Cuatro amistosos en ocho días pueden ser una carga un tanto molesta para cualquier equipo sumido en plena pretemporada. El Baskonia ha cerrado este domingo su personal semana intensiva en el tramo de preparación, que ahora echa la persiana por imposición de las ' ... ventanas' FIBA, con un último ensayo de tono deslucido y gris. En realidad, ningún duelo de pretemporada da para enmarcar. Tienden a perderse en la memoria de manera inmediata una vez que arranca la competición de verdad. Tampoco sirven para sacar conclusiones tajantes. Ni el Baskonia que arrolló al Partizan y Cafés Candelas Breogán es un elegido para la gloria ni su versión descoordinada ante el Gipuzkoa Basket lleva a la activación de alarma alguna.
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Ni más ni menos que un ensayo a engrosar dentro de una semana plena de probaturas. El Kirolbet Baskonia terminó por imponer la lógica del más fuerte, aunque tardó más de lo previsible en quebrar la resistencia del Gipuzkoa Basket. La escuadra donostiarra, obligada a completar su convocatoria con jugadores vinculados ante la larga lista de bajas, plantó cara sin complejos hasta el último cuarto. Hasta ahí le duró la gasolina, escasa en ambos bandos, y la inspiración. Fue el momento en el que comenzó a asomar la calidad superior de un Baskonia que tan solo necesitó un quinteto en pista eficaz e intenso para encauzar el encuentro.
La pretemporada acostumbra a mostrar un número ingente de enunciados diferentes para una plantilla como la del Baskonia. El tiempo termina por hacer la selección de las mejores fórmulas y ordena las jerarquías. A día de hoy, Pedro Martínez prueba, toma nota de unos y otros y ejerce la manga ancha a la hora de repartir la confianza. Los nuevos -Hilliard, Shields y Penava- ganan horas de vuelo, los jóvenes como Tadas Sedekerskis luchan por alimentar su confianza mientras el resto reedita lecciones pasadas e interioriza algunas nuevas. El cuadro azulgrana arrancó con piernas pesadas ante un rival que controló los primeros zarpazos de Shengelia y Shields para después tomar la iniciativa ante los vaivenes de juego del gigante vitoriano.
El primer cuarto se archivó con un 19-20 hasta que Alberto Corbacho rompió la rutina del intercambio de golpes con su puntería triplista. El francotirador mallorquín retrató las fisuras defensivas azulgranas casi tanto como lo había hecho en minutos precedentes Miquel Salvó. Tormenta de triples y un segundo cuarto resuelto con un parcial de 22-14 (41-34 al descanso). El Baskonia andaba extraviado, sin referentes claros ni un perfil definido. La incostancia era su seña principal, más allá de los chispazos interiores de Poirier. La escuadra donostiarra extendía las alas al calor del acierto triple mientras los vitorianos cerraban la primera mitad con un solo acierto de ocho intentos desde el arco. ¿Janning? En plena campaña georgiana.
Gipuzkoa Basket
Dani Pérez, Van Lacke (6), Nevels (8), Barro (6), Salvó (17) -quinteto inicial-; Maiza (10), Beraza (5), Corbacho (16) y Oroz (2).
70
-
77
Kirolbet Baskonia
Vildoza, Hilliard (2), Shields (18), Shengelia (15), Poirier (9) -quinteto inicial-; Penava (5), Voigtmann (6), Sedekerskis, Huertas (4), Diop (8) y Granger (10).
parciales. 9-20, 22-14 (41-34), 13-19 (54-53) y 16-24 (70-77).
Árbitros. Hierrezuelo, García González y Lucas. Sin eliminados.
Ya habrá tiempo para reforzar el músculo de la perseverancia. Con mucho por ajustar a estas alturas de pretemporada, el Baskonia tiende a buscar momentos breves, pero intensos. Con Shengelia de nuevo en cancha y una mayor voluntad defensiva, los vitorianos se recompusieron en el arranque del tercer capítulo. Un parcial de 0-15 hizo que la iniciativa volviera a manos baskonistas (43-47, minuto 26). El capitán ejercía como tal sin grandes alardes de rabia, Voigtmann sumaba el segundo triple y el Baskonia recuperaba el equilibrio.
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El equipo de Valdeolmillos aún encontró recursos para frenar la oleada rival. Corbacho y Barro ayudaron a sostener las opciones del Gipuzkoa Basket, de nuevo por delante en el luminoso a la conclusión del tercer cuarto (54-53). Llegó el momento para un actor inesperado. Ajdin Penava irrumpió en el choque con su espigada figura y esa actitud voluntariosa de quien quiere hacerlo todo bien al nivel máximo de energía posible. Su arrojo deparó la rápida acumulación de faltas, pero también elevó un par de grados la defensa azulgrana y sumó cinco puntos para cimentar un nuevo asalto baskonista. Los de Pedro Martínez tomaron de nuevo la delantera con un parcial de 1-10 (57-61, minuto 34).
Con Huertas al mando, Granger de escolta, la presencia tranquilizadora de Shengelia y la eficiencia de Shields el Baskonia enfiló hacia la línea de llegada con la firme decisión de negar el oxígeno al Gipuzkoa Basket. Los minutos finales distaron de ser un soberano golpe de autoridad del Baskonia, pero sí que se impuso el temple y el control de los nervios para no verse sorprendido por un oponente al que apenas le queda pólvora.
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