensa. Cuando frenas al rival en dos o tres seguidas, creces ofensivamente. Cuando el equipo esta defendiendo tres o cuatro posesiones y en ellas te meten tres triples, eso genera otras ganas y otra energía.

–¿Hasta dónde puede llegar la defensa del Baskonia con el criterio arbitral que se ha visto en los dos últimos encuentros ante el CSKA?

–Ya sabíamos que iba a ser así. No podemos preocuparnos por los árbitros. Tenemos que ser siempre agresivos. Hay que sacarse un poco la mentalidad de echar las culpas o buscar excusas donde no existen. Primero, debemos evitar ponernos nosotros mismos en esa posición, de que haya algún fallo que pueda ser dudoso para cualquier parte. La agresividad defensiva debe existir desde el comienzo y no poner a nadie en una posición que nos meta en dificultades.

–Este Baskonia ha pasado muchas penalidades este curso y ha logrado sobrevivir hasta alcanzar el play off. ¿De dónde saca el grupo esas fuerzas que ahora son tan necesarias?

–Entre nosotros somos una familia. A nadie le interesa ser el mejor o hacer números. Eso es algo que hemos demostrado a lo largo de la temporada. Cada uno ha sabido dar el paso cuando le tocaba. Cada vez que había soldados caídos, otros seguían y luchaban contra las adversidades. Lo que se llama 'Carácter Baskonia' está muy bien representado en este equipo. Cada uno lucha por el compañero de al lado y es lo que tenemos que hacer ahora. Lo de afuera no interesa. Nuestra afición está muy lejos. En estos momentos somos nosotros los que tenemos que pelear todos juntos.

–La plantilla registra un retorno escalonado de lesionados. ¿Es algo que ha podido producir también desequilibrios en un momento trascendental de la temporada?

–Lo cierto es que no es fácil ese reajuste. El equipo trabajó muy bien en su momento. Eran ocho jugadores que estaban jugando al máximo nivel. Hoy por hoy, somos tres nuevos y creo que todos tenemos los roles claros. Personalmente, sé que mi papel es dar minutos de energía y de descanso para esos otros jugadores que han hecho todo el sacrificio en momentos muy difíciles de la campaña. En este punto, no podemos mirar quién tiene más minutos o menos. El que esté en la mejor forma, va a jugar y cerrará el partido. Es lo que necesita el equipo. En este grupo no hay egoísmo, nadie que diga: 'Yo quiero jugar más'. Quizás es cierto que el equipo ha podido fluctuar un poco durante estas semanas o meses y lo tenemos que ajustar.

–¿Será distinto el segundo partido de la eliminatoria respecto al primero?

–Totalmente. Estoy segurísimo de que no vamos a dejar que pase lo mismo que pasó en el primer partido. Esa distracción de cinco minutos terminamos por pagarla muy cara y debemos prepararnos para no caer de nuevo en ese error.

–¿Qué le da por pensar cuando escucha o lee que ya son quince derrotas seguidas ante el CSKA en Moscú?

–Que no van a ser dieciséis. Eso seguro (sonríe).