Trent Forrest añade «potencia» al Baskonia

El ya nuevo jugador de Betoño, nacido hace veintiséis años en Dothan (Alabama), mide 1,94 metros y ha disputado 155 partidos en la NBA, donde acredita promedios de doce minutos, 2,8 puntos y 1,9 asistencias. Formado en la Universidad de Florida State no figuró en el 'draft' que reparte a los novatos entre las treinta franquicias profesionales. Sin embargo, ha participado dos cursos con Utah Jazz y otros tantos en las filas de Atlanta Hawks, conjunto del que procede para inaugurar su primera aventura en el baloncesto europeo.

Las referencias, avaladas por los vídeos, muestran a un base-escolta con buen manejo de balón, notable defensor de manos rápidas y consistente en las penetraciones por el amparo que le procura un físico notorio. Su problema en ataque se centra en el lanzamiento exterior. Apenas tira triples y su porcentaje desde el arco en América -más alejado de la canasta que a este lado del Atlántico- se queda en un raquítico 18%. Claro que a su lado encontrará a Howard, el tirador inaudito que asombra en el mejor torneo continental, renovado como la joya de la corona.

La sucesión de compras realizadas por el Baskonia hasta la fecha -cuatro con la llegada de Forrest- escribe una clara declaración de valores. Al equipo vitoriano le faltó el ejercicio pasado intimidación cerca del aro y más hombres con virtudes defensivas, dos aspectos necesarios para competir al más alto nivel. Y acaba de elegir a alguien que imprimirá «potencia física para la dirección», según la nota del club, tras la marcha de un prodigio atlético como McIntyre, el gran hallazgo en Europa a quien ha seducido el talonario abierto del Estrella Roja. Un fichaje en consonancia con el baloncesto moderno que también secundan el alero Luwawu-Cabarrot y el pívot Donta Hall, el 'comeniños' con mejores dones atrás que en la zona delantera de la cancha.

El fichaje de un base adquiría el rango de asunto preferente tras el hueco profundo que deja la marcha de McIntyre a Belgrado y el adiós también a dos escuderos de tono menor como Chiozza y Theodore. La plaza de base puro que organizaba parece ya una especie en vías de extinción y a los hombres en ese puesto se les exige anotar por sí mismos, practicar el eterno recurso del bloqueo y la continuación y penetrar para sacar la pelota a tiradores apostados en las esquinas.

De ofrecer un rendimiento elevado, el Baskonia podrá presumir de acertar tres años consecutivos con jugadores de esa demarcación. Clavó el dardo en el centro de la diana con Darius Thompson, un año y a Estambul. Igualó o superó sus prestaciones McIntyre, otra temporada sobresaliente y a la capital serbia cuado llegaba a Vitoria semioculto por la sombra de Mannion.

El retrato-robot del nuevo Baskonia a las órdenes de Laso muestra un rostro pétreo y un cuerpo atlético. A falta de cerrar la plantilla, la magia se concentra en los botes hipnóticos y el tiro sobrenatural de Howard. A quien respaldará adelante la facilidad anotadora de Moneke, el dinamismo vertical que daña por dentro y también amenaza desde fuera.

El Baskonia también anunció ayer la marcha del canterano checo Ondrej Hanzlik después de ocho años en las categorías inferiores.