Trent Forrest marca el estilo baskonista

El jugador de Alabama (26 años) explota las facetas del juego en las que se siente más fuerte en su primera campaña en el baloncesto europeo. Consumido el primer tercio de temporada, el estadounidense ha dejado más que demostrado es un hábil penetrador por el lado derecho y que también se siente capaz de desbordar a través del bote para sacar puntos de su tiro en suspensión a media distancia. Ese mismo bote que, en ocasiones, pierde con demasiada facilidad y hace saltar la alarma en el juego de ataque.

La capacidad física de Forrest también puede ser una ventaja a ambos lados de la cancha y trata de ganar confianza en el lanzamiento triple. La de 6,75 no es su distancia favorita, muchos defensores le 'invitan' a tirar, pero puede anotar si hay buen ritmo en el movimiento de balón. Sucedió frente al Lleida, cuyo 'scouting' saltó por los aires cuando Forrest anotó todos y cada uno de sus cuatro intentos triples.

Frente a la escuadra catalana, Forrest firmó su tope anotador personal de la temporada en la Liga ACB con 22 puntos. El triunfo fue un espaldarazo más para un jugador que necesita toda la confianza posible en un curso repleto de complicaciones en lo colectivo en el que promedia 11 puntos, 3,6 asistencias y 12,3 de valoración.

Sin embargo, la victoria en el pabellón Barris Nord ilustra el particular estilo de juego azulgrana, marcado por su base principal. En el último cuarto, el Baskonia tan solo sumó una asistencia, la que firmó Donta Hall al servir el pase al corte de Nikos Rogkavopoulos que subió el 74-76 al marcador a falta de 9 segundos. En los diez minutos finales, Forrest aportó 6 puntos, 2 rebotes y una tanda de tiros libres certera con la que rectificó su mala noche desde la misma distancia en los instantes finales de la derrota frente al Madrid.

El juego asociativo quedó para la jugada que ayudó a decidir el choque en Lleida, donde el Baskonia ganó después de repartir un total de 8 asistencias en todo el encuentro. La cosecha es escasa, pero entra dentro de los parámetros lógicos de un partido 'feo' que el Baskonia sacó adelante con las dosis justas de eficacia.

A estas alturas, queda claro que el de Laso no es un equipo generoso a la hora de compartir el balón. No está en el ADN de referentes como Chima Moneke, Markus Howard o el propio Trent Forrest. Tampoco destaca por su capacidad pasadora Kamar Baldwin, teórico segundo base pero que se atreve a discutir una jerarquía en el puesto más basada en la efectividad realizadora que en las dotes organizativas. Jaramaz podría encajar en el molde de timonel clásico, pero sigue siendo un jugador de protagonismo fluctuante, tirando a registros bajos.

El intento de dar mayor ritmo al juego en transición no cambia una constante a lo largo de la temporada. Y es que el Baskonia sigue en puestos discretos en la clasificación de mejores equipos asistentes en las dos competiciones que disputa. En la Liga ACB, promedia 16,1 asistencias por partido, un ratio solo mejor que el de Granada, Breogán, Girona y Andorra. En la Euroliga, la media aumenta ligeramente a 17,1 pases de canasta por encuentro, un balance que solo supera al de Fenerbahce, París Basketball y Zalgiris Kaunas. A turcos y parisinos les va bien su baja prodigalidad en asistencias al estar situados en zona de play off en la Euroliga, aunque ayuda lo suyo contar con Wade Baldwin y TJ Shorts a los mandos.