El 47% de los tiros de campo son triples en el Baskonia

Hay distintos modos de alcanzar el objetivo común del triunfo para todos los conjuntos profesionales. Escuadras que exhiben de manera orgullosa sus credenciales defensivas. Y otras, tal es el caso del bloque alavés, que persiguen el triunfo desde la vertiente dinámica, lúdica y efervescente del juego. Siete meses largos después de arrancar la temporada no existe un grupo en toda Europa con la capacidad anotadora del Baskonia.

Se compuso un plantel para correr y tirar, abrazar las transiciones y llegar al campo contrario jugando. Una cadena formada por eslabones con muñecas muy bien engrasadas a los que se les caen los puntos de las manos. Y en esta era de mejor cuanto más lejos, el equipo azulgrana rentabiliza como nadie la tabla multiplicadora del tres. De hecho, casi la mitad de sus lanzamientos de campo -analizadas las estadísticas doméstica y continental- proceden desde más allá del arco.

Concretamente, el 47% de los lanzamientos de campo baskonistas son triples en la ACB y casi el mismo índice, el 46%, lo fueron hasta que duró su presencia continental. Los discípulos del técnico egarense firman aciertos del 38,4% dentro del torneo que patrocina Endesa y del 36,3% en el de las líneas aérea turcas. Buenos registros, acentuados por el enorme volumen de tiros remotos que ensaya el conjunto vitoriano.

Salvo Kotsar y lo poco que Enoch se prodiga desde la lejanía, casi todos los integrantes de la plantilla azulgrana resultan amenazas a siete metros del aro. Eso sí, existen distintos grupos de triplistas en el seno de la escuadra alavesa. Empezando por Howard, con licencia para tirar como quiera, bien saliendo de bloqueos indirectos o fabricándose sus propias tracas desde los hipnóticos y velocísimos botes por delante o entre las piernas. Markus acredita un 43,4% en la ACB.

Pero también otros compañeros se generan sus propios dardos. Como Thompson si su antena de hallar aliados le aconseja de vez en cuando perseguir el éxito por su cuenta. Caso similar al de Heidegger, más productor que ideólogo. O la capacidad de Marinkovic y Hommes para levantarse sin apenas preámbulos desde lontananza. El estadounidense, elegante tirador como pocos, firma el 50% de aciertos en el campeonato doméstico.

Dani Díez se muestra como el azulgrana más certero desde el arco de tres puntos pese a sus presencias discontinuas por decisiones de Peñarroya. Nada menos que el 51,4% de precisión en la Euroliga y el 49,3% en la ACB. De cada dos tiros cuela uno desde la lejanía, habitualmente a pies quietos. Sedekerskis no mira demasiado el aro, pero tiene mejor mano de lo que piensa. Y luego quedan los casos de Giedraitis, con preferencia por las esquinas tras recibir la pelota de un compañero, y de Costello, amante del lanzamiento frontal al abrirse tras el bloqueo directo o como rematador del balón que antes entra en la zona y luego le encuentra apostado en el arco diabólico.